Alguna vez...

CAPÍTULO 0- INICIOS

PASIÓN

Es una emoción definida como un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto. Así, la pasión es una emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo.

¿Cuál es mi pasión? ... Esa es una respuesta fácil, mi pasión es el motocross.

Dejo de divagar y me concentro en circuito que esta frente a mis ojos, acelero y me dirijo a los pits, ya tuve demasiado, conducir de esta forma tan distraída es malo, pero no es mi culpa, si no fuera porque discutí con mamá esta mañana tal vez tendría más ganas de correr.

Una vez en los pits freno con brusquedad, sin apagar la moto me quito el casco, necesito aire, estoy apunto de atar mi pelo en un moño cuando escucho una voz y pasos acercándose.

-¡Eso fue genial conejito esponjoso!- Frunzo el ceño ante las palabras de mi amigo, ¡odio ese apodo!- Aunque te ves un poco molesta- Me siento impresionada de que Fyyn haya logrado llegar a esa deducción, no es como si se me notara en la cara, no puedo evitar rodar los ojos- Bueno, ok, tal vez estas muy..¡ Ahg, Cris!

No puedo evitar reír cuando mi amiga jala de los rizos este, los ojos azules de Cris miran de una manera fría a Fyyn, que se esta frotando la zona del tirón, a diferencia de la actitud juguetona y exasperante de el, ella es un bloque de hielo, mi pequeño cubito de hielo.

-Deja de molestar, eres irritante- dijo la chica de ojos azules

-Pero a mi conejito esponjoso le gusta que la llame así, ¿Verdad Sam?- Lo miro de mala manera mientras bajo de mi moto y la apago- ¿Verdad?

-Odio que me llames así- no puedo evitar que mi voz suene fría y seria. Definitivamente odio ese apodo.

-¿Ves Cris? no le molesta- Fyyn nos da una sonrisa radiante y contengo mis ganas de golpearlo para que se calle. Ahora somos las dos las que rodamos los ojos.

- solo vámonos hoy es viernes de películas y lastimosamente me toco a mi esta vez- siento lo irritada que esta por su tono de voz, pero sonrío porque en su lenguaje es su extraña forma de decir que le gusta que nos quedemos a dormir en su casa, después de todo ella no tiene que ir a ningún lado , si ya vive ahí.

-Vámonos entonces- no puedo evitar sonar feliz, las noches de películas son una de las pocas cosas que no cambiaron en estos tres años.

***

-No entiendo como puedes llorar con una película así Fyyn- volteo a mi derecha y veo la expresión burlona en la cara de mi amiga , la verdad que la película si es triste.

-Yo no entiendo qué clase de ser desalmado eres como para no llorar- ahora volteo a mi izquierda y aprecio como los ojos verdes de mi amigo están rojos por tratar de contener las lágrimas, aunque falló en su intento.

- Oh ¡Vamos! no está tan triste, de hecho hasta da risa, ¿No Sam? -impresionada por sus palabras la mira y frunzo el ceño- ¿Por qué me miras así?

-¡El perrito muere!- Me levanto del sillón de la sala de estar de la casa de Cris y enojada empiezo a recoger las cajas de comida rápida, miro el reloj, apenas y son las once de la noche.

Suspiro y me dirijo a la cocina para botar los envoltorios, me lavo las manos, salpico un poco de agua en mi cara y vuelvo a la sala. Apenas atravieso la puerta ellos me miran serios, suspiro frustrada mientras alboroto mi pelo y me acerco, se lo que se viene y no me gustan los interrogatorios.

- Esta bien, disparen- me dejo caer en el sillón individual, cruzo mis piernas por sobre el brazo de este para poder mirarlos de frente.

- Estas enojada, ¿Por qué?- Inclino un poco mi cabeza como un perrito y la mira, para ellos yo soy como un libro abierto.

-No estoy enojada- me cruzo de brazos mientras veo como Fyyn se mueve incómodo hasta sentarse al borde del sillón.

- Conejito, sabemos que algo te molesta, solo queremos ayudarte- Fijo mi mirada en el, su tez morena contrasta con el castaño oscuro de sus rizos y sus ojos verdes, sin dudas es atractivo, pero no mi tipo.

-Esta bien, si estoy enojada- Al vicio les mentiría, solo desaprovecharía oxígeno.

-Eso ya lo sabíamos, ahora dime ¿Qué hizo Anabel esta vez?- ella se inclina para adelante apoyando sus codos en sus rodillas con el gesto serio, más serio de lo normal, como si eso fuera siquiera posible.

-Mamá quiere vender la moto de Eric- digo con un hilo de voz, odio tener que decir eso.

-¿¡ Que carajos!?- ella se levanta de golpe asustándonos a Fyyn y a mi.

-Oye relájate cabeza de a...-Antes de poder terminar la oración Cris lo interrumpe hablando más alto.

-No te metas con mi cabello, con mi cabello no- Ella lo apunta y pobre Fyyn, hasta a mi me daría miedo hablar.

No puedo evitar levantar la vista y fijarme en mi amiga, ella se acomoda un mechón de cabello morada colocándolo detrás de su oreja, dejándome apreciar todos los aros que tiene en la misma.

-Explícame porque tu madre quiere vender la moto de tu hermano- Cris se cruza de brazos y ahora hasta parece enojada conmigo.

-Me lo dijo hoy antes de salir para la escuela, de hecho ya hasta la vendió, mañana por la mañana la iban a retirar, no tengo ni idea quien es el comprador pero no estoy feliz con todo esto- Las dos nos miramos, a ninguna nos gusta la idea de que esa moto sea vendida, después de todo era de Eric, igual a la mía pero en color rojo, como nuestro cabello.

Sonrío recordando ese momento, fue para nuestro cumpleaños número 12, dos motocicletas modelo Honda Tornado Xr 250, una negra, y la otra roja, estuvimos todo el día discutiendo sobre quien conduciría la roja, hasta que mama llegó con dos sobres a la cocina y nos dijo que elijamos uno y el que tenga escrito la palabra "rojo" sería el que se quedaría con la moto.

-Entonces tendremos que ir mañana al circuito- Cris y yo nos miramos sorprendidas antes de voltear a Fyyn que esta bien tranquilo en el sillón - ¿Que? ¿No quieren conocer al comprador? Seguro y va al circuito, nadie compraría una motocicleta así solo para andar por las calles, no aquí al menos.

No es del todo mentira, en Silverstone la gran mayoría de nosotros ama el motocross, es como una religión, si bien no todos corren, si van a vernos competir en las distintas categorías.

Miro a mi amiga y ella me da una sonrisa, asiento, tenemos la misma idea.

-Bien, si no te equivocas Fyyn, mañana conoceremos al supuesto comprador.

***

-Tranquila Sam- siento que Fyyn toca mi hombro y le sonrío, es mucho más alto que yo así que tengo que levantar mi cabeza para verlo- Pase lo que pase, solo relájate, esa persona no hizo nada malo, ¿Entendido?- me limito a asentir y dirigirme a los pits.

Una vez ahí empiezo a buscar una moto roja, la encuentro en el último box, me acerco y la observo, sonrío, se que es esta porque en la parte de atrás del espejo derecho hay una "E y S" grabadas de una manera muy irregular, Eric las grabó cuando teníamos 12 años.

Me parece raro que el dueño no esté aquí, sin embargo eso no me detiene a seguir observando la moto de mi hermano. Está reluciente, de hecho, yo la limpie hace dos días.

-Te extraño mucho..- mi voz suena melancólica mientras paso mi mano por el asiento de la moto roja.

-Tu debes ser Sam- me sobresalto por la voz que escuchó detrás de mí- Tu madre me advirtió que harías algo como buscar al comprador de la moto, no conozco mucho la historia- me doy vuelta rápido y veo que es un hombre alto, pero no puedo ver su cara, sigue teniendo el casco puesto.

-Lo siento si fui inoportuna- Agacho mi cabeza avergonzada.

-No te preocupes, es un placer Sam.....

-Lougthy, Sam Lougthy- Le tiendo la mano para que me estreche.

-Un placer Sam Lougthy, yo me llamo Jack- se saca el casco y lo primero que veo son sus ojos grises, su nariz respingada, pómulos marcados y su cabello dorado, sin dudas es atractivo, no puedo ni quiero negarlo- Jack Jones- Me estrecha la mano, no siento una chispa o corriente como dicen los libros, pero si me incomoda su cercanía, esto está mal.-¿Puedo hacerte una pregunta Sam?

-Seguro..- no entiendo su confianza pero me intriga saber lo que tiene que preguntarme.

-¿Alguna vez pensaste no parecer una loca?

Y desde ese día Jack Jones fue mi peor pesadilla.