SRIDS.

Mi primer encuentro con él.

Desperté con el sol en mi cara, la enorme ventana había quedado abierta después de haber observado por horas la luna llena que iluminaba el cielo la noche anterior. Abrí mis ojos despacio y me levanté de la cama de un salto, me vestí con algo apropiado y bajé para tomar el desayuno, Candace y Sheyla charlaban en la cocina, Iván aún dormía.

-Buenos días –saludé

-Buenos días Kayla

-Ahora mismo soy sólo Sarahí –dije avergonzada

-Por supuesto, en un par de horas llegan a convertirte en Kayla, ahora puedes disfrutar tu momento –añadió –Hay planes para hoy, un evento social muy importante, por supuesto Kayla es una invitada de honor.

-Pero aún no estoy lista –dije preocupada

-Lo siento, debes practicar, lo necesitas, necesitas ser la Kayla que necesitamos.

-Me esforzaré –resolví

Me ponía nerviosa estar rodeada de personas siendo Kayla, ¿y si arruinaba todo? Un evento social, en las películas es el lugar en donde se reúnen todas las personas vacías, llenas de envidia y presuntuosas, me prometí jamás estar en un lugar así, y ahora debía dejar atrás esa promesa e inmiscuirme en el mundo de Kayla.

Terminé mi desayuno, Iván despertó para hacerme compañía, resultaba ser un chico divertido apenas 8 años menor que yo y tenía un coeficiente intelectual aún mayor al mío. Pude jugar videojuegos con él antes de que la hora de Kayla llegara.

La hora del evento llegó, Candace y Kayla irían juntas a ese terrible lugar. Ahora mismo tenía un extravagante peinado y un vestido de diseño exclusivo color rojo y muy ajustado, mi inexperiencia en zapatos de tacón me daba desventaja con ese atuendo, practiqué un par de horas con el andar marcado de Kayla, Candace fue de mucha ayuda.

Llegamos por fin al gran evento, con mi invitación en mano me paré en la puerta.

-Señorita Kayla, la esperábamos. Las llevaré a su mesa –anunció sonriente el recepcionista

Todo era muy elegante, lujoso, lleno de comodidades y personas indeseables. Caminé con la mirada altanera, típica de Kayla, haciendo menos a las demás personas que pasaban frente a mí.

Tomé mi lugar en una mesa llena de personas, Candace se sentó a mi lado, eso me daba más seguridad, no me sentía sola y ella estaba para corregirme. Había practicado bastante la comida con cubiertos, aprendí de memoria los modales más elegantes para comer y beber.

-Kayla Bondue, nuestra socia más grande, es un honor por fin conocerla. –aquel elegante hombre me sonreía -¿quién es su acompañante? –su mirada se concentró en Candace

-Candace Donovan, la hermana de mi prometido –presenté

-Claro escuché que te casarás pronto con ese hombre de negocios que hará crecer tu imperio. Y escuché también que te mudarás con él –su tono de voz me parecía desagradable

-Es cierto, no me agrada mucho este lugar, estoy buscando nuevos horizontes y personas más destacadas –dije altanera

La mujer que había hablado antes me miró con desdén, sin duda le había molestado mi comentario y me sentía con la necesidad de pedir disculpas, pero tenía que contenerme.

Las horas pasaron y las conversaciones vacías con todas esas personas desconocidas habían logrado enfadarme, por fin llegó la hora de salir de ahí, sentía la necesidad de gritar como los niños cuando suena el timbre de recreo, pero aún faltaba el viaje de regreso a “casa” y Rowan no conocía la verdad.

Llegué y Sheyla nos recibió a ambas.

-Reconozco que has mejorado bastante, hoy hiciste un muy buen trabajo –me felicitó Sheyla

-Gracias, sólo recordé algunas películas, eso me ayudo a entrar en mi personaje –admití

-Ahora bien, es el momento de descansar, nos esperan más días difíciles.

Antes de acostarme estuve en la sala del departamento viendo una interesante película, Iván me hizo compañía hasta quedarse dormido. Como pude lo llevé a su recámara para después ir a la mía. Necesitaba descansar, el sueño estaba por ganarme la partida del día.

Pasaron varios días, Kayla poco a poco de apoderaba de mi vida, ahora hacía un excelente trabajo de caracterización por mí misma y la Kayla que se necesitaba para este teatro era perfecta. Me había esforzado y antes de lo previsto ya estaba lista para la parte más difícil, ir a casa de mi prometido, conocer a mis suegros y agradarles.

Candace se había ido un par de días después del evento social, Sheyla seguía a mi lado apoyándome lo más que podía, en el viaje solo Iván y yo estaríamos juntos, así que iba a ser más difícil sin el apoyo de Sheyla.

Mi padre pensaba que estudiaba y que estaba esforzándome con mi nueva mi vida, que era todo un reto para mí. Me dolía mentirle, pues jamás lo había hecho, pero no podía contarle la verdad, quizá vendría a buscarme enseguida y no podía permitir eso.

Unos días antes del gran viaje por un descuido el chofer descubrió mi identidad real, después del incidente él se presentó formalmente como Albert McCartney, un joven muy atento y divertido apenas tres años mayor que yo. Resultaba ser parte del teatro.

Llegó el gran día, la hora de abordar el avión se acercaba. Me paré en el lugar para entregar mi boleto y recibí un nuevo sobre en ese instante. Tomé mi lugar en primera clase al lado de Iván y abrí el nuevo sobre.

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Respiré profundo tras ver la foto de aquel hombre con el que debía compartir otra gran parte de mi vida. Aun no entendía ¿Qué era todo esto? ¿Qué debía hacer? ¿Por qué yo? El destino quizá había puesto aquel incidente en mi camino y era yo quien debía estar aquí.

Tras unas horas de vuelo el avión aterrizó por fin, estaba aterrada, era mi primer viaje en avión y llegaba a una ciudad totalmente desconocida.

-Todo estará bien –Iván tomó mi mano y me sonrió

Suspiré tras sus palabras y sonreí, llegaba el gran momento de conocer por fin a Tucker, o más bien Tuck.

Todo salió de acuerdo al plan, aunque estaba nerviosa e incómoda con aquella escena, Tuck actuó con mucha naturalidad. Me tomó de la mano y nos llevó a un lujoso auto. Albert estaba de nuevo ahí, siendo de nuevo el chofer.

Llegamos a un departamento, Tuck pidió a Iván que no bajara del auto.

-¿Y bien, cuál es tu nombre? –preguntó Tuck

-Kayla Bondue –dije confundida

Se rio unos momentos para después agregar.

-Si te das cuenta de que sólo estamos nosotros aquí, ¿cierto? Preguntaré de nuevo ¿cuál es tu nombre? –insistió

-Sarahí Woods

-Muy bien Sarahí, me gustaría conocerte –sonrió amable

Lo miré estupefacta y me invitó a entrar en el baño, entendí entonces que debía quitar mi caracterización y ser yo misma.

Salí del cuarto de baño siendo yo.

-Eres muy bonita. ¿Qué edad tienes? –preguntó curioso

-18 -respondí

-Bien Sarahí, trabajaremos juntos en esto, por eso es que necesitaba conocerte de verdad. Es un placer tener una compañera de trabajo como tú. Sé que conoces mi nombre así que no necesito presentarme –sonrió –Ahora llamaré al chofer para que Nolan entre aquí. Descansaremos hoy mientras te conozco un poco más. Mis padres piensan que mañana llega tu vuelo, así que mañana mismo nos trasladaremos a mi casa para que los conozcas. Como mi prometida debes saber algunas cosas importantes sobre mí y mi familia, te pondré al tanto de todo lo necesario en el transcurso del día –me entregó un currículo personalizado para la ocasión –Sé que conociste ya a mi hermana, espero haya podido ayudarte en esto, sé que es difícil, estás haciendo una vida con completos desconocidos, intentaré ayudarte lo más posible, pero necesito que en el momento indicado Kayla esté lista para todo.

-Haré mi mayor esfuerzo joven Tucker –asentí para darle confianza

-Llámame sólo Tuck, de acuerdo, será más fácil cuando necesite a Kayla a mi lado –me sonrió

-Bien Tuck. ¿Qué sigue?

-Pasaremos el resto del día aquí, como te dije hay mucho de qué hablar, tenemos tiempo de ser nosotros mismos y eso incluye a Iván.

En realidad era un joven agradable, honesto y divertido, no puedo negar que su apariencia era impecable, era guapo y con una personalidad única ¿cómo se había fijado en alguien como Kayla? Eran polos totalmente opuestos. Me parecía inoportuno preguntar así que me reservé esa pregunta. O quizá debía preguntar si Kayla en realidad era una persona, ¿existía quizá?

Ahora tenía nuevos datos de Kayla, había conocido a Tuck hace 5 años, al principios de este año habían dado el gran paso del compromiso, y por fin conocería a sus padres. Estaba completamente enamorada de Tuck, pues era el hombre perfecto, además de ser un hombre muy rico que heredaría millones de sus padres al ser el primogénito. Kayla era diferente cuando estaba con Tuck, no dejaba de ser altanera, presumida e indiferente, pero era muy amorosa, lo que hacía más difícil mi papel, Kayla debía verse total e irremediablemente enamorada de su prometido.

Según lo explicado, mañana tendríamos un desayuno con sus padres, Nolan se quedaría en casa de los padres de Tuck con una niñera el resto del día, mientras mis suegros nos acompañaban a mí y a mi prometido a ver algunos detalles de la boda que sería en un mes exactamente. Me esperaban los días más difíciles de mi vida fingiendo una vida.

Desperté la mañana siguiente con el despertador, me levanté sin ganas y me convertí en Kayla en poco tiempo. Utilicé el vestido más presentable para conocer a mis suegros, salí de la habitación, Nolan y Tuck me esperaban ya. Salimos del edificio, Albert, o más bien Rowan, nos esperaba ya fuera del automóvil que abordamos enseguida.

-Kayla, querida, olvidé decirte que compartiremos habitación en casa de mis padres –anunció Tuck

Lo miré sorprendida y suspiré.

-Descuida mi vida, te daré la privacidad que necesitas –añadió Tuck

Lo miré inexpresiva, con Albert no necesitaba fingir, pero nadie sabía que me había descubierto frente a sus ojos, reaccioné en pocos minutos para sobreactuar.

-Tuck, querido, eso es grandioso –respondí en mi papel de mujer enamorada

Por espejo retrovisor miré la risa discreta de Albert, quizá esa emoción si se había visto falsa, pero Tuck no pareció notarlo, o más bien le restó importancia.

Nerviosa bajé del automóvil con ayuda de Tuck, respiré profundo y miré aquella enorme y lujosa casa que estaba justo frente a mis ojos. Era impresionante como una casa podía ser tan grande y tan hermosa.

Caminé con mis primeros pasos vacilantes.

-Tranquila, todo saldrá bien, toma mi brazo y sonríe. Se Kayla recuerda.