Los preparativos para el amor.

1754 Words
Desperté, no sabía en qué momento el sueño por fin me había vencido, me sentía aún soñolienta y sin ganas de levantarme, mucho menos sabiendo que debía fingir ser Kayla de nuevo por un largo día. Me senté sobre la cama y miré hacia el sofá-cama en el que Tuck había dormido. Todo estaba ordenado, y la que se había convertido en una cama la noche anterior ahora era un perfecto sillón vacío. La puerta del baño se abrió y Tuck salió en bata de baño. -Buenos días, ¿Cómo dormiste? O más bien ¿Qué tanto dormiste? Noté que no podías hacerlo. -Buenos días Tuck –saludé amable –Descasé lo suficiente supongo, es solo que algunas de las cosas que dijiste anoche me dejaron intrigada. -Lamento entonces haberte dicho eso que no te dejó dormir. -Está bien, fue cosa mía, es sólo que es complicado adaptarme a este espacio que es totalmente nuevo para mí –suspiré -Lo sé, haces un trabajo muy duro, yo no podría con algo así, debo reconocer que eres excelente y muy profesional. Ahora debes prepararte, saldremos a tomar el desayuno con mis padres en una hora, no querrás que el hombre de la casa se moleste, odia la impuntualidad –una nueva advertencia -Sí, me apresuraré –me levanté tontamente si saber que hacer o a dónde ir -Las cosas que necesitas están en el tocador del baño, tarda el tiempo que necesites, te esperaré para bajar juntos –agradecí y entré en el cuarto de baño Comencé con mi tarea de cada día, regresar a Kayla a la vida, la gran cantidad de maquillaje comenzaba a dar forma a Kayla, arreglé cuidadosamente mi cabello intentado apresurarme, pues en menos de una hora debía estar lista. Kayla salió por fin del baño de la habitación, elegí un atuendo elegantemente casual para la ocasión. Los salones de eventos del día anterior no habían llenado las expectativas del señor Donovan, así que hoy de nuevo haríamos infinidad de recorridos para encontrar el lugar que las llenara. -Lamento que tengas que pasar por todo esto, quizá mi padre debería ir sólo a encontrar el lugar perfecto, después de todo no pide nuestra opinión –refunfuñó -Está bien, después de todo en nuestra boda, debemos ser partícipes en esto –sonreí para hacerlo sentir bien Ambos reímos tras la idea de una boda falsa. Bajamos a tiempo al comedor, los padres de Tuck apenas llegaban también y los meseros tenían todo listo para el desayuno. -¿Dónde está Nolan? –pregunté discretamente a Tuck antes de tomar mi lugar para el desayuno. -Lo siento, mi padre dio la indicación de que debía tomar el desayuno en la cocina. Suspiré decepcionada y molesta para después acomodarme en mi espacio asignado. -¿Y bien que tal su primera noche señorita Bondue?, estuvo muy silencioso todo. Mi hijo tiene necesidades de hombre, no es un tema nuevo para usted, pues tiene ya un hijo. No se sienta intimidada, mi hijo no se da ese tiempo con mujeres, es normal que aproveche con su prometida, después de todo no tiene que guardarse para el matrimonio, eso ya no es para usted. Me alegraba en ese momento la gran cantidad de maquillaje sobre mi cara, eso ocultaba perfecto mi rubor natural inmediato ante su cometario. Claro que era un tema nuevo para mí, y muy delicado, apenas tenía 18 años, pero claro, ahora mismo era la vida de Kayla. Me molestó el hecho de que me tomara como una mujer cualquiera, tener un hijo no quería decir que me acostaba con cualquier hombre que se pusiera en mi camino. Pensé como Kayla en ese momento, pero el respeto a ese hombre estaba ante todo. -No quiero faltarle el respeto a su casa –dije intentando parecer alagada -No se preocupe por eso, primero están las necesidades de mi hijo, ante todo –advirtió -Querido, no seas indiscreto, eso es un tema de pareja –dijo la madre de Tuck -No es nada nuevo para ella, o para nosotros, quizá el único nuevo para esto es nuestro hijo, aunque no estoy muy seguro de eso –resopló –Empiezo a creer que no desea tener intimidad con mujer alguna. Jamás hablamos de eso por tus intervenciones, he respetado tu opinión querida, pero con la señorita Kayla es diferente, ella ya es una mujer experimentada. Respiré profundo antes de gritar lo que pensaba en ese justo momento, Tuck tomó mi mano en un intento por relajarme, y eso me hizo sentir nerviosa. -Padre, no me sentía con deseos de hacerlo, la respeto y espero el momento después de la boda –anunció Tuck -Hijo por favor, eso déjalo para las mujeres, concéntrate en tus deseos y necesidades, ella está a tu merced. Siéntete con la libertad de hacerlo –insistió -Lo tomaré en cuenta padre El desayuno resultó incómodo después de los comentarios de aquel hombre. Por suerte Iván no estaba aquí para escuchar todo eso que salía de su boca. Terminamos el desayuno y subimos de nuevo a la habitación para recoger algunas cosas para el día numero dos para encontrar el espacio perfecto para la boda. -Lamento que hayas tenido que escuchar eso de mi padre, no fue muy correcto, sé que te molestó y te incomodó, siento mucho que debas pasar por todo esto –estaba avergonzado -No entiendo por qué es así, así trata a todas las mujeres, incluso no miré que Candace participara en alguna conversación con tu padre –observé -Mi padre no toma en cuenta nunca sus comentarios, siempre ha sido así, no entiendo cómo es que ella sigue soportando ese hecho –hablaba de su hermana -Quizá piensa igual que tú, no dejar a tu madre con ese terrible monstruo –había cometido un error y no podía borrar mis palaras –lo siento, es tu padre –dije avergonzada -Está bien, pienso lo mismo, que es un monstruo, pero apresurémonos que se pondrá de mal humor. Subimos en el automóvil con Albert, los padres de Tuck, o más bien el padre, prefirió viajar en la comodidad de su limusina, así que eso me daba espacio para respirar un poco. -Habrá manera de librarnos de esto en algún momento, la idea de planear una boda con mis suegros no es muy agradable –pregunté a Tuck -Hablaré con mi padre, inventaré alguna excusa para que nos dé tiempo libre, después de todo necesitamos tiempo de pareja –hizo un guiño Llegamos al primer lugar de la lista unos segundos antes que el señor Donovan y su esposa. El resto del día fue igual al anterior, innumerables salones de eventos uno tras otro, la comida y cena en el restaurante donde el chef Philip trabajaba. Un día agotador. Llegamos de nuevo a la mansión Donovan, la sala principal nos esperaba para una charla superficial y machista. -Padre, quisiera acompañarlos mañana a la búsqueda del lugar perfecto, ¿puedo? –preguntó Candace con la mirada en el piso. -Candace, hemos hablado mucho de esto, es la boda de tu hermano, no tienes por qué ir –refunfuñó su padre -Lo siento padre –se disculpó Candace entre dientes -Querido, quizá la señorita Kayla y yo necesitamos un poco más de compañía femenina, permítele a nuestra hija acompañarnos –abogó la señora Donovan -Tu madre ha intercedido por ti, sólo por eso te permitiré ir, pero no se requiere de tu opinión. Irás con tu hermano en el auto y deberás tomar el lugar del copiloto –ordenó el hombre -Gracias padre, te lo agradezco –dijo Candace con la mirada aun sobre el piso -Ahora ve a dormir ya, no son horas para que una joven mujer esté aquí con los adultos –ordenó a su hija -De acuerdo padre. Con su permiso, me retiro. Odiaba la manera en que el señor Donovan trataba a su esposa y a Candace, no merecían un trato así, por suerte Tuck era más consiente, compresivo y no tenía las ideas machistas de su padre. Entre de nuevo en esa habitación aún más temerosa que la noche anterior, después de comentarios del señor Donovan el estar en esa habitación con Tuck me aterraba. -No tienes por qué estar nerviosa, no pasará nada que no desees –me aseguró Tuck Sonreí amablemente aunque titubeante, entré en el cuarto de baño para desaparecer a Kayla de nuevo. Salí más fresca y reconfortada, de nuevo Tuck estaba cerca del balcón, pero esta vez llevaba puesta la ropa de dormir. -Deberíamos hacer algo para dejar a mi padre tranquilo Me quedé pasmada ante su comentario, antes había dicho que no haría nada que yo no deseara, ¿qué pasaba por su cabeza ahora mismo? Pronto estaba frente a mí y yo temblaba nerviosa y asustada. -Descuida, no te haré daño, dije que no pasará nada que no desees, y cumpliré mi palabra. Sólo lo haremos pensar que pasa algo aquí, en realidad no tiene que pasar nada. -No entiendo –lo miré aún asustada -Saltaremos un poco sobre la cama, será divertido, no te limites en reír o gritar un poco, eso dará más realismo y dejará a mi padre convencido de que tomé su insistente consejo –sonrió Asentí y comenzamos con aquel descabellado plan, no estaba segura de qué hacer, pues jamás había pasado por una situación como la que para los oídos del señor Donovan pasaba. Recibí un pequeño golpe de Tuck que me hizo gritar. -Lo siento, ¿te lastimé? -Estoy bien, sólo estaba desprevenida. -Ese grito era el que buscaba, lamento haber tenido que hacer eso. -¿Querías que gritara? -Un poco, sí, lo admito, pero es necesario para convencer a mi padre de lo que “hacemos” Suspire y me senté sobre la cama. -¿Sucede algo? -Sólo me llegó la inquietud sobre algo, pero no es importante. -Está bien Sarahí, puedes decirlo. -Es incomodo, no debería. -Vamos, escucharé. -Algo muy personal, acerca de ti. -Imagino lo que es –me miró –No, jamás he estado con una mujer en la intimidad, y siendo sincero jamás he sentido la necesidad de estarlo. Hasta hoy. Me aterraron sus palabras enserio, ¿qué pasaba ahora mismo por su cabeza? -Descuida, no pasará nada que no desees, te lo dije desde el principio, es sólo que jamás había conocido una joven como tú, realmente eres la clase de mujer con la que me gustaría compartir el resto de mi vida.
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