—Buenas noches madre, buenas noches padre, —saludo Tiago con un beso a su madre y un abrazo cálido a su padre.
Su madre que era una mujer de unos 50 años más o menos, era una de esas mujeres recias, estrictas y dominante, me miro de pies a cabeza como con repudia, haciéndome sentir el bicho raro que siempre he sido.
—Buenas noches hijo mío, me alegra verte por acá y quien es esta joven tan hermosa— dijo un señor de 55 o 60 más o menos, quien presumo era el padre.
Era idéntico a Tiago pero la diferencia era los ojos de color azul claro que tenía, pero sus facciones eran iguales, se vía que era un hombre humilde a pesar del dinero que tenía.
—De hermosa no le veo nada, mejores mujeres has traído, además de que parece una quinceañera con esas trenzas y el vestido no combina con el calzado—dijo la bruja haciéndome sentir como un gusano.
—Mi nombre es Mariano duran soy el padre de Santiago para servirle— sonrió amablemente y me estrecho la mano.
—Elizabeth, mi nombre es Elizabeth Moon
—Hermoso nombre—respondió mariano el padre de Santiago
—Me imagino que ella es una más de tus conquistas—lanzo el veneno la bruja tomando A Tiago por el brazo
—Bueno ya basta de formalidades hermanito no piensas saludarme. — hablo una chica de más o menos mi edad con cabellos lisos y ojos azules con las facciones parecidas a las de Tiago y su padre.
—Claro que si mi princesa dame un abrazo. —Respondió el señor cara dura abrazando a la chica que al parecer era su hermana.
—Ella es mi hermana Elí— dijo Santiago diciendo mi nombre en abreviatura
—Mariana ella es mi novia y mi futura esposa—Respondió Santiago haciendo que la madre le clavara las uñas.
Note que se encontraba una mujer de más o menos la edad de Tiago, que apenas escucho esto se retiró sin presentarse.
La señora agarro a Tiago por el brazo llevándoselo y dejándome allí sola y desprotegida
—Hola Elizabeth, ya veo que nadie me presenta, pero yo soy Adrián el mejor amigo de Santiago, mucho gusto eres muy hermosa.
—EL gusto es mío Adrián—dije apenada bajando la mirada al mismo momento que le estrechaba la mano.
Adrián era un joven apuesto blanco delgado pero tonificado algo alto pero no tanto como a Santiago, sus ojos de color aceituna lo hacían ver tierno, llevaba el cabello alborotado dando ese aspecto de relajado y juvenil, se veía que era un hombre alegre.
—inviten a la chica a pasar por favor que mal educados son— dijo el señor duran haciendo un ademan con las manos invitándonos a entrar.
—Ella viene conmigo a Adrián si va a ser mi futura cuñada espero que sea mi mejor amiga—hablo mariana la Hermana de Tiago guiñándome el ojo y tomando por los brazos para arrastrarme al interior de la mansión.
Adrián hizo un gesto de me rindo y nos siguió era impresionante las reliquias en pinturas que poseía la sala de la propiedad habían muchos cuadros enormes de los mejores pintores del mundo, entre ellos Vincent van Gogh, Leonardo da Vinci, Pablo Picasso entre otros mas no pude sentirme maravillada por la hermosura de reliquias importantes.
—Son las mejores copias principales de cada uno de ellos, amo el arte y sus obras—dijo el señor duran mirando mi interés por la obras.
—Yo igual señor—respondí
—No,nada de señor soy mariano duran apenas cumplí el mes pasado 57 años, no es para tanto— respondió y sonreí es respuestas
—Mira esta reliquia firmado por el mismo Leonardo, la compre hace 30 años en una subasta me costó un ojo de la cara. Pero es de admirar.
Se dirigió a un cuadro que estaba tapado con un paño blanco, era la obra magistral de la mona lisa
—En estos momentos hay un concurso de 1 millón de dólares a quien se atreva a dibujar esta replica lo más parecida, —me dijo mostrando el hermoso cuadro que admiraba mis ojos—yo realmente veo que es muy poco para el valor de un Artista hacer estas obras.
—Quien lo logre abra ganada mucho más que dinero, ganara honor. —respondí en un suspiro
—Tienes razón hija. —me respondió tapando de nuevo el cuadro.
—Papa no aburas a Elí por dios vamos a cenar me muero de hambre.
—Cultívate niña—respondió mariano sonriendo provocando que su hija rodada los ojos y Adrián se cagara de la risa.
Pasamos al enorme comedor de 12 puestos, y allí se encontraba la rubia operada que estaba afuera, la madre de Santiago que aún no se el nombre le dijo algo en el oído.
—Tiago querido siéntate a mi lado, hace unas noches que no nos vemos. — hablo con una voz chillona típica de las mujeres falsas.
Se levantó y arrastro a Tiago a sentarse con él, este se colocó tenso pero accedió a sentarse a su lado, no puedo negar que sentí algo extraño en mi cuerpo como molestia y rabias, quería agarrar a la rubia por sus cabellos descolonizados y arrastrarla por toda la sala.
—Elí, te están hablando
—Si respondí—percatándome de que estaba en mi mundo y no había notado que el señor duran me estaba hablando.
—¿Que donde se conocieron? pregunto Mariano haciéndome temblar el cuerpo del terror.
Nunca hablamos este tema, y hasta ahora no se me había ocurrido que este sería un gran problema, Tiago me miro a mí y yo a el mientras todos se quedaron en silencio, quise responder con alguna mentira, pero las palabras salieron de mi boca como si ellas se gobernasen.
—Él me ha comprado—respondí y todos rieron menos Adrián y Santiago que estaba paralizados.
Ya había metido la pata ahora no sé qué haría, estúpida condición, me sentía apenada frustrada, y decepcionada de mi misma.
—Ja, ja, ja, — pego una carcajada repentina Tiago pero se le notaba los nervios, —la compre llenándola de lujos y amor eso quiere decir es solo que ella habla distinto.
— ¿Verdad Elizabeth? —pregunto pero no pude responder mi lengua se había atorado
—Por dios esta niña es estúpida—dijo la mama de Tiago con la molestia en su voz y algo alterada al notar que era muy despistada.
— ¡Mama por favor respeta!—hablo por fin Santiago duran, haciéndome sentir un poco de valor en la situación.
—Si Tiago no dijiste que te ibas a casar y menos con una mujer tan estúpida—hablo la silicona andante, sentía mis mejillas arder del coraje.
—Ya basta mujeres respeten a la mujer de mi hijo no permitiré que la traten así—se levantó el señor mariano golpeando la mesa con un fuerte golpe en la mesa haciendo que todos se callaran.
Desde niña este tipo de pleitos me escandalizaban intente pararme para ir al baño me sentía mal como una cucaracha pisoteada, pero más me dolía que Tiago no me defendiera y mucho más que yo no tuviera la fuerza para hacerlo.
—Permiso me prestan el baño—hable en un nido de voz a punto de llorar, necesitaba salir de allí, antes de que llorara en presencia de todos
—Yo te acompaño Elí—dijo mariana levantándose de su asiento.
Me levante siguiendo a mariana con la copa de vino en mi manos, pero cuando pasa por donde estaba la rubia sentí que me puso el pies para caerme, provocando así que me cayera de bruces derramando todo el vino en el vestido de la madre de Tiago.
Trágame tierra, fue lo que pensé al darme cuenta de mi error, había dejado a la bruja con el vestido de arruinado
—Torpe no sabes el valor de este vestido.
—Espero que esto sea un juego Santiago duran no te casaras con esta mujer, será sobre mi cadáver—dijo saliendo del comedor.
Corrí al jardín con los ojos en llantos, mariana intento seguirme pero Santiago no se lo permitió, la cara de felicidad de la rubia era notoria y yo no pude sentirme peor, me sentí como lo que siempre me hacían sentir insignificante.
— ¡Que acabas de hacer arruinaste todo Elizabeth si no tenías nada bueno que decir era mejor callarte!—apenas se acercó comenzó a insultarme haciéndome reventar aún más en llanto
—Y nos vamos a casa enseguida— volvió a hablar
No respondí nada en silencio lo seguí hasta al auto, vi como Santiago se despedía de todos desde el auto, y como la rubia lambisco-na le daba un beso casi en los labios.
El viaje de regreso fue en total silencio, me coloque los audífonos para escuchar la canción de Mari Trini que tanto me calmaba cuando me sentía tan lastimada.
Ayúdala
No la lleves la contraria
Pon sus pies sobre la tierra
Sin que apenas se dé cuenta
Pero no quiebres sus alas
Hoy teñidas de esperanzas
Ayúdala
Que yo existo, no le digas
Es tu amante, es tu amiga
La elegiste libremente
Mientras yo te sonreía
Te alejabas de mi vida
Y jamás dejes de amarla
En su mundo búscala
Si su estrella se ha perdido
Roba otra y dásela
Yo te ruego que la quieras
Y la aceptes como es
Es un astro, un velero
Una lluvia hecha deseo por caer
Ayúdala
Pon un sol en su ventana
Júrale que antes de ella
El placer era la trampa
Haz que brillen sus mejillas
Miéntele cuando le hablas
Ayúdala
Y no te separes de ella
Ella no tiene 20 años
Aunque hablando los parezca
Sus ojeras maquilladas
Son azules como el alba
Y jamás dejes de amarla
Y en su mundo búscala
Si su estrella se ha perdido
Mata otra y dásela
Yo te ruego que la quieras
Y la aceptes como es
Es un astro, un velero
Una lluvia hecha deseo por caer
Yo te ruego que la quieras
Y la aceptes como es
Es un astro, un velero
Una lluvia hecha deseo por caer
Yo te ruego que la quieras
Y la aceptes como es
Es un astro, un velero
Una lluvia hecha deseo al caer….
La escuche varias veces antes la mirada de Tiago, cerré mis ojos para liberar la opresión en mi pecho.,. Entramos al edificio y el asesor ni me dirigió la palabra se sentía molesto y me miraba con los ojos llenos de fuego.
— ¿Cómo les fue mis niños?—hablo con la dulce voz que caracterizaba a Susana apenas nos vio entrar.
—Como nos va a ir Susana Elizabeth arruino todo. —dijo Tiago acostándose en el sofá de la sala apenas Susana pregunto.
No dije nada, la mire con una suma tristeza y ella me miro con consuelo, corrí a mi habitación y me acosté a llorar, porque no era normal ,porque me costaba tanto entender, mentir, y tantas cosas más, odiaba mi forma de ser, odiaba que las personas no me quisieran por quien soy, odiaba que me quisieran cambiar, me odiaba a mí. Y ahora qué haría de seguro Santiago me lanzaría a la calle, yo no le servía yo no podía casarme con él yo era una inútil.
No sé cuánto tiempo pasó cuando me quede dormida, pero al parecer era como las 12 o 1 de la madrugada, tres golpes en la puerta se escucharon.
— ¿Elizabeth, puedo pasar?—pregunto Tiago entre abriendo la puerta.
No respondí, la media luz de la lámpara que no había apagado me hacía verme visiblemente despierta para sus ojos.
—Disculpa Elizabeth, y disculpa todo, creo que es realmente mi culpa, jamás hablamos que tenías que mentir y todo lo demás. Y, Ana mi madre es demasiado excéntrica— dijo Tiago sentándose en la cama.
No llevaba camisa, y tenía unos pantalones de dormir que no pude ver el color por lo oscuro, se acostó en la cama y se me quedo mirando haciéndome sentir muchos nervios por la situación.
El olor a alcohol lleno todo el lugar, estuvo bebiendo, me sentí nerviosa y lo mejor era disculparlo para que se fuera rápido de mi habitación me sentía indefensa en ese momento ante una persona ebria.
—Te disculpo Tiago, todo ha sido mi culpa, lo siento tanto—Respondí sintiéndome de verdad avergonzada por todo el bochorno que había causado.
Me miro por unos segundos. Y me agarro fuerte por el cuello para besarme repentinamente, él no lo sabía o tal vez sí, pero en ese momento me había robado mi primer beso…