—¡Estoy listo! Habla el rubio interrumpiéndolos. — Haremos una parada para comer por el camino. Extraño a mi mujer para que me cocine. Esto último lo dijo enfocando sus ojos hacia su cuñada. —No soy su cachifa Daniels. La castaña pone los ojos en blanco. —No caeremos en discusión, debemos irnos ya. Demanda Demian. —Tú y yo no hemos terminado un asuntito. Reprocha la castaña a su esposo. —¡Luego lo hablamos! Contesto seco bajando los escalones. —Te juro que te castrare si me entero de algo que no me guste Demian Morgan. La risa de Daniels resonó en toda la montaña, el rubio al escucharlos discutir se carcajeó sin miedo a desquites por parte de los dos psicópatas que tenía como familia. —La rubia… siempre la rubia. —Cállate maldito c*****o. Le gritó Aurora desde la casa. —Seguro le c

