Liam Sanders era bastante conocido en el lugar en que vivía Jena, era casi imposible no haber escuchado nunca de él. Los rumores que pasaban de boca en boca eran los peores, Jena podía recordar el primero que llegó a sus oídos.
"Se dice que Sanders estaba ahí", era un día caluroso en la universidad, ella no llevaba mucho tiempo viviendo ahí, se había mudado para estudiar la carrera de medicina, su inglés aún era un poco torpe al comunicarse, pero afortunadamente podía entenderlo a la perfección.
"¿En dónde?", preguntó confundida, la chica a su lado le señaló con la barbilla a un grupo de hombres que parecían hablar en el estacionamiento, Jena vio por la ventana, sin saber qué es lo que tenía que ver exactamente.
"Liam es el de camisa roja.", aclaró otra de sus recientes amigas.
"El domingo hubo una persecución en el boulevard, cerca de la tienda de cosméticos al que fuimos la semana pasada, ¿recuerdas?", Jena asintió, escuchándola continuar. "Se le avisó a la policía desde el comienzo, pero no llegaron hasta una hora después."
"Uno de los autos chocó con una ferretería, pero estaba vacío.", habló Julissa, Denisse asintió abriendo unas galletas y mirando de reojo por la ventana.
"El martes encontraron a los que iban en él, muertos.", susurró. "Estaban tirados cerca del aeropuerto, no saben quién fue, pero dicen que era una guerra de pandillas, por eso creen que Liam estaba ahí."
"Eso y que el caso se cerró, no van a buscar más."
"¿Eso que tiene que ver con él?", preguntó Jena curiosa, Darcy se encogió de hombros.
"Es el líder de una pandilla."
"Eso ya no es una pandilla.", bufó Julissa, "Ese tipo es parte de una mafia, y este es su territorio, por eso la policía no le hace nada.". Darcy la abrazó por los hombros y la hizo asomarse más cerca de la ventana.
"Desde aquí no se ve, pero si un día pasa cerca de ti, fíjate en su hombro, tiene un tatuaje de una corona y una gota negra en el centro, ese es el logo de la mafia Corona Goteante."
"¿Qué significa?", las demás se encogieron de hombros.
"No se sabe."
Por supuesto, ese fue solo el primero de muchos rumores acerca de Liam Sanders que ella pudo escuchar. Jena nunca había comprobado lo del tatuaje, pero suficiente gente decía haberlo visto como para que ella ni siquiera se planteara dudar de ello. Con el tiempo, simplemente perdió el interés, Jena pensaba, que personas como él había en todo el mundo, y su carrera ya era lo suficientemente difícil como para concentrarse en chismes que no le incumbían.
O eso era hasta que Liam Sanders había enfocado sus ojos en ella en el antro al que había ido el fin de semana con sus amigas hace casi un mes. La situación no había pasado a más, y Jena agradecía no ser el tipo de persona que sale demasiado, porque no creía que alguien como él estuviera acostumbrado a recibir un ´no´ por respuesta, y para entonces, deseaba profundamente que Liam se hubiera olvidado de su rostro.
Y mientras tomaba uno de los libros del estante de la biblioteca de la universidad, se preguntaba que tan mala suerte podría tener, porque, de todos los lugares que había en esa ciudad, Liam Sanders estaba justamente en la biblioteca, y de verdad, ¿qué tan probable era que alguien como él estuviera en una biblioteca? Jena no quería juzgar sin conocer, pero era inevitable pensar que realmente todo le estaba jugando en contra ese día.
Abrió el libro de anatomía humana y vio entre pestañas al hombre, llevaba una camisa azul y unos jeans desgastados, su cabello estaba más largo de lo que recordaba, despeinado y cubierto por una gorra negra, los mechones se escapaban alborotados en su nuca y su frente.
Para Jena, Liam Sanders no era precisamente el más atractivo, pero podía ver los músculos en sus brazos, recordaba la dentadura perfecta y los ojos negros más peligrosos que alguna vez había presenciado, también las venas en sus manos y la voz grave y ronca. Liam Sanders era un hombre varonil, de esos de los que nada bueno puede salir.
Regresó sus ojos a las letras en el libro y tragó saliva, esperaría a que él se fuera, y entonces ella podría huir como si nada hubiera pasado, o ese era su plan, antes de que la tomaran por los hombros. Jena saltó por la sorpresa y se giró asustada, Julissa se rio sonoramente, llamando la atención, hasta que pareció recordar el lugar en el que estaban, callando precipitadamente, sonrió avergonzada y le quitó el libro de las manos.
"¿Encontraste el que necesitamos? Genial.", Julissa la tomó del brazo y la jaló con ella hasta la mesa en que su equipo estaba trabajando. Jena ladeó el rostro apenas un poco, sintiendo un gran peso en su espalda.
Se encontró con los ojos negros de Liam Sanders comiendola de la manera más amenazante, de una que Jena no sabía que se podía ver a alguien, un escalofrío recorrió su espalda, estaba segura de que esos ojos serían un gran problema más adelante, pero esperaba estarse equivocando.