Tenía que decírselo, pero tan solo imaginar lo que semejante información produciría en ella le hacía doler el estómago. Sí, era cierto que Berenice parecía más madura que años atrás, pero recién había vuelto a confiar en él y ahora debía darle información que podría fracturar dicha confianza quizás para siempre. Debía decírselo, no sabía cómo y tampoco quería hacerlo. La situación de Antuán era complicada. Movió la cabeza de un lado a otro, pues no solo no había podido ir a comer con los chicos al resort, como usualmente lo hacía, pues atender los reclamos de su madre se habían llevado parte de su tiempo de comida, así que solo le había mandado un mensaje a esa chica de que algo había surgido y los vería por la tarde en su casa. Por su parte, Berenice, que estaba un poco preocupada p

