Una Esposa De Alquiler

Sophia Evans creció en una pequeña ciudad en algún lugar del mundo, pero por problemas económicos, sus padres corrieron a Estados Unidos, dónde ella creció. Es amante de las artes por ende cuando tuvo suficiente edad para empezar a trabajar y pagar sus clases de Artes, aquellas que sus padres no podían pagarle, ella no tuvo ningún problema en hacerlo, su familia intentaba apoyarla ciertamente tanto como podía, pero más de manera moral que de manera física, pues rara vez podrían ir a sus presentaciones de Canto o muestras de pintura. La economia no iba del todo bien en casa, sus clases de Canto aunque becada, le pedía dinero para las presentaciones, pues debían lucir elegantes y los vestidos solían ser un poco costosos. Las de Dibujo también pagas pedían demasiado dinero entre blocks de dibujo, lápices y entre otras cosas. El dinero comenzaba a afectar y ella impartir clases de Canto tampoco le resultaba suficiente para mediar todo lo que pedía su bolsillo. Un día estando en estado crítico en su mente pensó en la mejor manera de recibir dinero, pero la solución que encontró no era la mejor, aún así quiso aventurarse. Sin explicarle nada a ninguno de sus familiares y/o amigos. Entro a un edificio comercial, dónde era la cara de la agencia en la que comenzaría a trabajar. La peinaron, maquillaron y vistieron para tomarles fotos. A los 3 días de la sesión fotográfica, comenzó a tener llamadas de parte de la agencia, de ahí en adelante durante dos años, Sophie se hizo novia de personas de todas partes del mundo, por uno o dos días, algunos que no querían ir solos a reuniones de reencuentro de escuelas, otros ocultando su orientación s****l, pero nunca para recibir herencias. Le parecía un acto bajo de la sociedad para la cual ella se había dicho no prestarse. Debido a su trabajo ella había olvidado por completo lo que era amar, solo hacia su arte, ya no le importaba si en los recitales a final de año su familia no estaba, solo le gustaba sentir que trabaja y podía pagar todo lo que sus estudios artísticos pedían. Pero todo se volvería cabeza arriba, cuando el CEO de una importante empresa de Prestamistas se encuentre en búsqueda de una esposa por dos años, para evitar casarse con cualquier casa fortunas y olvidarse del amor, creció viendo cómo su padre amo a su madre y está escapo con su amante. Desde ese día había jurado no amar a ninguna mujer pues eso solo significaba perder, su padre cayó en depresión por un año casi perdiendo la vida, hasta que sus abuelos aparecieron y lo acompañaron en el dolor. Ahora había un gran inconveniente, su padre intentó que amara alguna mujer, pero el se negaba a hacerlo. Y ahora estando su padre en cama unos días si y otros no debido a su raumatismo, puso como única clausura para poder recibir su herencia, que se casará y formará una familia, se le entregaría todo el poder, pero solo tenía dos años para hacerlo, despues de la muerte de su abuelo. Había ido a una discoteca el día que se enteró de la clausura, para poder olvidar por completo, la mujer con la que posiblemente se hubiera casado estaba muerta. Pero quién diría que en ese lugar encontraría nada más y nada menos que a la persona correcta, aunque no sabía si estaba con su novio o amigas, detalle que se resolvió se manera inmediata una vez que ella le diera ciertos detalles después de estar muy borracha. — Hermosos ojos esmeralda — pensaba de vez en cuando. Él tuvo la dirección de su trabajo, y por supuesto sabía lo que quería, trabajaría con ella, para su beneficio de herencia y quizas enamorarla. — La quiero a Ella — El hombre sentado en la habitación frente a una señora de unos 45 años de cabello rubio, señalo la foto de Sophie. — Ella es la Srita Sophia Evans, pero, nunca se presta para las necesidades que usted busca — menciono un poco nerviosa la rubia. — No me interesa, la quiero, pagaré lo que sea — golpeó el hombre la mesa sobresaltando a la señora. — Si, Si Señor Patterson, nos comunicaremos con ella, apenas vuelva de sus vacaciones — sonrió un poco nerviosa. — ¿Es usted sorda acaso? — se masajeo el puente de la nariz — Cuando entre aquí dije que era de mucha urgencia, espero la tenga para mí mañana por la noche — Se levantó — Avíseme cuánto desea, pagaré inmediatamente la mitad de la Cantidad que Pida — Salió de la oficina dejando a la mujer con los pelos de punta, pensando en como convencería a la jovencita en prestarse para esta situación. Su Agencia se caracterizaba por tomar en cuenta los deseos de sus trabajadores ya fueran hombres o mujeres, pero este señor se había encaprichado con Sophie. Aún así nerviosa marco a su secretaria para pedirle llamara a Sophia Evans, en cuanto antes a su oficina, estaba de vacaciones para cuidar de sus padres quienes estaban bastante enfermos, esperaba que no tuviera los ahorros suficientes como para poder aceptar este trabajo. Su mayor inconveniente o el que ella veía con más preocupación, era que este trabajo era por dos años, y la señorita Evans solo los aceptaba por máximo un mes, y siempre se molestaba cuando le daban tanto tiempo, no podría imaginar cuánto se molestaría por dos años, pero está era una gran cantidad de dinero que no solo llenaría los bolsillos de su empresa, también los de la jovencita. (...) En otro lado de la Ciudad, en casa de los Señores Evans, la chica con el cabello despeinado, guantes de cocina y un delantal, sacaba cuentas en la oficina de su padre, contabilizando el dinero, a pesar de sus grandes ahorros los últimos años, no tenía la cantidad suficiente para operar a su madre quien era la que tenía una situación más grave. Después del accidente automovilístico de hace unos meses, sus padres empezaron a enfermar de forma constante, su madre tenía aún que someterse a una operación para una posibilidad de recuperar su movilidad en las piernas, ella no quería quitarle a su madre la oportunidad de moverse por si sola a sus 59 años, así que estaba decidida a operarla, pero, necesitaba un poco más de dinero, quizás con uno o dos trabajos de semana, los conseguiría con bastante facilidad. (...) El sr. Patterson, viaja en su auto camino a la oficina después del encuentro con la agencia, la mujer con la que había tratado, sabía que era la jefa, pero odiaba su manera tan lenta de hablar, y no llegar al grano de forma rápida. Habla escogido a la chica que estuvo buscando por largos meses, esperaba la convencieran, pues es a la única chica a quien aceptaría su mano. La vio por primera vez en una Discoteca, hace seis meses, habían llegado a tener un pequeño encuentro en los baños del, ella estaba con su novio, o eso era lo que él creía, hasta que ella en medio de su borrachera confesó dónde trabajaba y se dejó llevar por la pasión de esos ojos oscuros. Él no le había dicho a nadie que había quedado encantado con los hermosos ojos color esmeralda de la chica, tenía ya sus direcciones de casa. Incluso se habían visto más de tres veces el último mes, pero ella no lo recordaba en lo absoluto por su borrachera. Él sabía que ella necesitaba dinero, pero ella no sabía que él la necesitaba para ganar su herencia, aunque esto solo era una fachada de la razón principal, le gustaba Sophia Evans, pero su orgullo no lo dejaba acercarse de manera correcta, prefirió tomar el camino que le permitía ser el hombre de corazón frio que todo el mundo creía que era. Una noche de pasión, fue una noche suficiente para entrelazar sus vidas de por vida. Ahora su mayor conexión será tener una Esposa de Alquiler.