Estaba muy contenta por mi nuevo comienzo, me habían aceptado en la escuela de meteorología, llevaba por supuesto muy buenas notas de mis estudios anteriores. Hoy comenzaba mi primer día de estudiante, me levanté muy temprano para ir a mis entrenamientos y con el tiempo medido para tomar un baño y arreglarme llegué al departamento para llegar puntual a mis clases del día. Estaba nerviosa, por supuesto, en cuanto puse un pie en esa increíble escuela, que por cierto no era muy grande pero tenía la mejor tecnología de la nación según los folletos, mis nervios incrementaron y mi corazón se aceleraba de la emoción. Caminé vacilante por los pasillos hasta llegar a la oficina en dónde me proveerían de mi horario de clases, un muy necesario croquis, y algunos materiales que incluía la cuota de in

