– Estamos aquí… para protegerte… porque no puedes verlo. – No…no lo veo… lo único que veo es lo egoístas que fueron, ni siquiera puedo saber si me aman de verdad… si me mintieron – se que eso le dolió más, se tragó sus palabras – Mitkel, una vez hiciste una promesa, juraste por el creador que nunca me mentirías si eso fuera hacerme daño, rompiste tu promesa. – Eso era verdad – Dime – me pidió aunque ya sabia lo que tenía que decir lo había leído en mi mente… pero él deseaba que hablara, que lo dijera, no necesitaba leerle la mente para saberlo, era su forma de ayudarme. – Gracias… por estar aquí. – ¿Porque lo hiciste? . – Ya sabes porque – no le miraba a los ojos miraba al suelo, se acercó un poco mas y me levanto el rostro sosteniéndome la mirada, me acarició la mejilla y es es

