Aveces recuerdo aquel día que papá los vio, sé que mis palabras lo destrozo más a él.
Enrique, —Ya has llegado mi niña, recogí a Angela—
Mariana, —¡Has cocinado!—
Enrique, —Si, sabes encontré trabajo—
Mariana, —De verdad papá—
Angela, —¡Que rico!—
Mariana, —Me alegro hermana, que ya no llores—
Angela, —Papá, me dijo que mamá, se fue de viaje—
Mariana, —(triste) Si pronto volverá—
Papá solo me miro, desde entonces tomo la decisión de dejarla ir ya no le volvió a buscarla más solo que en ese instante estado llorando, yo le abrace y nos fuimos desde entonces ahí papá estaba triste aún más y en un mes o dos pasado llegó a conseguir un trabajo de obrero de construcción era un trabajo que jamás pensaría en trabajar.
Mariana, —Papá, ya has llegado—
Enrique, —Si hija—
Mariana, —Ahora te sirvo, cocine arroz blanco con pollo frito—
Enrique, —¡Pobre mi hija!, no debe hacer eso, solo estudia—(triste)
Mariana, —Papá me gusta hacer algo—
Enrique, —Vengo agotado hija, pero lo que gano ayuda—
Angela, —¡Papá!, has llegado sabes necesito colores y una nueva cartuchera—
Mariana, —Angela, no vees que papá esta cansado—
Angela, —Papá mira a Mariana—
Enrique, —Angela tu hermana te quiere mucho—
No era de lo que él ejerció en el principio, pero así lucho por el hogar, para hacernos terminar los estudios a sobrevivir estado sin ella, lo ví sufrir por ella siempre aunque se hacía el fuerte y tenía una sonrisa.
Angela mi hermana creció y que entro en primaria la necesitaban más a nuestra madre, aún lloraba y quería que vuelva ya, solo yo la abrazaban, hasta que mi padre se enfermo y así trabajo para vernos terminar de estudiar.
Ya estaba en la secundaria y terminaré a los 17 años de edad y ahí aún estaba yo estudiando lo básico para ingresar a una universidad,
Enrique, —Aún estudiando hija—
Mariana, —¡Si papá!, además Angela aun duerme—
Enrique, —Ojalá ya no repita más el año—
Mariana, —Ojalá ya no—
Enrique, —(toseado) Me iré a descansar hija y no te desvele Mariana—
Mariana, —Esta bien papá, descansa, yo ya terminaré—
Papá aún estaba vivo aún cuando Angela estaba en primaria ya tenía 12 años no era tan lista que repitió dos veces, ella es rebelde y se distraía rápido.
Mi padre siempre trabajo como obrero, mientras ella tenía comodidades que ella tanto soño en su vida, así paso aquel año papá comenzó a sentirse mal.
Enrique, —Hija cuida a tu hermana, quisiera decirte la verdad—
Mariana, —Papá no hables, te hace mal—
Enrique, —(tosea) Hija, perdóname por haberte alejado—
Mariana, —Papá, no entiendo es mejor que duermas—
Enrique, —Mariana eres mi ángel, tu hermana es mi niña—
—Rosa tenía una niña de 5 años, me duele, solo busca hija—
—(tiembla) En mis cosas hay una llave—
Mariana, —Papá, no se que hablas, pero contigo lo vamos a buscar—
—Cuando te recupere esta bien—
Enrique, —Hija estoy cansado y débil—
Mariana, —Descansa papá, por fin nos dieron un cuarto—
—Duerme, mañana vendré con Angela—
A pasar el día nuestras vidas cambió, nuestro padre murió de una enfermedad incurable, así estuvimos solas las dos cuando tenía 17 y Angela 12 años, mi promoción fue la más triste para mi.
Mientras su promoción de Angela era alegre como si ella quería cerrarse con eso, ahora yo iré a la mía en la noche.
Rachel, —Mire a la pobretona sola, ah no con su amiga—
Cristina, —Bruja arrecha—(molesta)
Mariana, —Amiga, no importa—
Cristina, —Esa perra se ido ganadora—
Mariana, —Cristina, amiga déjala—
Cristina, —Yo quiero ayudarte—
Mariana, —Por eso somos amigas—
Cristina, –Ese Leonardo se desapareció como siempre—
Mariana, —Amiga, ¡Celosa!—
Cristina, —¡No, jamás!, ese no me gusta—
—Solo es que somos amigos los tres y él se desaparece—
—¡Estas preocupada! o te duele algo—
Mariana, —Si amiga y no me duele nada, pero tristeza tengo—
Cristina, —Si entiendo, tu papá murió, pero ya debe estar mejor—
Mariana, —Si lo sé, sabes necesito encontrar—
–Un trabajo, y Angela perderá el año para ingresar a la secundaria—
Cristina, —Vas a encontrar trabajo Mariana, pena por Angela por fin solo es la secundaria—
—Por fin en el jardín no había 3, 4, y recién hay 5 años—
Mariana, —Si amiga, me retiro amiga—
Cristina, —¡No amiga!, no me dejes aquí sola, por favor—
Mariana, —Me quedaré un rato—
Cristina, —Si amiga y te quiero mucho—
Así espere un rato en la fiesta de la promoción, con Cristina nos fuimos a la casa, cuando cumplí 18 años ya tenía opciones para un trabajo.
Aunque deje de prepararme para ingresar a la universidad y llore tanto aquel día que se fue el único que le hemos importado, yo ahora lucho por mi hermana Angela para que sea algo que yo no podré llegar.
Cuando paso un dos semanas después que papá murió, me encontré a mi madre todo linda bonita ropa de su gusto y joyas que dejaba una ciega, me miró con desprecio y me hablo de una forma así.
Rosa, —Como se encuentra niña—
Mariana, —Ni puedes saludar a tu hija—
Rosa, —(sonríe) Dile a tu padre que quiero hablar con él—
Mariana, —(triste) Usted es la menos indicada de hablar de él—
—Para que se alegre, él murió de una enfermedad incurable—
—Murió llamado a su esposa y quería decirme la verdad—
Rosa, —(preocupada) Y te lo dijo—
Mariana, —No, cual verdad, seguro quería decirme que usted era una mujer buena—
—Además decía cosas que no tenía sentido, y no lo escuché—
Rosa, —Olvídalo, bueno cuídate Mariana, cuída a Angela—
Mujer, —Pasa algo Rosa, te está molestando esa chica—(con asco la miraba)
Rosa, —No Silvia solo se acercó para ofrecerme algo—
—Vámonos mejor—
Jamás volteo a mirarme y ahí me di cuenta que ella no era nuestra dulce madre que era antes, ya no lo era.
Después de aquella vista de mi madre he estado pensado mucho, sobre su actitud aveces pienso que solo quiso ser como siempre oculto su verdadero rostro que era vivir bien no la entiendo ni lo haré.
Solo se que nos dejó y cuando la ví solo me trató así, bueno mi hermana había repetido dos veces los últimos años de la primaria era rebelde solo papá la vio repetir dos vez aunque bromeaban mi padre la tercera será la definitiva.
Antes de irse para siempre nuestro padre, ahora ya tiene 14 años Angela, ahora está en secundaria en primero de año, porque aparte de repetir no le pude ayudar para pueda ingresar a la secundaria que ella quiso solo.
La secundaria del estado nos quedó, pero perdió un año y no teníamos los suficientes para que estudie los gastos de mi padre para enterrarlo fue mucho y perdió el año en entrar para estudiar en la secundaria.
Angela, —Me alegro que podré estudiar ya en secundaria—
Mariana, —Ya estas feliz, hermana—
Angela, —¡No!, pero por favor puede decirle a mis compañeras que soy menor—
Mariana, —Solo tienen 14 años, que diferencia hay—
Angela, —Mariana, ¡Tú jamás entiendes!—
Mariana, —Ya estas molesta, hermana—
Angela, —No me hable más, estaré en mi cuarto y por favor avísame para almorzar—