La preparación del personaje principal

2340 Words
¡Estaba loca! ¿Realmente pensaba hacer lo que un extraño me pedía? pensé muchas veces en no hacerlo mientras retomaba mi camino, pero ese hombre, quien quiera que sea, había puesto su confianza en mí, aún sin conocerme, pero ¿por qué yo? Había más personas hospedadas en aquel lugar y me había elegido justo a mí. Llegué a la gran ciudad agotada y con hambre, antes de ir a la dirección que había visto en aquel sobre, entré en un pequeño restaurante, comí y salí de inmediato. Llegué a la dirección indicada en aquella carta, llamé a la puerta y una mujer abrió enseguida. Entregué la foto en sus manos y me hizo entrar apresurada a aquel pequeño lugar. -Hola, jovencita, me encargaré de hacerte ver como Kayla –tenía una gran sonrisa de satisfacción –toma asiento aquí –apunto con su mano extendida a la silla frente a un enorme espejo. Estaba preocupada, ¿qué era todo esto? -No te preocupes querida, estas en buenas manos –parecía increíble que esa mujer me diera tanta confianza. Un hombre apareció, entonces ambos comenzaron a maquillar mi cara y cambiar por completo mi cabello. No decían nada y se concentraban en su trabajo. Después de unas horas la chica de la fotografía era yo, realmente era un impecable y perfecto trabajo de caracterización. Al terminar entregaron un sobre sellado en mis manos. “” “” Terminé de leer y había una gran cantidad de dinero dentro del sobre. “” ¿Cómo puedo hacer algo así? ¡Estoy completamente loca! es un extraño que me pide no ser yo, que me ha inventado una vida, un prometido, un hijo, acaso está demente. Pero comencé con esto, ¿qué puede resultar mal? Además es como si estuviese trabajando, me ha remunerado muy bien. No es la clase de trabajo que buscaba, sólo espero no estar metiéndome en algo que ponga en riesgo mi vida. En fin empecé con esto ahora deberé llegar hasta el final, después de todo ¿qué puede salir mal? Sin pensarlo más tomé un taxi que me llevó hasta la dirección del remitente del sobre. Llegué a un hermoso y lujoso edificio. -¿Seguro que es aquí la dirección que le di? –pregunté asombrada al hombre del taxi -Claro que sí señorita. He venido ya muchas veces, no puedo equivocarme. -Claro, lo siento. Gracias. Pagué la cantidad que me indicó y bajé del automóvil para entrar en aquel edificio. Crucé la imponente puerta de cristal y me dirigí a la recepción. -Señorita Bondue, es un gusto poder verla por fin en persona –sonreí recordando que ahora ese era mi nombre. -Sí, bueno ya estoy aquí –ser descortés no era mi fuerte, pero tenía que intentar serlo de ahora en adelante -Aquí está la llave de su departamento, justo con las especificaciones de su asistente, espero sea de su agrado. -Claro, gracias –fingí una sonrisa Insegura tomé la llave que me entregó el joven recepcionista, quien envió a un par de hombres más a recoger mi equipaje para llevarlo a mi nuevo departamento. Tras subir unos pisos en el elevador llegué por fin al departamento en lo más alto del edificio. Entre, todo era maravilloso, moderno, fresco, increíblemente caro, seguramente. En pocas palabras, el lugar más elegante que mis ojos habían podido ver en toda mi vida. Pero debía disimular mi sorpresa ante aquellos jóvenes, después de todo Kayla estaba acostumbrada a este tipo de lujos desde su infancia, por eso es que era tan exigente y superficial, todo lo opuesto a mí. -La dejaremos para que disfrute de su nueva adquisición, si necesita algo no dude en llamar. Sé que no le gusta que la molesten, su asistente fue muy específico. Con su permiso, nos retiramos. -Bien, gracias. Apenas y lo miré para hablarle, era difícil hacerlo de ese modo, pero Kayla era así y debía acostumbrarme a ser de esta manera. Caminé vacilante recorriendo cada centímetro de aquel lugar que me asombraba cada vez más y más. Yacusi, tina de baño, un elegante comedor, una cocina bien equipada con la mejor tecnología, una habitación con una cama enorme, un hermoso tocador lleno de joyería, perfumería y maquillaje, productos para el cabello, y toda clase de cosas para hacer un peinado estupendo sin necesidad de un salón de belleza. Había otra habitación un poco más pequeña, con una cómoda y gran cama, una pantalla, consolas de video juegos, juguetes de todo tipo, juegos de mesa y el armario lleno de ropa de niño. No entendía todo aquello, pero seguramente pronto obtendría respuestas. Me senté al final en el sillón que tenía una enorme pantalla enfrente y mesita de centro. Llamaron a la puerta unos instantes después. Abrí enseguida y frente a mí estaba una joven apenas un par de años menor que yo. -Hola, me contrataron para trabajar aquí en cuanto usted llegara. Descuide que me han pagado bien para mantener el secreto de todo. ¿Me permite pasar? -Claro. -Es un hermoso lugar. -Lo es. Pero no entiendo. -Bien quizá esto ayude un poco. Entregó en mis manos un sobre que enseguida abrí para leer. “ al pequeño Nolan, tu hijo, es un niño totalmente capacitado para estar en esto>>” Una vida totalmente nueva, ni siquiera era mi vida, ahora sólo me restaba hacer mi papel de madre soltera. Sheyla se acercó a mí y me miró fijamente, de pies a cabeza, midió algunos anillos en mi dedo y unos minutos después salió del departamento. Me quedé sola algunas horas pensando en esa nueva vida y en ese niño que estaba involucrado en todo esto. ¿Cómo alguien a tan corta edad tiene la capacidad de hacer una vida falsa con una persona extraña? ¿Cómo sus padres lo permitían? Sheyla llegó entonces con muchas bolsas de compras, una gran cantidad de ropa de las tiendas más caras de la ciudad que acomodó impecablemente en el armario de la que sería mi habitación, llenó el refrigerador y las alacenas de comida. Al final se sentó a mi lado en el sofá y me dio un hermoso y brillante anillo de diamantes. -¿Qué es esto? –pregunté perpleja -Tu anillo de compromiso. -¿Compromiso? –dije sorprendida -Así es, me corresponde hablarte de esto. Estas comprometida con un hombre elegante, guapo, adinerado y muy importante a nivel mundial. En pocos días tendremos que hacer un viaje para encontrarnos con él, hasta entonces debemos trabajar en Kayla Bondue, debe ser exactamente como te indicaron y es necesario que aprendas a caracterizarte sola, en estos días los que te caracterizaron antes estarán viniendo cada mañana para hacer el trabajo, y debes poner atención para que puedas hacerlo sola. -¿Pero que es todo esto? –pregunté casi sin aliento -No estoy muy segura, a mí sólo me pagaron y me dieron indicaciones específicas, sólo debo cumplir con mi cometido y todo estará bien. -De acuerdo, pero no entiendo nada, ahora tengo una vida que no es mía, ¿quién es esta mujer? -Una persona terrible, al parecer todo lo contrario de ti. Así que tenemos mucho trabajo por hacer. -Será difícil -admití -Lo sé. Intentaré hacerlo más sencillo para ti, te contaré acerca de tu hijo y tu prometido, escucha bien con atención, debes conocer lo necesario. Debía hacerme pasar por una mujer algunos años mayor que yo, lo parecía por supuesto con esta caracterización, madre soltera, comprometida con un hombre que ni siquiera conocía y que en pocos días me llevaría a conocer a sus padres en una ciudad muy alejada. Al parecer viajaría con mi pequeño hijo y ahí es donde comenzaba la parte más difícil, convencer a mis “suegros” de que era perfecta para su hijo. No pude dormir esa noche, en mi cabeza daba vueltas todo aquello, ¿cómo es que me había metido en esto? ¿Acaso era la persona indicada para este trabajo? La verdad es que jamás había actuado en mi vida, ¿cómo iba a funcionar todo esto con mi inexperiencia? Tenía ganas de salir corriendo del lugar, pero algo dentro de mí me lo prohibía. Ahora ¿qué iba a decirle a mi padre? Si me fui de casa para superarme con estudios, ¿cómo le explicaba que no lo hacía? Con todo este embrollo me había olvidado de llamarle para decirle que estaba bien, ahora ¿debía mentirle? Por supuesto, no puedo incluirlo en esto que ni siquiera sé a dónde me llevará. Sheyla parecía una buena persona, y se había esforzado por facilitarme las cosas de este descabellado plan, quizá podría convertirse en una amiga y confidente, después de todo me conocía un poco y quizá ella sería la única, no sé cuánto tiempo, con la que no debía fingir ser Kayla. Desperté por la mañana tras escuchar la puerta de la que ahora era mi recamara, Sheyla me llamaba para ir al aeropuerto por el pequeño Nolan, otra personita involucrada en este teatro. Los señores que me había transformado en Kayla hicieron de nuevo su trabajo, pero esta vez puse más atención, era complicado hasta cierto punto, pero observando y con la practica seguramente podría hacerlo sola en algunos días. Llegué a la puerta de entrada del edificio, un hombre con un traje n***o esperaba en la puerta de un automóvil de lujo, último modelo por cierto, seguramente era Rowan, mi chofer personal. Me acerqué y de inmediato abrió la puerta para mí, subí con la mirada altanera y sin decir una sola palabra, muy dentro de mí había un “gracias” pero en este justo momento no podía decirlo. Llegamos sin demora al aeropuerto, un avión acababa ya de aterrizar y el pequeño Nolan pasaba por las puertas de egreso de la sala de abordar. Respiré profundo y sonreí con un leve saludo con la mano, el niño sonrió e hizo el mismo gesto con la mano. -Bienvenido de nuevo a casa Nolan –dije con voz irreconocible. -Gracias madre, ahora vámonos, estoy agotado por el viaje –respondió altanero Subimos de nuevo en el auto y todo el camino hubo silencio, llegamos al restaurante en que tomaríamos el desayuno, esa era la prueba más difícil hasta ahora, mantener mi papel durante la hora del almuerzo en un lugar lleno de personas. El mesero nos entregó el menú y junto al mío venía un sobre con una letra conocida. Lo abrí disimulada y comencé a leer “” Como estaba escrito, una joven mujer llegó a mi mesa y saludó amigable. -Kayla Bondue, es un honor poder conocer por fin a la mujer que se robó el corazón de mi hermano. -Candace Donovan, el gusto es mío, toma asiento, estábamos a punto de ordenar. Este pequeño es mi hijo, Nolan Bondue –presenté con “familiaridad” al niño que apenas conocía -Nolan, mucho gusto –saludó amable la joven. -El gusto es mío, señorita Donovan –el niño tenía buenos modales Después del almuerzo, que por cierto era delicioso y muy sofisticado, regresamos al edificio en el que Sheyla esperaba nuestro regreso. -Y bien, ¿qué tal todo? –preguntó mi nueva amiga ansiosa -Esta chica parece profesional, hizo un buen trabajo, hay algunos detalles por pulir, pero estoy aquí para ayudar. Tú debes ser Sheyla, por fin te conozco. Soy Candace Donovan –extendió su mano para saludar -Señorita Donovan, el gusto es mío. Su recámara esta lista –señaló la habitación con una mano –También la tuya Iván, con todas las especificaciones. -Increíble, ¿segura que está todo? –preguntó incrédulo Sheyla asintió y el niño del que ahora sabía su nombre real, Iván, corrió entusiasmado a su recámara. Platiqué por varias horas con las dos chicas que me acompañaban y practiqué los detalles que Candace había notado en mi personalidad como Kayla. Ella resultó una chica muy amable, sencilla, agradable y muy buena compañía, veía en ella una potente futura amiga. El resto del día no había planes para salir, encargamos comida de un restaurante sofisticado y la cena fue algo más de mi agrado. Iván era un pequeño muy inteligente pero con un carisma único, era un buen niño con ese don para la actuación innato, me sorprendía la profesionalidad con la que podía arribar su personaje sin salirse de su papel de niño rico, mimado y berrinchudo. Antes de dormir me di una ducha para quitarme de encima a Kayla y ser de nuevo sólo yo. Me acosté sobre la cómoda y gran cama pensando en el siguiente día, cada instante de la vida de Kayla estaba planeado, las personas involucradas en esto eran muy profesionales y yo sin experiencia me sentía como una tonta. Los comentarios favorables me daban más seguridad, necesitaba paciencia, mucha paciencia, pues Kayla era todo lo opuesto a mí y me costaba ser grosera, déspota, superficial e indiferente a todo y a todos. Me recordaba constantemente “el mundo gira alrededor de ti, sólo debes pensar en ti, en lo que quieres y lo que piensas, los demás no importan, ni siquiera Nolan” esa era justamente la vida de Kayla, una mujer de 28 años que había tenido un hijo y su novio en ese entonces los votó a ambos de su vida y por ese motivo ella era así, pues ella amaba a ese chico que le había hecho una mala jugada y no le había importado ella o su hijo. Ella tenía estudios, era una profesional en área contable y eso le había dado mucho dinero en la empresa de su padre, quien había fallecido cuando Nolan tenía tan sólo un año de edad. Su madre se había ido de casa cuando ella apenas tenía 5 años, tuvo una vida difícil supongo que eso “forjó su carácter” o por lo menos era la nota de una de las cartas que había encontrado en el escritorio de la recámara.
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