Pareciera como si hubiera pasado una eternidad en esta oscuridad. No se si estoy soñando, o si estoy hechizada. Solo sé que estoy sola y no tengo a nadie cerca. Solo oscuridad, ¿Dónde estará la luz? Comienzo a gritar con todas mis fuerzas, trato de hacer emerger la fuerza del fénix que vive dentro de mí. ─Ignaelis, no estas y nunca estarás sola. Escucho una voz llamándome, me giro en todas direcciones tratando de averiguar de dónde proviene esa voz. De la nada todo se ilumina, y se siente cálido y ante mi emerge la figura de un gran fénix con su aura de fuego. ─Tu y yo somos el principio y el fin, recuerda tu no morirás. ─Me dice, mirándome con su imponente figura. ─ ¿Qué fue lo que me paso? ─Le pregunto. ─Destino. ─Ante mi aparece mi maestro el gran Lobo Blanco. ─ ¿Destino?

