Capítulo 10.

1022 Words
Todos se encontraban sentados en la mesa, las enfermeras ayudaron a servir, ellas también tuvieron su porción de comida y postre. Henry pensaba desde que despertó en lo que su esposa me había dicho. Así que decidió darle una oportunidad al muchacho, solo que a su manera, era hora de hacer las preguntas que tanto había deseado hacer desde que vió el anillo de compromiso en el dedo de su hija. Después de varios intercambios de palabras entre Mary, Sophie y Aleríc de halagos a este último, Henry decidió que era el momento perfecto para preguntar. — Disculpen, no quiero sonar como un cascarrabias, pero me preocupa mi hija — bebió de su jugo de piña — ¿Que sucedió anoche para que ella llegara tan alterada? — Papá, ya te lo había hablado — miel Sophie de mala gana. — Tranquila cariño, me parece bien que pregunte, solo intenta cuidarte — tomo su mano sobre la mesa — seré sincero con el Sr. Evans — dijo mirando a Sophie. — Es lo mínimo que espero de su parte — siguió comiendo. — Anoche lleve a Sophia con mi familia, para que está la conociera, ambos tuvimos está relación tan en secreto que nadie de nuestras familias lo supo, por eso iba a presentarla anoche — miro a Sophie y los ojos de ambos se pusieron tristes. Los de ella porqué pensaba en su hermano, también en como se había sentido la noche anterior. Y los de él, tenían que ver con sentirse culpable por exponer a Sophie de esa manera. — Por desgracia, cuando comunique a mi padre que iría con mi amada anoche, él pensó que había regresado con mi ex novia, así que la invitó a cenar — Suspiro — fue un movimiento ilógico, pero ella estaba ahí anoche, esperándome — tomo de su jugo. — Aleríc en todo momento me defendió, pero pues ella creía que tenía derechos sobre él, me sentí ofendida, pero él me hizo sentir en todo momento protegida — sonrió mirándolo — Es solo que la situación con su padre no termino bien pues estaba molesto y no lo dejo disculparse, y bueno, como ya dije en la habitación más temprano, me recordó a Edgar — — Les debo una disculpa por exponer a Sophie a esta situación, soy sincero cuando digo que no era mi intención hacerlo — Hablo Aleríc. — Sophie es nuestro mayor tesoro — hablo el padre — Fue muy difícil para nosotros sentir que volvíamos a repetir la historia que vivimos después de que su hermano se fuera — suspiro — Es la única hija que me queda, por eso hago tanto empeño en protegerla — miro a Aleríco — Espero comprendas y puedas disculparme, todo lo que hago, lo hago en pro de su bienestar — Las mujeres Evans estaban sorprendidos por el cambio repentino del padre, hacia unas horas había dicho que no lo quería aquí, pero ahora, no solo parecía que le daba la bienvenida, también se disculpo de manera directa. — No se preocupe Sr. Evans, lo entiendo perfectamente, mi padre es así con mis hermanas, incluso yo mismo, me siento en el deber de protegerlas de cualquiera que quiera hacerles daño — Todos terminaron de cenar, la pasta estaba deliciosa, sin duda alguna la había disfrutado con el mayor gozó del mundo, después sirvieron el postre, torta de piña rellena de almíbar de vainilla y sobre ella una ligera capa de chocolate. — Que mezcla más extraña — pensó Sophie — pero sabrosa — dijo luego de meter un bocado a su boca. — Vaya, Ale, esto en sin duda alguna muy bueno, ¿Quien te enseño a hacer esta maravilla? — Pregunta la Sr. Mary — Fue mi abuela, cuando era niño me preparaba tortas para que me sintiera bien. Con el tiempo me fue enseñando a prepararlas, antes de fallecer me hizo prometer que las cocinaría para no olvidarla — sonrió con un poco de nostalgia — era una gran mujer — — Sin duda alguna lo era — tomo la mano de Aleríc. Mary miraba con emoción a su hija y su prometido, la mano de ella sobre la de Aleríc le hacían sentir que por fin su hija estaría bien cuidada, por otro lado Henry, quería creer que hacía lo correcto, pero aún así sentía que debía estar alerta para apoyar a su princesa de ser necesario. Siguieron charlando entre risas y anécdotas tanto de él como de ella. Hasta un poco después d ellas 9pm, cuando era hora de dormir, los padres se despidieron y Aleríc les aviso que se iría en un momento, Henry sabía que el chico tenía palabra y que no se propadaria con su pequeña, así que decidió confiar en su palabra. Aunque no se fue realmente, le dijo a Sophie que se iría una vez que ella estuviera durmiendo, para sorpresa de ambos, quien se quedó dormido primero fue él, al lado de la cama en una silla, Aunque a Sophia le dió un poco de nostalgia, se quedó dormida aún en su cama, quería moverlo pero el sueño la venció. A las 7am del día siguiente, él se despertó un poco adolorido, miro a su alrededor pues no reconocía dónde estaba. Cuando vio a Sophie recordó que se iría después de irse, pero ella aún hablaba. Quizás el sueño lo había vencido. Un poco apenado tomo sus cosas y se marcho, no sin antes darle un beso en la mejilla a la dulce chica que dormía en su cama plácidamente. — ¿Qué es esto que siento por ti Aleríc? — se pregunto cuando se levanto de la cama y tocó la mejilla que había besado. Aleríc salía con cuidado, pidiéndole a Dios algunas cosas, entre ellas que el padre de Sophie no estuviera despierto, si no se llevaría un buen sermón, y lo poco que había conseguido la noche anterior, se echaría a perder. — Dios ayúdame a enamorarla — decía Aleríc mientras salía de su casa con cuidado de no hacer silencio. — Dios, espero no estarme enamorando de él —
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