SOY MAKARENA GALLEGO « La Reina »

Cap 7. Yanka y Léon

SEBAK

No entendía qué me pasaba con esta chica, es grosera, petulante, odiosa y engreída; todo lo que puedes odiar en una mujer.

Sus ojos destilaban la palabra 'problemas' y no es nada sumisa. Pero había logrado llamar mi atención, no sé por qué la besé; todavía me lo reprochó.

Pero besarla fue exquisito, su sabor y calor me llama y doblega mi ser. Fui odioso al igual que ella, no seré su esclavo y se lo dejaré claro.

Logré estabilizar mis sentimientos y aunque toda la semana toqué su piel y me electrizaba su toque (mejor dicho, yo toco su piel), hice como si nada.

Terminaron sus terapias, es sábado y aunque no sé cómo lo hizo Yanka, me había encontrado y quería hablar conmigo.

Aunque vino por negocios, nos encontraríamos hoy en un club nocturno Monte Carlo.

Es una discoteca prestigiosa y muy concurrida, cuyos dueños son nuestros socios, los Hoffmann.

Creo que estarán haciendo negocios. Me puse un atuendo elegante: pantalón de vestir n***o, camisa negra y saco. Cuando llegó Yanka, me abraza y yo a él.

—Hermano, estoy feliz de verte; lo siento. — Se disculpa Yanka y lo abrazo. Yanka es mi hermano especial, mi orgullo a seguir. Aunque nunca seré como él, lo admiro con todo mi ser.

— Vaya, qué tenemos aquí, reunión familiar. — nos dice León Hoffmann, y de inmediato lo saludo. León es originario de Luxemburgo, él y su hermano manejan gran parte del país. Si señores, no estoy hablando de pipas, me refiero a los territorios y los negocios clandestinos: clubes, bares, antros, droga y armas, entre otras peculiaridades.

Eso sí, no traficamos con personas; nuestra familia es honorable y la vida tiene valor.

El club está lleno, es un club juvenil con algunos jefes y otros haciendo negocios. En los VIP, algunos tienen chicas. Desde los privados podemos ver la primera planta, donde estoy muy entretenido bebiendo un trago de vodka, un cóctel especial, amargo y delicioso.

Cuando veo cómo Yanka y León se levantan de golpe y van al balcón, su mirada está en una chica que hace un espectáculo algo sexy, un baile de striptease.

Mis ojos se agrandan y mi rostro se enfurece al darme cuenta de que la bailarina es mi Odiosa Tontilla. Ella me ve y yo a ella, bajo lo más rápido posible hasta llegar a ella.

—Bájate ya mismo de ahí, Makarena Gallego. — digo tan enojado, estoy que echo chispas por mi boca. ¿Cómo se le ocurre a esta niña hacer un espectáculo en un lugar como este? Es irresponsable.

Ella viene muy sonriente hacia mí y comienza a bailar de forma más sensual. Con un movimiento brusco, la bajo de la barra y la arrastro al privado donde están Yanka y León.

— ¡Vaya, Sebak, quién es esta hermosa bailarina! —pregunta León de forma risueña al igual que Yanka. Mi Tontilla, se presenta a sí misma con una gran sonrisa.

—Soy Makarena Gallego. Mmm... — no la dejo terminar y me meto en su conversación. — Es mi novia y está muy desobediente, se ha ganado algunos azotes. — les digo y ellos ríen, aunque mi cara se desfigura cuando ella logra pellizcarme por mi pequeña mentira.

— Oh, Sebak, qué buen gusto tienes. Soy Yanka... —Alzo la mirada y le hago una señal a mi hermano para que ella, no sepa quién soy.

Si se presenta con mi apellido, ella sabrá que somos hermanos. Yanka sonríe y luego se presenta León. —Soy León Hoffmann, amigo de Sebak y Yanka. — Le extiende la mano a ella y ella la estrecha, pero León termina besándole los nudillos. Ella se levanta e intenta irse con quién sabe quién, pero de inmediato le tomo la mano y le pregunto.

— ¿A dónde vas, cariño? — Ella me ve y sonríe. Se acerca a mi oído y me reta de manera descarada. — Novio mío, voy en busca de mis amigos, cobro caro no soy tu empleada y menos fingir ser tu novia. —ella mira de forma coqueta a mi hermano y a Leon.

—"Pero puedo hacer una excepción, cariño, para darle celos a tu novio. — Sonríe, muerde su labio y vuelve a decirme al oído. —Ah, y tranquilo, doctorcito, tu secreto está a salvo conmigo, ¿o ya puedo llamarte amiguix?"—

Que pensara esta Tontilla, no tolero sus palabras y me levanto rápido del sofa y la arrastró hasta los baños de vip.

Ella trata de zafarse de mi, pero no se lo permito mi agarre en su mano es fuerte.

—Suéltame idiota a donde me llevas.— Dice quejándose. — A demostrarte lo hombre que soy, no son mis novios, ¡lo hice para protegerte.!— le contesto, la subo al lavabo y la empotro de un solo movimiento.

Le tomo fuerte su mano y le hago tocar a mi m*****o enfalmado, solo y exclusivamente por ella; aunque es por fuera de mi pantalon.

Mi ira esta a millon, paso el seguro del baño y levanto sus piernas, practicamente a mis hombros, tiene un conjunto color crema, de shores pero corro una manga y tengo adsseso a su coño; aunque ella grita.

— Ahh idiota que haces, ¡sueltame.!! — niego con mi rostro (sonrió) y le digo.— Te voy a demostrar que soy muy hombre, no por lo que veas, si no por, lo que sentirás. — le digo y me introduzco en sus piernas, con mis manos sostengo las sullas y lamo su centro.

Su sabor es delicioso y exquisito; le mordisqueo y saboreo cada pliegue, el fondo del pantalon me molesta y aun ella ha forzado para que la suelte, lo hago por un instante y le rompo totalmente su vestido, solo lo que me impide llegar a su coño.

— Ahh idiota, que hiciste.— exclama enojada. No le dejo mas tiempo y vuelvo a sumergirme en su coño; tambien le rompi sus bragas. Puedo tener mejor vista y adseso aunque ella forcejea.

Unos segundos después siento su respiración fuerte y su centro esta humedeciendosé, sonrió; escucho lo que pudo ser un gemido y ha dejado de forzar, me concentro en mis movimientos, en las embestidas con mi lengua y ella suelta sus piernas las cuales puedo abrir mas y saborear su deliciosa y rica miel.

Siento como se arquea y gime, doy embestidas tan fuertes; y con mis yemas de mis dedos hago movimientos en sus c******s y se corre bañandome en sus jugos.

Me levanto sonriente, ella gedea, y me relamo mis labios en sus cara.

—Lávate, te espero afuera Tontilla Odiosa; te llevare a tu casa. — le digo y hago salir volteo sonrio y le digo.

—La proxima vez que te burles en referencia a mi hombria; te follo.— me sonrio cuando ella aun sonrojada y chapeada abre su boca.

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