EL ALA OESTE
NARRA SKYLAR GREY
Pasan tres días desde la última vez que Alexei y yo estuvimos frente a frente. Me he pasado los tres días encerrada en la habitación, leyendo libros, viendo películas y series en las plataformas de Streaming del enorme televisor que está empotrado en la pared de la habitación, comiendo, y aburriéndome hasta el cansancio, solamente para no verlo a la cara. Tal parece que él tampoco ha querido verme, después de mi desplante y de que se fuera furioso de aquí, porque no ha asomado ni siquiera la nariz por la habitación.
Mi mano está mejorando. El doctor dijo que no era una fractura, pero que debía mantenerla en reposo y tratar lo menos posible de ponerla en movimiento, sobre todo para golpear los rostros o espaldas de esos gorilas fortachones que Alexei tiene
