Estaba furiosa, le molestaba el hecho de tener que trabajar bajo presión gracias a que se había encaprichado de ese rubio. Hubiese sido más fácil el trabajo si tan solo no tuviera esos enamoramientos pasajeros con los tíos equivocados... A mitad de camino le dio órdenes al chófer que la llevara al galpón donde se encontraba la secretaria, necesitaba hacer esa parada antes. Al llegar aquel viejo lugar, se bajó de inmediato sin perder el tiempo en trivialidades como preguntar cómo estuvo el día. Mahia entra en el lúgubre lugar y desde lejos puede ver a la rubia aún atada a la silla con la cabeza hacia abajo. Se aproximó rápido a ella tomándola bruscamente por su largo cabello amarillo, la mujer grita del dolor por cómo era tratada. —Dime ¿dónde está tu jefe? Mahia jalaba el cabello de la c

