Mariana

Mariana Díaz. Soy Mariana Díaz, hija mayor de Rosa y Enrique, mis tiempos de conocimiento pensaba que mi familia era para siempre pero eso era falso, fui o soy una chica que tenía metas en la vida, pero a transcurso de mi vida no todo fue así aquellos momentos que vivía llena de alegría, amor y unión en familia. Pero todo eso más cambio en un abrir y cerrar los ojos, aún siento esos años lo que fue en mi vida, pero todo terminó por ella mi madre, aún parece verla ahí a mi supuesta madre tanto con mi padre justo dando amor a ambos también a mi y mi hermana pequeña, ahora solo es un recuerdo doloroso. Cuando era pequeña mis padres estaban aún juntos todo era como si fuera este año pero solo son recuerdos, me contó papá que de niña era feliz con apenas 6 años de edad ya quería ser actriz y cantante así de pequeña ya tenía una vida para hacerlo. Papá me decía que aún estaban juntos se reía de mis travesuras era la familia perfecta era lo que creí, que éramos felices los cuatro juntos con mi hermana que en esos tiempos aún era pequeña tenía 1 año de edad, pero como dice: "Nada es para siempre", fue así. Mi padre tenía un buen trabajo tenía tantos recelos de algunos compañeros de trabajo por su labor y por mi madre también, ella es una mujer muy hermosa y tenía una buena personalidad así escuchaba siempre a mi corta edad que tenia en ese tiempo. Era por sus curvas de infarto, en mi tiempo solo yo, tenía solo una amiga que es Cristina es mi mejor amiga crecimos juntas y apareció Leonardo lo había conocido ya en la secundaria aunque lo había visto antes, así era mi vida sencilla. Pasaron días, meses y los años tan así tan rápido en el trabajo de mi padre estaba teniendo rumores de malos manejos, pero así paso un año más bien o mal tanto que a mi padre lo despidieron injustamente de su trabajo entonces estaba sin trabajo en ese año cosas raras fue esa situación. No nos fue tan mal, pero había como un aire pesado en el hogar, hasta que al año siguiente mi mamá encontró trabajo en una oficina sin tener experiencia en esas cosas, pero en total tenía trabajo ella como ayudante de un asistente amigo de mi padre. Tal vez lo era lo ayudo a encontrar un puesto que pueda desempeñar ella, mi madre estaba tan feliz por el trabajo, ya mi hermana estudiaba y yo también, así ella cubría los gastos de la casa y los servicios como agua y luz, desde ahí mi madre tenía que ir bien vestida al trabajo entonces ahí fue su cambio estaba diferente. Se vestía bien tenía cosas buenas se compraba lo mejor para ir a trabajar, desde entonces ahí aparecieron las peleas muy frecuentes discusiones con tono tan despreciable era sentir un infierno en la casa, solo nuestro cuarto era silencioso, pero lamentablemente se escuchaban. A estar así porque no sabía si mañana estaría mejor los dos me escondían con mi hermana aunque esos ruidos eran fuertes hasta que los vecinos se quejaban de que no pelee delante de nosotras. Mi madre peor se molestaba estaba cansada de que se meta con los vecinos porque era y es su casa y a ellos no le debe importar nada, aunque yo ya era grande de solo 11 años y Angela de 6 años. No entendía bien lo que estaba sucediendo o si lo sabía solo que quería vivir pensar que éramos felices algunas veces veía y verlos me daban alegría cuando ellos se llevaban bien y triste cuando peleaban ya no sabía que puede pasar hoy o mañana. Hasta que un día ví a mi madre llegar a la casa diferente llena de odio parecía otra persona así su real rostro apareció, dió pasos me había visto, pero no me dijo nada era diferente como era desde que empezó a sobresalir ella. Entonces entro a su habitación agarro una maleta vacía del armario, fui a su habitación yo la observaban desde la puerta que estaba abierta ni me miraban veía lo que hacía estuvo escogiendo su ropa y todo lo que tenía colocado sus pertenencias en la maleta. La ví todo lo que hacía se alistó para irse cambiando su vestimenta a uno que le quedaban bien, aunque parecía muy corta su falda antes de irse llegó mi padre la miro, pero paso por delante de él y a mi dejado atrás por fin mi hermana Angela dormia. A irse de aquí para siempre sin mirar atrás le dice a nuestro padre con esa manera tan fría y diferente de ella. Rosa, –Querido esposo me largo de tu vida, estoy cansada de vivir así— —Y no necesito más de tu miseria que me das, eres un inútil– Enrique, –Hago lo posible de encontrar trabajo, pero no me quiere dar— Rosa, —Yo soy la que mantenía esta pocilga, ahora tendré lo bueno— Enrique, —Amor no me deje, nuestra hija no piensa en ellas– Rosa, –No me interesa ninguna de ellas, tu sabes la verdad– Enrique, —Si, pero son nuestras niñas— Mi padre se quedó parado y mudo ver su rostro de ella, hasta que aquellas lágrimas y verla a mi madre abrir la puerta cerrar tan fuerte no le importo dejarme así a mi y mi hermana Angela de esa manera. Mi padre lo veía ahí parado frente a la puerta esperando que vuelva, pero no lo hizo ya no era la madre amorosa, gentil, con los ojos brillantes era una mujer distinta como si fuera otra como si fuera la verdadera mujer que fue. Desde entonces ví aquel día a mi padre destrozado, Triste, nervioso y sin ganas de vivir cuando se fue ella, nos abandono sin mirar atrás, aquel día nunca lo ví llorar a él siendo tan fuerte y tan alegre solo era pena así como lo veía hasta ahora estuvo así antes de irse para siempre hasta su muerte estuvo triste. Mariana, –Papá no llore yo y mi hermana estamos aqui– (voltea hacia mi con los ojos húmedos) Enrique, –Mi niña no se preocupa, mamá va a regresar ella va a volver– –Hicimos una promesa ella lo sabe bebé– Mariana, —¡Papá, debe ser!— Ya no le dije nada a mi padre, me fui con mi hermana a él solo en la sala cuando él falleció de una enfermedad incurable, antes de su partida en esos tiempos mi padre no tenía trabajo buscaban trabajo, pero no encontraban nada de lo que era antes. La empresa donde trabajo lo había botado sin ninguna razón aún no lo pagaron nada a él lo dejo así por tiempo, y por eso ella no aguanto mi madre se fue como ya tenía ella labor alguno abandono a su familia, más nos abandono a mi padre y a sus hijas sin que le importemos ahí supe el dolor. Que te deja alguien que amas tanto te da la espalda en familia solo tristeza, aun recuerdo que pasado los dos días que pasaron cuando se fue ella, mi padre la busco. Yo lo acompañe estaba ahí con él y solo tenía 11 años la vimos besar a un hombre de apariencia millonario porque estaba bien vestido con un traje que seguro es costos, si era de plata solo que tenía un reloj muy caro a ver eso, mi padre se volvió loco se iba acercar a ellos, pero yo le detuve en ese preciso le dije llorado yo a mi padre. Mariana, –Papá vámonos por favor, ella nos olvidó de nosotras hasta de ti papá— —Por favor a qué irnos de aquí ya no nos ama vámonos ya– Enrique, –Esta bien mi niña no llores más sea como sea les sacaré adelante– Así pasaron los días, meses y años y mi padre fue el único que nos dio vida y amor.