Los párpados de Aurora se movían despacio, comenzaba a despertar. En cuanto los abrió, se maravilloso por ver de nuevo a esos hermosos ojos que lo había cautivado desde el primer día que la vio, estaba desorientada podía notarlo. Aurora sintió una calidez en su mano, era suave y tibia la caricia que recibía. Luego vino un apretón el cual ella respondió, a los segundos abría los ojos lentamente recibiendo a cambio una intensa luz blanca que la cegó de momento. Al acostumbrarse a ésta lo primero que vio fue a él. Su mirada era suave para con ella, esos ojos tan hignotizantes que le decía que todo estaría bien ¿Pero qué había pasado?, se preguntó. ¿Cuándo la rescató? No comprendía nada. —Demian... —Shh... Tranquila, estarás bien. —¿Que... qué pasó? Tartamudeo, mojando los labios con su le

