Amelia
(Narra Amelia)
Son las 6:16 am y yo ya estoy despierta, lo cierto es que no he dormido mucho, me he enganchado con una serie y al estar de vacaciones se me ha ocurrido desvelarme, ahora mismo tengo mucho sueño, pero no puedo dormir, mi padre vendrá a “despertarme” pronto para ir a correr, lo hacemos todas las mañanas, mi padre dice que siempre debo estar en forma, no por estética, sino por salud.
Son las 6:32 am y yo ya estoy lista para salir, como hace bastante frio decido usar un buzo grueso, una camiseta ancha, un pantalón licra, medias gruesas, y zapatillas, ato mi cabello en una cola de caballo y estoy lista, me miro al espejo y me siento feliz, amo mi cuerpo, no soy la mas alta pero tampoco soy muy chaparrita, me considero estatura promedio, no soy una diosa sexy, pero tengo mis curvitas, pero lo que mas amo de mí, es mi cabello y mis ojos, soy rubia y mis ojos tienen un tono azul grisáceo. Mis padres siempre me han dicho que soy hermosa y aunque ahora me lo creo, hubo un tiempo en el que me sentía la cosa mas horrenda del planeta, pero esa es otra historia.
- ¡Amelia! Cariño es hora de irnos – ese es mi padre, Dante Castello, deportista innato, empresario destacado y no es porque sea mi papá, pero es un hombre muy guapo y musculoso, un padre amoroso y un esposo completamente enamorado de su esposa, mi madre.
Amelia, me gusta mi nombre, como suena y como se escribe, es poco común y al menos en el instituto soy la única que lleva ese nombre, según mamá me pusieron así porque la mejor amiga de infancia de mamá se llamaba así, trágicamente ella falleció poco antes de que yo nazca, así que mis padres decidieron nombrarme como ella, dicen que mantengo vivo su recuerdo y sé que mamá la quiere y extraña mucho todavía.
- Estoy bajando papá – le informo mientras termino de atar mis cordones y salgo disparada de mi habitación.
- Excelente, ¡amor, regresaremos en una hora! – informa a mi madre que para su fortuna se encuentra envuelta en las cobijas calientitas de su cama, a diferencia de mi papá, mi mamá detesta hacer ejercicio, así que nunca nos acompaña, pero en cuanto a comida se refiere, dios esa mujer cocina delicioso.
>> Mi madre, Irina Jackson de Castello, arquitecta exitosa, madre amorosa y esposa completamente entregada, por si se lo preguntan, si, mi madre es inglesa y mi padre español, como se conocieron es una historia graciosa que luego les contare, yo nací en territorio ingles y no puedo estar mas feliz por ello, no me mal entiendan, amo España, pero mi Nottingham es hermoso, tiene tanta historia y vistas maravillosas, además, el bosque de Sherwood es uno de mis lugares favoritos en el mundo, tiene un aura muy especial que me encanta.
>> Definitivamente vivir en Nottingham es una fortuna, mi casa tiene un jardín precioso, pues mi madre ama las plantas y aunque tiene un estilo moderno, mi padre amante de la historia real de la Inglaterra antigua, decidió conservar detalles de época, que a decir verdad combinaron bastante bien, por otra parte, aquí es muy tranquilo y mis vecinos son amigables, el instituto es un asunto aparte, y mi familia es lo mejor que tengo.
>> Mientras camino detrás de mi padre, rumbo a la salida de la casa, pienso en cómo decirle a mi papá que quiero un auto, he estado ahorrando desde que me dejaron trabajar y aunque he juntado una cantidad considerable aun me falta más de la mitad, razón por la cual quiero negociar con mi padre para que me ayude con la diferencia del costo, solo que no sé cómo iniciar esa conversación con él.
>> Se lo que están pensando “tiene padres con dinero, ¿Por qué no solo lo pide y ya?” No es que no confié en mi padre para decirle que me regale uno, al contrario, tenemos una muy buena relación, es solo que es un tema delicado, además para mis padres, sigo siendo una niña pequeña que no está lista para ver el mundo, y aunque no los contradigo del todo, siento que soy lo suficientemente responsable para tener un auto.
- ¡Amelia! Cariño, ¿Qué sucede? Te he estado hablando y no me has escuchado. - me golpeo mentalmente por no prestarle atención a mi papá.
- Lo siento papá, aún estoy medio dormida- hago mi risa nerviosa y él lo deja pasar.
- Esa cabecita tuya, siempre andas en otro planeta, te decía que se te acaban las vacaciones y que cambiaremos la rutina, ¿vale? – me comunica mi padre, honestamente lo veía venir, siempre ha sido así.
- Este bien papá, ¿ahora tendré que ir al gimnasio? – tanteo porque creo que ya se por dónde empezar con el asunto de mi auto.
- ¿Cómo lo supiste? No recuerdo haber mencionado nada al respecto – lo noto sorprendido y sonrío, pues el único que no se da cuenta de lo predecible que es el mismo.
- Honestamente solo lo intuí papá – le digo con una sonrisa en los labios, y al girar me doy cuenta de que ya hemos recorrido más de la mitad del trayecto, lo que me sorprende pues aún no siento cansancio.
- Bueno, en casa hablaremos de los horarios y demás, ahora hay otro asunto, el transporte. - y es ahí donde veo mi oportunidad de decirle que quiero comprar un auto.
- Sobre eso papá, pronto iniciaran las clases de nuevo, es mi último año y pues… - lo medito un poco porque no sé cómo planteárselo aún – yo… entre la escuela y el gimnasio… - es todo, no sé cómo decirle, sí, soy una cobarde, pero no me culpen, estoy acostumbrada a conseguir mis cosas por mí misma y pedirle esto a mi padre me cuesta un poco ¿ok?
- Si cariño, dime, ¿estas preocupada?, ¿no te agrada la idea del gimnasio? – habla de prisa y yo solo puedo negar, porque para este punto ya estoy algo cansada y al ir corriendo mi habla se ve afectada.
- No es nada de eso padre, el problema es el transporte, ir y venir en autobús es agotador, y tú sabes que he estado ahorrando durante mucho tiempo para comprarme un auto, pero pronto iniciare mi último año y aún no he logrado reunir suficiente, yo… sabes que detesto molestarte, pero ¿podriasayudarmeconladiferenciadelprecioparamiauto? Lo dije demasiado rápido y creo que papá no me entendió.
- Preciosa, habla despacio por favor, ¿Qué pasa con el transporte?
Tomo un poco de aire y decido decirlo de forma pausada y tranquila - Papá es mi último año y ya no quiero ir en autobús, es molesto e incómodo, además ya tengo una buena parte del precio total del auto que quiero, por favor ayúdame con el resto, por favor, por favor, por favorrrr
Mi padre se detiene y yo también, el me mira con esa mirada llena de amor y orgullo que amo ver es sus ojos y me dice: - Princesa, todo lo que tengo es tuyo y de tu madre, quieres un auto, tendrás un auto pequeña, te lo mereces, sé que te has esforzado mucho por él y por supuesto que estaré feliz de ayudarte, de hecho pensaba regalártelo – en ese momento quería llorar de la emoción, mi padre es bueno y siempre me ha dado todo pero a mí no me gusta aprovecharme de eso, pero mi padre (deportista competitivo al fin) aprovecho mi momento de distracción para salir corriendo y dejarme atrás.
Yo lo mire y sonreí porque quería competencia y competencia iba a tener - Oh no señor Castello, no me ganara esta ves… - lo dije más para mí que para él y salí corriendo detrás de él, lo alcanzare y le ganare, debo hacerlo, el siempre me gana y no es muy justo para mí.
>> Supongo que mi parte competitiva la herede de él, siempre ando a las carreras en todo, quiero ser la mejor en todo lo que hago y aunque no lo consiga todas las veces, me esfuerzo por hacerlo, no soy conformista ni prepotente, creo que todos tenemos lo que merecemos y nos ganamos por esfuerzo propio.
>> Alcanzo a mi padre y doy todo de mi para superarlo y cuando creo que lo he dejado atrás el me da alcance, me sonríe con un toque de malicia y me deja atrás de nuevo, corro hasta que mis pies duelen y mis piernas se sienten acalambradas, hemos llegado a la meta, empates, ambos nos miramos y riéndonos terminamos recostados en el césped.
Estamos en el inicio del bosque Sherwood, la vista es preciosa desde aquí, las copas de los arboles brindan paz, el canto de los pájaros me produce alegría y cierro los ojos para concentrarme únicamente en los hermosos sonidos del bosque, me relajo y siento que mi cuerpo empieza a recuperarse del todo, de un momento a otro siento la sangre en mi cabeza y el viento en mis tobillos, mi padre me ha levantado de los pies, siempre que puede hace esto, pero hoy no lo vi venir, después de todo tal vez, solo tal vez, mi padre no es totalmente predecible.
Pongo las manos en el suelo por si papá decide soltarme y hablo – padre, ¿podrías al menos dejar que retome el aliento antes de hacerme esto? – el solo ríe bajo y libera mis pies para que yo pueda ponerme en pie, aunque yo pretendo quedarme en el suelo un rato más.
-¿Qué dices de una caminata dentro del bosque? – me pongo de pie inmediatamente, amo el bosque y todo lo que tenga que ver con él, obvio no me perdería una caminata en medio de este.
Camino junto a mi padre y nos internamos en la espesura del bosque, de pronto mire un pequeño arbusto que llamo mucho mi atención, pues se estaba moviendo y todos sabemos que eso no es normal. – papá, mira ahí, ese arbusto se mueve – mi padre miro hacia donde le indique y me hizo seña de que guardara silencio, no mentiré, en ese momento me asuste, no se porque, solo me causo temor lo que podría estar moviendo ese arbusto, mi padre se acerco y yo iba detrás de él, guardando mi distancia claro.
>> Cuando mi padre estuvo lo bastante cerca, reviso detrás del arbusto y regreso sobre sus pasos inmediatamente, lo que me asusto aún más, pero no produje ningún sonido, mi padre giro y me miro con una sonrisa tranquilizadora – Solo es una linda conejita trayendo al mundo a sus lindos bebes, que no son muy lindos ahora, pero lo serán en unos días. – escuchar eso me lleno de emoción así que corrí a ver, trate de ser muy cuidadosa para no asustar a la conejita y cuando vi el espectáculo quede maravillada.
-Vamos Amelia, debemos volver a casa o mamá se preocupará. – gire sobre mis talones y seguí a mi padre, retornamos por el mismo sendero, pero de la nada aparecieron cinco hombres muy fuertes, cuando digo MUY, es porque de verdad así se veían, tome el brazo de papá y el me apretó hacia el en un gesto de protección.
El hombre frente a nosotros vestía un traje n***o, muy parecido a los uniformes del ejército, miró a mi padre y hablo - ¿Qué hacen un par de exiliados aquí? – arrugué el ceño, pues es un espacio público, tenemos todo el derecho de estar aquí y, además, eso de exiliados ¿de dónde lo saco? Este tipo está loco, en Inglaterra no existen exiliados de ninguna cultura o tribu que yo sepa, yo lo pensé, pero fue mi padre quien hablo.
-Mi nombre es Dante Castello, ella es mi hija, Amelia Castello, solo dábamos un paseo, no me había dado cuenta de lo lejos que habíamos llegado, pido me disculpen con el Alpha por esta invasiva intromisión, no volverá a pasar, ya nos íbamos – mire extrañada a mi padre pues no entendía nada de lo que dijo, además no tenía porque darle explicaciones a ese hombre tan extraño.
-Retírense ahora mismo de los límites de Luna Naciente, el Alpha no se entera, esta vez, espero que no vuelva a suceder, no le gustan los exiliados – Estoy segura de que ahora mismo mi cara es un poema, ¿Qué carajos acaba de decir? ¿Alpha, luna naciente, exiliados, qué es eso?
-Nos retiraremos ahora mismo, no se preocupe, no volveremos – Casi grito en protesta, ¡¿Cómo que no volveríamos, yo amo venir aquí?! ¿Por qué abríamos de marcharnos y no volver? Siempre hemos venido por aquí, nunca llegamos a esta profundidad del bosque y me cuestionaba el porqué, pero no parecía importante, ahora es muy intrigante y yo exijo respuestas.
-Sera lo mejor – dicho eso se fue por donde vino desapareciendo junto con los demás.
-¡Papá que demonios ha sido eso! – exclame con frustración, necesito explicaciones, ¡y las necesito ahora!
-En la casa hablamos hija, ahora solo camina – lo note alterado, eso no es normal en él, tengo muchas dudas, pero haciendo un berrinche no conseguiré nada, así que por el momento solo obedeceré a mi papá.
…
Llegamos a casa y mi padre corrió a la cocina a buscar a mi mamá, tuvieron una conversación que, por supuesto no pude escuchar, pero luego mamá salió con una linda sonrisa en su rostro y mi padre más tranquilo detrás de ella, con platos en las manos.
-Amelia, cariño, ven a desayunar – mamá preparo panqueques, jamás le diría que no a eso, pero eso no quita que debo sacarles información.
-Estoy aquí, se ve delicioso, gracias mami – y no miento, los panqueques de mi madre son fantásticos.
-Cariño, se que tienes preguntas sobre lo de esta mañana… yo, hay cosas que debes saber, pero aun no estas lista, aun eres una niña, y aunque confió plenamente en ti y tu madurez, eres mi bebe y siempre lo serás – veo tristeza y sinceridad en su mirada y por mucho que quiera saber, si mi padre dice que no estoy preparada debe tener sus razones, y yo me esforzare por demostrar que estoy lista, para lo que sea que deban informarme, porque ¿Qué tan malo puede ser?
…
Estoy tirada en mi cama, mi cabeza le da mil vueltas al asunto de esta mañana y por mas que me esfuerzo no encuentro una explicación lógica para atar cabos, estoy cansada y frustrada, así que tomare una ducha relajante y luego buscare una manera de enterarme de todo lo que crea necesario saber.
>> Estoy por meterme bajo el agua cuando escucho el sonido de llamada de mi celular, lo tomo en mis manos y veo que se trata de mi mejor amiga Diana, contesto al segundo y lo primero que escucho es un “¡ES HOY! ¡ES HOY!” de su parte por lo que debo alejar el teléfono de mi oreja y luego respondo.
-¿Qué es hoy Diana? Casi me dejas sorda, cálmate por favor – le digo entornando los ojos, ella y yo somos completamente diferentes, aun no entiendo cómo es que somos mejores amigas si ella es tan vivaz, alegre, divertida y escandalosa, sobre todo escandalosa, yo soy más del tipo de persona que se la pasa callada y no es muy social, me cuesta hacer amigos, siempre espero que los demás me hablen y no soy buena sacando temas de conversación.
-Lo siento, olvide que tienes un oído tannn sensible que todo lo afecta – casi puedo ver su cara contraída, sus ojos entornados y sus hombros arriba, haciendo su comentario sarcástico sobre mis oídos, la verdad si, siempre he tenido oídos sensibles y ella siempre se burla de eso, aunque a veces creo que le fastidia y otras veces se aprovecha de mi “habilidad” pues siempre que quiere enterarse de algún chisme me usa para escucharlo por ella.
-Bueno ahora que ya lo recordaste, cuéntame que sucede hoy – le digo porque si algo tenemos en común, es que ambas amamos el chisme, en mi defensa, a mi se me pego de ella – habla ya, que estaba por darme un baño.
-¿Estas desnuda? – me golpeo la frente, Diana siempre es así.
-No te contestare eso, ahora ya dime!
-No puedo creer que lo olvidaras Amelia – se queja y yo me quedo en blanco, soy distraída y olvidadiza desde siempre, así que me fuerzo a recordar, pero nada se me viene a la mente.
-Diana en verdad lo siento, pero en serio no recuerdo lo que se supone debería saber, así que por favorcito ya dime – suplico mientras me siento en el piso del baño, pues esto tiene pinta de convertirse en una larga platica.
-Agh, a veces no entiendo cómo te soporto – bufa al teléfono y yo me rio bajo porque siempre es igual – Axel regresa hoy tonta - ¡Axel! Como lo pude olvidar, mi primo favorito, mi casi hermano y el novio de mi mejor amiga, estuvo en París los últimos ocho meses porque su padre, mi tío, lo llevo para que conociera la empresa y se prepare para heredarla, lo extrañamos mucho por aquí, sobre todo Diana.
-Diablos en serio lo olvide por completo, en parte es tu culpa por no recordármelo – me quejo para evadir mi culpabilidad, pero vamos, no hemos hablado sobre mi primo hace un par de semanas, ¿Cómo pretendía que lo recordara?
-Amelia, Amelia, ¿Qué demonios hare contigo? – esa pregunta me lahe hecho yo mil veces cuando no sé qué me pasa.
-Ya perdóname y dime a que hora iremos por el – intento cambiar un poco el tema de la conversación, de lo contrario me regañara por tres horas más.
-En una hora y media estoy en tu casa, más te vale que no me hagas esperar Amelia – y con eso colgó, bueno, tengo una hora y media, me duchare y luego pensare en que me pondré, coloco mi lista de reproducción en aleatorio y entro a la ducha, el agua relaja mi cuerpo y lucho por no tardar demás o Diana vendría a sacarme de los cabellos, detesta esperar, cuando estoy lista salgo del agua, me envuelvo en la toalla y camino hacia el armario para buscar algo para ir por mi primo.
>>Me decido por un conjunto deportivo ya que hace algo de frio y quiero estar cómoda, termino de vestirme, peino mi cabello y empiezo a guardar mi teléfono, llaves y algo de dinero en los bolsillos de mi pantalón, estoy por salir de mi habitación cuando escucho el claxon del auto de mi querida amiga y bajo las escaleras corriendo, me detengo en la entrada de la cocina al escuchar susurros entre mis padres, susurros que se detienen de inmediato, diablos, mi padre sabe que estoy cerca, tiene un oído igual o mas sensible que el mío, supongo que yo lo herede de él, finjo una tos y entro a la cocina para evitar que me tomen por chismosa, que silo soy, pero ellos no lo saben.
-Papá, mamá, iré por Axel al aeropuerto junto con Diana – digo de forma pausada y tímida.
-Esta bien hija, ¿necesitas dinero? – es lo primero que pregunta mi padre, niego con la cabeza y me despido con la mano y una sonrisa para salir de casa con nuevas dudas en mi atolondrada cabeza, veo a Diana a punto de lanzarme su zapato por hacerla esperar y corro hacia el auto.
-¿Por qué demonios tardaste tanto pequeña sabandija? El amor de mi vida esta a punto de bajar de un avión y no encontrar al amor de su vida esperándolo y todo por tu culpa. – me mira “realmente molesta” y lo digo con comillas porque se que en realidad solo quiere que me disculpe por “tardar demasiado en salir”
-Ya estoy aquí, ahora conduce o el amor de tu vida estará triste y decepcionado de que no estés esperándolo – le digo de forma altanera a lo que ella solo ríe y hecha a andar el auto, prendo la radio y al no encontrar nada decente que escuchar decido conectar mi teléfono y poner canciones de mi biblioteca.
…
Estamos paradas junto con un montón de personas esperando a los pasajeros del vuelo 516 en el East Midlands Airport (EMA) que es el aeropuerto mas cercano a Nottingham, como mi amiga es una conductora que no le teme a nada, no tardamos mucho en llegar, por lo que ahora debemos esperar hasta que anuncien que el vuelo de mi primo ha aterrizado.
>> Han pasado15 minutos desde que estamos esperando aquí y ya perdí la cuenta de cuantas veces Diana me ha hecho preguntas sobre su ropa y maquillaje, entiendo que este emocionada pero honestamente me estoy hartando, y si Axel no aparece en los próximos 5 minutos cometeré homicidio culposo en primer grado.
-En serio estoy tan emocionada, se que hablamos a diario, pero eso no quítame ha hecho demasiada falta estos ocho meses, a mí y a mi cuerpo – abro los ojos como platos y si estuviese bebiendo agua juro que la escupiría justo ahora.
-Basta Diana, no necesito imágenes sucias de mi primo y tú, que asco – me quejo entornando los ojos, porque vamos, es mi primo y mi mejor amiga iugh.
-Ay por favor, Amelia, ya no eres una niña pequeña y tu mente tampoco es muy inocente que digamos, tu biblioteca literaria me lo ha confirmado – siento como el color carmín se apodera de mis mejillas, porque es cierto, leo todo tipo de contenido, eso incluye el erótico, pero eso no significa que sea mi genero favorito o que mi mente este mas profanada que una tumba de Egipto
-Se que no soy una niña, pero eso no significa que quiera tener imágenes obscenas de ustedes dos en mi cabeza – me defiendo de mi estúpida amiga y ella se empieza a reír escandalosamente, lo que me avergüenza aun más, pero en ese momento como caído del cielo, mi primo aparece bajando las escaleras eléctricas con sus maletas y luciendo perfecto como lo es solo el, pellizco el brazo de mi amiga para que deje de reír como foca agonizante y se enfoque en el amor de su vida como ella lo llama, aunque yo creo que si son el uno para el otro. Diana gira su rostro y este al instante se ilumina, una sonrisa de oreja a oreja aparece y sale corriendo a los brazos de un Axel que se ve igual de contento, puedo verlo de nuevo, es mirada llena de amor y admiración, esa mirada que espero algún día alguien me la dedique a mí.
-AMORRRRRRR – es lo primero que sale de la boca de mi primo, toma a Diana entre sus brazos y da giros con ella en el aire, toda una escena de película, yo solo sonrió y espero a que terminen de decirse lo mucho que se aman y lo mucho que se extrañaron para que Axel repare en que también estoy presente.
-Pero si es la niña mas dulce y bella que conozco – por fin me mira y viene a abrazarme, acto que devuelvo con efusividad pues también lo extrañe demasiado.
- Esa soy yo Axel – y ahí están los celos ficticios de Diana, mi primo solo rie y deja de abrazarme para acercarse de nuevo a ella.
-Sabes que tu eres mi favorita bebé – Diana sonríe mostrando todos los dientes mientras yo finjo indignación para hacerle saber que me ha afectado su comentario, porque si, señores y señoras, yo soy su favorita, él lo sabe, yo lo sé, Diana lo sabe, todos lo saben, y no es prepotencia injustificada, es solo que desde que mi tía falleció, Axel a vivido en mi casa, somos inseparables, lo compartimos todo y siempre nos apoyamos, de hecho Diana lo conoció por mí, un día Axel y yo veíamos películas cuando una Diana empapada hasta las medias y rímel corrido en su bello rostro entro corriendo a mi casa, Axel y yo nos alarmamos y a pesar de que Axel no sabia quien era, le brindo apoyo y cariño desde el primer día, desde ese día los tres pasamos juntos la mayor parte del tiempo, excepto claro, cuando ellos tienen su tiempo a solas.
-También te amo prima – dice Axel mientras nos acerca para un abrazo grupal, luego de eso subimos las maletas al auto y partimos rumbo a casa, en el camino Diana y yo no paramos de hacerle preguntas a Axel acerca de su viaje, el responde todo muy animado y nos propone ir a acampar en el bosque de Sherwood antes de iniciar clases, en ese momento recordé todo lo que sucedió esa mañana y me volví a perder en mis dudas, no fue hasta que Axel me lanzo un chocolate en la cara que regrese a la realidad y me di cuenta de que ya estábamos en casa, mi primo y Diana me preguntan que me pasa, pero me limito a decir que me duele la cabeza pero que estoy bien.
>>Al entrar a casa, un Dante y una Irina con una sonrisa enorme en el rostro u brazos extendidos nos reciben, mi primo corre hacia ellos y yo no paso por alto el hecho de que la casa huele a pastel de chocolate, razón por la que ahora estoy caminando hacia ese lugar, escucho los pasos de mis padres detrás de mí, pero no me importa, tengo hambre, llego a mi destino y veo un majestuoso y delicioso pastel de chocolate de tres pisos con cobertura de mermelada de fresa y fresas frescas sobre él, estoy por darle una probada cuando una mano delgada y suave, pero con fuerza, golpea mi mano y evita que pueda probar el sabroso manjar frente a mí.
-Auch – me quejo y miro mal a mi madre, ella solo me sonríe.
-Cariño, ese es el postre, va después de la cena y además es el pastel de bienvenida de tu primo, no te lo puedes comer antes – yo la miro molesta, porque vamos, yo soy su hija, tengo ese y todos los derechos del mundo de hacer y comer lo que quiera en mi casa, porque es mi casa, si, lo sé, a veces soy muy mimada, pero, es porque siempre me han consentido, así que la culpa es de mis padres.
-Pero yo soy tu hija y también tengo hambre mamá – le hago un puchero y pongo mi mirada suplicante, mi madre me sonríe con ternura y me reitera que el pastel será después de la cena, inconforme le saco la lengua a mi primo, eso es muy maduro de mi parte, claro que sí, y me dedico a poner la mesa con ayuda de Diana, al ser fin de semana Carlota, mi nana y ama de llaves de la casa, no está aquí, pues visita a sus hijos en casa, por ende todo el trabajo de la casa lo hacemos mi madre y yo, bueno y ahora Diana que esta aquí, aun que a decir verdad, mi amiga prácticamente vive en esta casa, sus padres son amigos de mis padres y dado que viajan mucho no dudan en permitir que mi loca amiga se la pase en mi casa día y noche.
-Mamá Iri, la mesa esta lista – Diana llama a mi madre “mamá Iri” de cariño, porque dice que es como una segunda madre para ella y mi mamá no puede estar más complacida con eso, somos una familia muy unida y eso me hace inmensamente feliz siempre.
-Gracias mis niñas bellas, ahora vayan a lavarse las manos que ya vamos a comer, Axel cariño, sube tus maletas a tu habitación y luego te ayudare a ordenar todo.
-Si, tía mamá, eres la mejor, no tienes idea de cuanto te entrañe y sobre todo a tus deliciosos platillos– le lanza un beso volado a mi madre y ella parece flotar en nubes de algodón, son tan tiernos.
-Sube tus maletas pronto y deja de ser lindo con mi esposa Axel – le dice mi padre, pero sabemos que es por jugar.
-Si querido tío gruñón, también te extrañe mucho viejo – con eso desaparece escaleras arriba, Diana y yo nos lavamos las manos y nos sentamos en nuestros lugares, en esta casa todos tienen su lugar en la mee y nadie se sienta en donde no le corresponde, es como una regla, estúpido, pero me gusta.
-Niñas esta semana irán a comprar todo lo que necesiten para el regreso a clases, Axel y Carlota irán con ustedes, mamá y yo debemos trabajar, les daré la tarjeta y compraran únicamente lo necesario, no se excedan, la lista de útiles y uniformes están en la agenda de la cocina y en sus celulares por si aún no las vieron. – diablos se acabaron las vacaciones, me gusta la escuela, pero, no hacer tareas ni desvelarse estudiando es algo que me gusta más.
-Si papá, gracias por todo y tienes mi palabra de que compraremos solo lo necesario.
-Promesa papá Dan, esta vez hare caso y no comparare cosas que no voy a usar.
-Bueno si no hay más que decir, todos a comer.
-Buen provecho mis amores.
-Gracias mamá Iri – Diana, Axel y yo hablamos en coro y empezamos a comer.