Su lengua pedía permiso para entrar en mi cavidad bucal, al principio sentí muchas ganas de apartarme y salir corriendo, pero luego sentía que un majar de avispa se posaba en mi vientre bajo, provocando que por primera vez mis bragas intimas se humedecieran. —Lo siento Elizabeth, yo no quiero lastimarte. —dijo retirándose de mi labios de golpe y mirándome con la mirada oscura, más oscura de lo que común mente era. No respondí, quede mirándolo por unos segundos y luego baje la mirada a mi manos para tratar de disimular la vergüenza que sentía. —Sabes tienes algo diferente a las otras chicas que he conocido…—hablo colocándose con la mirada al techo y uniendo sus manos para llevársela a la barriga—Pero no sé lo que es Elí, solo sé que quiero protegerte. Sentí por unos momentos alivio, ya

