Él sonríe porque sabe que meterle presión a la mujer solo avivaría las ganas de terminar su trabajo. Ya que si no lo hacía, mataría a Daniels sin contemplaciones. Suspiro. Necesitaba un respiro, deseaba a una mujer ardiente que relajara su cuerpo. Se levantó de la cama y camino hasta el exterior de su propiedad, era una villa que se levantaba en lo alto de una colina. Afuera el sol era radiante, en las paredes de la casa se podía observar el brillo del agua de la enorme piscina. En cuando sale observa a una mujer nadando en el agua.
Él se aproxima a la orilla de la piscina y ella nota su presencia sonriéndole. La mujer de cabello azabache que le llegaba hasta la cintura sube por las escaleras contoneándose de manera descarada con un diminuto bikini color verde solo para que el hombre que
