Oscuro Secreto

Capitulo 1:Vuelve conmigo

Hace algunos años a Cristal la cambiaron de escuela, la razón; el maltrato.

Esa niña sonrojada era cálida y tierna. Su dulzura molestaba a los demás, realmente nunca entendí que daño les hacia mirarla, pero la odiaban, quizá era envidia, después de todo siempre fue muy aplicada por sus estudios, se esforzaba por tener las mejores calificaciones y ver sonreír a sus padres.

A pesar de toda su confusa realidad había un chico que siempre trató de protegerla, la veía y se sentía cálido, miraba en ella la ternura y comprensión que él necesitaba a diario, ella no lo sabia pero para él, ella era la razón principal de asistir a esa escuela, sus notas eran promedio pero realmente eso no le importaba, solo quería cuidarla a ella, deseaba salvarla y dejar de sentir remordimientos por lo que en su casa pasaba, sin embargo, aquel día donde se odio más así mismo que lo normal, sus padres discutieron, tanto que su madre fue brutalmente lastimada y él sin poder hacer mucho corrió el mismo destino.

No fue a clase, "el protector de esa niñita no está" planteo una chica, las demás se dispusieron a hacer que ese día Cristal no lo olvidara, patada tras patada ella lloraba sin consolación, una pequeña niña que no encontraba la razón de tanto odio inconcluso, por cada insulto, mas perdida se encontraba, no entendía por qué no la querían y eso fue lo ultimo que vio antes del ultimo golpe.

Al desmayarse comenzó a soñar; había un chico de espalda, con su cabello azabache ni siquiera voltio a mirarla, solo le dijo: debes volver. Ella al oír eso se negó, "¿por qué volvería?" Pronunció con lagrimas en sus ojos, ¿no ves que me odian? Ni siquiera el niño nuevo pudo protegerme, no vino hoy y esas niñas odiosas me golpearon, seguramente ya se cansó de mi como todos los demás. Este lugar es tranquilo, así no me molestarán mas.

El niño solo la escuchaba con atención, mientras su corazón se partía de tristeza y soledad.

¿Y tus padres? Finalmente preguntó. ¿Qué hay de ellos?¿los dejaras solos y tristes?

Todo puede cambiar, te lo prometo, no volverán a lastimarte, aunque no me veas te cuidaré y cuando te sientas sola estaré ahí para ti.

Luego le entrego una cadena con una Katrina incrustada, "no te dejaré, solo vuelve conmigo" susurró.

Mientras, los padres de Cristal fueron invadidos por la desesperación, ¿Cómo  es que no notaron que su pequeña niña era maltratada por sus compañeros?¿cómo no se dieron cuenta que a pesar de sus sonrisas sufría de rechazo?

¿Cómo la descuidaron tanto?

Preguntas sin respuesta, su hija estaba inconsciente y ellos se imaginaban lo peor.

Tras unas horas Cristal despertó, lloraba entre los brazos de su madre, sus lagrimas corrían y se encontraban con las de su madre, quien solo lograba decirle que todo estaría  bien para calmarla.

Al final de aquel fatídico día, la decisión ya estaba tomada, la alejarían de esa escuela, así empezaría de nuevo y no viviría bajo la sombra del rechazo.

sin despedidas...

Al día siguiente, Rayan despertó adolorido por los golpes de su padre, no le encontraba sentido a seguir en esa casa, odiaba ser pequeño y no poder defender a su madre de aquel monstruo, se cargó de ira y resentimiento y se juró así mismo que no permitiría esa injusticia y que cuando creciera un poco sacaría a su madre de aquel lugar de terror.

Caminó hacia su escuela con la esperanza de encontrar a Cristal y sentirse comprendido y acogido, sin embargo se llevó una gran sorpresa al esperarla por largo rato, pero, no llegó.

Seguro está enferma o algo así, pensó, después de todo varias chicas no asistieron ese día y la verdad no le interesaba saber de ellas, lo preocupante fue cuando pasaron tres días y Cristal no aparecía, le preguntó a una de sus compañeras, pero ella  negó saber algo, luego a otra, pero esta se puso nerviosa y al final lo dejó solo, notó que algo andaba mal y utilizó su ultimo recurso; hablar con los maestros.

Su animo cayó en picada, apretó sus puños de impotencia, la golpearon y no estuvo para defenderla, ni siquiera a ella podía defender, si su padre no lo hubiese golpeado ese día, ella aún estaría ahí, sin ningún daño, pero ya no le quedaba nada, tampoco pude protegerla, se lamentaba decepcionado.

Tras varios días de estar en casa, Cristal recuperó su sonrisa y calidez, lista para entrar a su nueva escuela, después de todo la anterior solo la llenaba de dolor, los pocos recuerdos felices con Rayan fueron opacados por el sufrimiento y desesperación que sintió aquel día donde él no estuvo, así quiso olvidar todo y en cierta forma lo logró, crecía con madurez, llena de sueños y con una inocencia única, sus padres la protegían de todo aquello que según ellos representaba una amenaza, aunque guardaron y sellaron lo sucedido no olvidaban la culpa, nadie lastimaría a su hija de nuevo.

Con el tiempo eso se convirtió en solo un mal recuerdo, después de todo pasaron varios años, tiempo suficiente para dejar el dolor en el pasado y vivir cada día a la vez.

En su nueva escuela hizo una gran amiga; Karla. Una chica elocuente y divertida, muy social  y cariñosa, en contraste a Cristal; fría, distante y inocentemente desconfiada.

Para Cristal su vida era demasiado común, aunque tenia lo necesario para vivir bien, constantemente se sentía vacía, faltaba ese "no sé que" que la sacara de la monotonía, y como cosa del destino llegó, sí llegó, un chico bastante lindo, quien desde el primer día de clase la cautivó, por alguna extraña razón cuando lo vio sintió una conexión única, parecía que lo hubiese visto antes, al instante se quito ese pensamiento, seria imposible, después de todo no salía de casa y el único chico que recordaba vagamente era ese niño de su escuela primaria, no recordaba su nombre con exactitud, pero, ¿Qué mas daba? eso no importaba ahora, lo observó de lejos, pues sus compañeras lo integraron haciéndole varias preguntas.

"Rayan" así se llama, le dijo Karla a Cristal, quien se quedo pensativa mirándola con cara de signo de interrogación, " sé que te llamó la atención, es la primera vez que veo que le sostienes la mirada a un chico, ya era hora", pronunció con cara juguetona. "No es lo que crees, solo me hizo recordar a alguien" se defendió Cristal, "alguien que está muerto para mi".