CAPÍTULO 12.-1

988 Words

El hospital huele a desinfectante y desesperanza. Entro empujando la puerta de vidrio con más fuerza de la necesaria, con los latidos, golpeándome las costillas como si quisiera salir corriendo de mí. El hall de recepción se abre en un espacio amplio e inmaculado, con gente caminando de un lado a otro, enfermeros con batas blancas, familiares con el rostro desencajado, niños llorando. Y yo. Yo estoy aquí de pie, sin saber bien por dónde empezar a preguntar. —Disculpe —llamó la atención de la recepcionista. —. Busco a Nicoló Visconti. Me dijeron que fue traído aquí esta mañana. Algunas siguen como si nada menos una mujer que parece entenderme y se acerca. La mujer, que parece llevar años viendo tragedias ajenas con rostro neutro, le dice algunas palabras a la mujer a cargo. Está asiente

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD