Capítulo 7.

1401 Words
Sophia estaba sorprendida, la casa por dentro era hermosa, de tonos rojizos y marrón por dentro, Aleríco le informo que era la casa donde vivía junto a su familia, aunque el deseaba algo mas pequeño, era grande, no muy de su gusto, prefería algo un poco más pequeño. La guío hasta la sala donde se encontraban 4 personas, no había especificado con quienes estaría, solo que sería su padre y hermanas. En efecto en la sala estaba un hombre canoso, que se parecía mucho a Aleríco, sin duda era su padre, habían dos chicas más, que reían con él, una era muy idéntica a Aleríco la otra era de ojos azules y cabello castaño tenía un poco de parecido a él, tenía una sonrisa muy cálida y sincera, a un lado de ellas, había una mujer de cabello n***o, morena y alta, mucho más que Sophie, casi de la estatura de Aleríco quizás algunos 5 cm menos. Aleríco se tenso de manera inmediata al notar la presencia de la otra mujer, Meredith fue su novia hasta que Milena le encargó a la pequeña, ella era su prometida, por obligación claro, no se había enamorado a primera vista en ese momentos y él creía que era amor lo que sentía por ella. Realmente solo era una estúpida confusión. Meredith miro a Aleríco y se levantó, para correr a su lado, lo abrazo y beso su mejilla, o sus labios, Sophia se tenso y apartó un poco, Aleríco tenía un semblante serio, reflejaba molestia y sus ojos negros se profundizaron un poco más reflejando la rabia que en el habitaba. — Mi amor cuando tú padre me llamo para que viniera a comer, por qué habías recapacitado y retomarías el compromiso conmigo, no pude evitar correr y arreglarme para ti — Sophia estuvo apunto de dar la vuelta e irse, cuando acepto el trabajo no esperaba ser humillada de esa manera, algo golpeó su corazón, su orgullo, ¿Cuánto debía aguantar por dinero? No importaba, todo por su familia, pero se sentía incomoda en esta situación, ¿Que hacía ella aquí cuando tenía una novia? Estaba un poco mareada porque no había comido en todo el día, solo un pan de sándwich en el desayuno, y más nada. Se tambaleó un poco haciendo un pequeño ruido con sus tacones mientras trataba de tomar el equilibrio de nuevo, por inercia levanto una de sus manos a la cabeza y la otra tratando de apoyarse en algo. Aleríco vio a Sophie tambalearse y corrió hasta ella dándole un pequeño empujón a Meredith. — Cariño, ¿Porque estás tan pálida? — dijo tomando la mano que buscaba un apoyo y con su brazo libre tomo la cintura. — Estoy... Bien — dijo con dificultad. — No lo estás — y justo al terminar la frase, sintió como el cuerpo de la chica se desvanecía en sus brazos, con rapidez la tomo y la cargo hasta el sillón grande. — Amorcito, ¿Quien es ella? — pregunto Meredith. — Es hermosa — dijo la chica morena a la hermana de Aleríco. Meredith fulminó con la mirada a la chica, nunca le había caído bien, y ahora muchísimo menos, el padre de Alerico lo miraba detenidamente, como su hijo demostraba preocupación por la mujer, estaba nervioso aunque nadie se percatara solo él. Ahí comprendió que había cometido un gran error. Estaba claro que había cosas que no sabía de su hijo, como también está claro que lo había mal interpretado está mañana, pensó que se refería a Meredith, y ahora resulta que había otra jovencita que se veía elegante y hermosa que podría ser la prometida de la que hablaba su hijo. Pasaron 15min antes de que volviera en sí, ella estaba confundida y con mareo aún, así que Aleríco pidió una habitación para que ella descansará y se estabilizará. Fue acompañada por sus hermanas. — Que pena, ¿Cómo sucede esto en este día? — suspiro mientras pensaba — debí haberlo avergonzado, aunque si la tiene a ella ¿Para que me quiere a mi? — — Lo lamento — se disculpo una vez acostada en la cama con ayuda de la morena. — No te preocupes — respondió la rubia — Soy Verónica — le sonrió. — Yo Beatríz, y tú debes ser la prometida de la que hablo mi querido primo — le sonrió. — ¿No venía a comer con sus hermanas? — pensó en voz alta — Yo soy su hermana, Bea se crío con nosotros prácticamente, asistíamos al mismo internado y en vacaciones estábamos aquí — dijo emocionada — Realmente mis padres tuvieron que mudarse a la misma ciudad para verme si quiera los fines de semana que salía del internado, pues pasaba más tiempo con ellos que con mi familia — ambas rieron — A Sophia le asombro un poco como las chicas hablaban de manera tan amena con ella, quizás era su forma de ser, con la rubia también hablaban igual, quizás eran amigables, Beatriz y Verónica hablaron sin parar, y de vez en cuando le hacían preguntas para saber un poco de ella, les parecía una chica adorable, un poco tímida quizás. — Sophia, vámonos — entro Aleríco de golpe interrumpiendo la risa a la que Sophia se había unido. — Hermano, ¿Que sucede? — pregunto Verónica. — No me voy a quedar en esta casa, junto a mi prometida mientras Meredith está aquí — ayudo a Sophia a levantarse. — Cálmate un poco primo — intento Beatríz. — No Beatriz, con permiso — dijo abriéndose paso. Sophia estaba un poco confundida, aún se sentía un poco mareada, pero siguió los pasos de Aleríco con un poco de dificultad, aún así lo sostuvo de la mano que el ofrecía frente a ellos mientras con la otra que pasaba alrededor de su cintura posaba Sophie si mano. — No Puedo creerlo, no puede hacerme esto — Se escucharon los gritos de Meredith. — Es mi culpa Meredith, yo mal intérprete las cosas — se escuchaba al padre — es mejor que te retires, hoy se trataba de mi hijo y su prometida — — No, yo soy su prometida — gritaba como desquiciada. Cuando los vio bajar de la escalera seguido de las jóvenes de la casa, intentando que no se fuera su cólera subió muchísimo más. Sophie se asustó un poco al ver con la rapidez que se acercó a ella, Aleríco que estaba muy distraído pidiéndole a su chofer a través del teléfono que preparara el auto, no se fijó en como Meredith corría hasta ellos. Slash un golpe sordo en una mejilla se escuchó, Aleríco no había podido defenderla de ella, el rostro de él se puso rojo, de la rabia. — ¿COMO TE ATREVES? — Grito y se acercó de inmediato a Sophie. — Cariño ¿Estás bien? — Sophia había tenido suficiente, mantenía la cabeza abajo aunque él intentaba levantarlo. — Sophia, Dios mío — dijo una de las chicas acercándose a ella. — Llévate a esta Zorra de aquí, tu te casarás conmigo Aleríco Patterson, eso fue lo que me prometiste — decía muy histérica aún. Intento acercarse a Sophie de nuevo y se encontró con Aleríco moviendola detrás de él protegiéndola. — No te atrevas mujerzuela — dijo con una mirada amenazadora. — no me iba a casar con la mujer que conseguía inversionistas a través del sexo, además nunca estuve enamorado de ti — escupió aquellas palabras con tanto odio, que todos quedaron en completo shock. Vicente Patterson se preguntaba porque demonios había metido la pata de esa forma, ahora su hijo estaba molesto y con toda la razón del mundo, nunca debió llamarla y pedirle que cenara con ellos. Cuando Vicente por fin tuvo lo que tanto esperaba se precipitó demasiado rápido y lo pensó ¿Por qué no espero que él llegara con la chica? Después de todo no debía haber metido sus narices dónde no lo llamaron. Pensó que sería bueno que ella estuviera aquí antes que Aleríco, Pero gran sorpresa se llevó cuando vio a Sophie entrar por la puerta. Sin duda alguna sería algo que su hijo no le perdonaría jamás, poner a Meredith en la misma casa donde presentarla a su futura esposa. — Cariño, levanta la cabeza — intento Aleríco de nuevo al acercarse. — Aleríco, sácame de aqui, ahora mismo - .
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