Libreto Vs Realidad

2528 Words
¿Acaso había escuchado bien? ¿Se ha enamorado de mí? Pero si apenas me conoce, no creo que eso sea realmente posible. -Lamento decírtelo Sarahí, sé que esto te incomoda, y más en esta situación, pero realmente hay algo en ti que me vuelve loco. El día de hoy me sentí emocionado por pasear por ahí en busca del salón perfecto para nuestra boda. -Tú boda con Kayla, no soy yo realmente –aclaré –no quiero lastimarte Tuck, eres un buen hombre, muy buena persona con increíbles valores, pero yo estoy aquí por asares del destino, y no creo que sea correcto que tengamos sentimientos entre nosotros, eso puede complicar las cosas, sabes. No quiero que pienses que podemos llegar a ser algo más, mi vida ahora mismo, no es mía, no puedo decidir por mí misma, entiendes. No podemos enamorarnos, no ahora, no en esta situación –aparté mi vista de la suya -Aunque me duele aceptarlo es la realidad, quizá sólo este confundido con todo esto del teatro, y en realidad es sólo que ahora por primera vez convivo con una mujer con la que no tengo lazos de sangre, y eso quizá me ha confundido –pensó Tuck en voz alta –Pero eres muy hermosa Sarahí, y eres simpática, tienes valores impecables y una sencilla manera de ser, supongo que eso es un punto en tu contra para ser Kayla, ¿no? Imagino que sí. No quiero incomodarte con mis palabras, y no quiero que por lo que acabo de decirte se dificulten las cosas. Debemos concentrarnos en el trabajo, es lo mejor. -Sí, es lo mejor –suspiré Me sentía mal e incómoda en ese momento, jamás pensé que las cosas darían ese giro inesperado con Tuck, ha sido tan bueno, generoso y comprensivo desde el principio que decirle algo como lo que acaba de decirle me destrozaba por dentro, quizá tanto como a él. Su rostro estaba inexpresivo y miraba a la nada, sin decir palabra alguna por algunos largos e incómodos minutos. -Tuck, lo siento, yo… Antes de poder decir más su dedo índice rozó delicadamente mis labios en señal de silencio. -No tienes que disculparte, sabes, es cosa mía, tu sólo haces tu trabajo, que quizá jamás pensaste que debías hacer –me miraba fijamente -Pero yo… -intenté disculparme de nuevo -No digas nada Sarahí, comprendo perfectamente lo que pasa. Solo haces tu trabajo y eso debo hacer yo, concentrarme en el deber y dejar a un lado los sentimientos. -No quise decir eso, es sólo que… -Yo sé, las cosas podrían complicarse, lo siento, jamás debí decírtelo. Me quede en silencio sin saber que palabras decir para reconfortar a aquel joven que se entristecía. Suspiré inconforme con la situación, y él me miró. Vacilante lo miré también y la dulzura de esos tiernos y sinceros ojos que brillaban como esferas relucientes a la luz de la luna, intentaban decirme que realmente había amor hacia mí dentro de aquel interesante hombre. Me perdí en esa mirada por unos instantes y noté una sonrisa en aquel rostro que antes estuvo a punto de soltar en llanto. No pude evitar sonreír también. -¿Qué sucede? –pregunté confundida -Me has puesto atención, demasiada, más que en todas las demás ocasiones Sarahí, ¿algo ha llamado tu atención? –preguntó Me sonrojé, había notado que lo miraba de una manera diferente, y quizá por eso había sonreído, para mi mala suerte Kayla ya no estaba sobre mi rostro, el maquillaje ahora no podía ocultar aquellas rosadas mejillas que no podía contener. -Yo, es que, tus ojos… -Descuida no tienes que decir nada, me lo has dicho ya. Muy, muy en el fondo quizá tenga una esperanza de verte aún después de este trabajo, y muy posiblemente tener una relación real y no una ficticia como ahora. -Yo… -No quiero que digas nada, es mejor que vayamos a descansar, será un día bastante pesado mañana. Así que vamos, te dejaré descasar. No pude decir nada más, quizá estaba en lo correcto y muy en el fondo sentía algo por él, algo parecido o igual a lo que él sentía por mí. Pero ¿cómo saberlo? El tema del amor era nuevo para mí, apenas comenzaba mi vida, era aún muy joven. Tuck se recostó en sofá-cama, y yo tomé mi lugar sobre la cómoda y gran cama de la habitación, no podía dormir, en mi cabeza daba vueltas todo aquel asunto de Kayla y mi vida. ¿Ahora que debía hacer? ¿Por qué justo a mí me había sucedido esto? Desperté la mañana siguiente con mi cabeza revuelta, pero debía concentrarme en Kayla, ahora era ella y sólo ella el centro de mi vida. Me levanté de golpe y me apresuré a dar vida a aquella mujer. Tuck despertó entonces, y me miró. -Parece que estás lista para comenzar el día, cariño –dijo observando con cuidado con mi caracterización -Lo estoy, deberías apresurarte, no quiero conocer a tu padre molesto –admití En pocos minutos él estaba listo y dispuesto a bajar a tomar el desayuno. -Buenos días, parece que tuvieron una noche ocupada –la sonrisa lujuriosa de su padre daba miedo -Seguí tu consejo padre, como siempre, quiero disfrutar a esta bella mujer que tengo a mi lado –mintió Tuck de manera creíble -Me parece bien hijo mío. Tomaremos un ligero desayuno para apresurarnos, el día es largo y hay muchas cosas por hacer. -Padre, quisiera tener tiempo con Kayla, llevarla a conocer la ciudad y… -Está bien hijo, no tienes que darme explicaciones –la mirada maliciosa de su padre me estremecía –una vez que pruebas las mieles de la vida es imposible renunciar a ellas -Confió en que encontraran mi madre y tú el lugar perfecto –sugirió Tuck -Por supuesto que eso haremos. Entonces nos iremos ahora mismo –se levantó se su asiento al tiempo que lo anunciaba -No hay prisa, podemos aún tomar el desayuno. -Claro que no, iré con tu madre a aquel restaurante con Philip, se me antoja algo exquisito. -Bien, entonces que tengan buen día. -También tú hijo, espero que aproveches el día. El señor Donovan guiño el ojo a su hijo con una sonrisa, y salió enseguida con su esposa del brazo. -¿Qué planes tienes hoy? –pregunté amablemente -Quizá quieras un poco de tiempo para ti, Nolan seguramente tiene mucho que contarte, los llevaré a dar un paseo, y Candace vendrá con nosotros. -¿Enserio hermano? –la incredulidad de Candace me hacía pensar en que su amabilidad era algo extraño para ella -Claro, supongo que tienen mucho de qué hablar, Candace me habló mucho de ti después de que fue a visitarte. Quizá sea bueno que les deje el día y llevarme a Nolan a dar un paseo a algún lugar divertido, donde mi padre por supuesto no se dé cuenta que estuvimos. -Gracias –sonreí complacida y emocionada a aquel atento hombre que justo ahora me miraba. -Quizá sea bueno que Kayla vaya a descansar a la habitación –sugirió Tuck -Pero acabas de decir que pasaré en día con Candace –suspiré desalentada Me guiño el ojo y me invitó a subir a la habitación, entonces comprendí que por fin tendría un día libre de aquella sofisticada mujer. Bajé siendo yo misma de aquella habitación, Tuck me sonrió y Candace me tomó del brazo emocionada. -Pasaremos un día increíble. Veremos a Tuck y a Nolan para comer, así que debemos apresurarnos, tengo tantas cosas en mente que quiero hacer contigo Sarahí. Estoy tan emocionada. Nos vemos hermanito, saldremos por la cocina –anunció Candace apresurando su paso por el pasillo -Está bien, sólo recuerda decirle al chofer que ella es tu nueva amiga, ¿correcto? -Descuida hermanito, todo será perfecto hoy. Gracias por esto. Salimos apresuradas y con mucha precaución de la casa, y subimos al auto de inmediato. -Sarahí ¡qué alegría verte! -¿Acabas de llamarla Sarahí? –preguntó Candace incrédula -Lo siento, por un descuido el conoce la historia –dije avergonzada por el error que había cometido -Así es señorita, pero creo que metí la pata –desvió Albert la mirada -Descuida, está bien. Hay muchos planes para hoy, será un largo día –anunció mi amiga aún más entusiasmada Fuimos de compras a muchos lugares de la ciudad, era un lugar enorme, lleno de edificios, monumentos y mucha historia. Me emocionaba todo aquello, era totalmente nuevo para mí, Albert nos acompañó a cada lugar, resultaba ser un joven divertido y de muy buenos gustos. Risas, bromas, y gratos momentos inundaron todo mi día. Candace era una chica increíble, divertida y muy amable. Llegó la hora de la comida, y Candace habló con Tuck para saber en qué lugar nos reencontraríamos para eso. En pocos minutos estábamos en un pequeño restaurante muy cálido y con personas reales, me refiero a personas de buenos sentimientos, muy alegres, amables y llenos de vida. Por un momento recordé aquellos días en mi pequeño pueblo, un lugar en especial donde me gustaba ir a comer, donde siempre una señora muy amable me recibía y me servía suculenta comida, una gran amiga de mi madre, me sentí nostálgica. -¿Ocurre algo? –preguntó Tuck de inmediato al ver que algo no andaba bien conmigo -No, nada. Estoy bien –intenté dejar de pensar en el pasado -No lo pareces –insistió Tuck -Es sólo que este lugar me hizo recordar muy buenos tiempos –sonreí con un nudo en mi garganta. -Bueno parece todo lo contrario –parecía conocerme más de lo que esperaba -En mi pueblo visitaba un lugar muy parecido, una amiga de mi madre era la dueña. -Sigo sin entender tu razón –me miró insistente -Mi madre murió hace algunos años, el cáncer se apoderó de su vida… No pude decir más, todos los de la mesa me miraban como no lo había hecho nadie jamás. Entonces miré aquellos ojos en los que me había perdido la noche anterior y recordé a mi padre por un instante. Iván se acercó para abrazarme con un “lo siento” en la mirada. Suspiré para dejar todos mis recuerdos atrás, no quería arruinar este bello día con mis recuerdos más tristes. Era momento de estar alegre, de ser yo misma y nada más. -Está bien, ya son muchos años de eso, ahora venimos a disfrutar de un increíble día, así que vamos –dije intentado convencerme -Iván, acompáñanos a la mesa de postres ¿quieres? ­Albert, Candace y el pequeño Iván se levantaron enseguida de su asiento. Me quedé inmóvil observando al vacío. -No tenía idea de… -Descuida Tuck, es algo que no cuento muy frecuentemente, pero estoy bien –tenía que ser fuerte, tenía que contenerme, no debía hablar demasiado de mi vida con un extraño -No lo parece, aunque te hagas la fuerte he logrado conocerte. Sé que todo esto ha sido difícil para ti. Pero parece que no conozco mucho de tu vida en realidad. ¿Por qué te fuiste de tu casa? –insistió en conocer sobre mi vida -Es una larga y aburrida historia –dije para evadir el tema -La escucharé aunque tenga que quedarme el resto del día aquí sentado –y sabía que lo haría de ser necesario. -Mi madre murió y sólo éramos mi padre y yo, hasta que una mujer llegó a su vida, él se enamoró de nuevo, y no es malo que lo haya hecho, lo malo es la persona de quien lo hizo, una mujer oportunista, una caza fortunas, con un par de hijas que son aún peor que ella. Estaba harta de ver cómo se aprovechaban del dinero de mi padre, pero quiero que él sea feliz, así que decidí hacer una vida lejos de los malos tratos y los constantes insultos. Por supuesto mi padre siempre me ha dado todo, me ha consentido bastante, pero era momento de dejarlo, de salir de ese lugar y extender mis horizontes, no quería quedarme para siempre en ese lugar. Ahora mi padre no está sólo la tiene a ella, que aunque para mí sea una total bruja, él está enamorado y lo hace feliz. Yo sobraba en ese lugar –era la primera vez que contaba eso y de alguna manera me daba alivio haberlo hecho -No digas eso, es tu padre, estoy seguro que te ama como nadie en este mundo –Tuck intentó reconfortarme -Eso lo sé, el problema no es él, entiendes. Todo ha cambiado ahora, ella es su centro de atención, y es justo para él, de cualquier modo en algún momento tenía que dejarme ir. Además… -Hay un hombre, ¿no es cierto? –acertó -No es oportuno decirlo –dije desanimada -Está bien, no me molesta, quiero escuchar la historia completa –su mirada seguía sobre mí -Un chico, sí, pero al tomar de decisión de irme del lado de mi padre descubrí que su amor era falso, sólo estaba conmigo por el dinero de mi padre, y me alegra haberme dado cuenta –pero aún dolía aceptar el hecho -Lamento todo lo que has vivido, parece que ha sido muy duro para ti –la dulzura de su voz me reconfortaba -Sólo desde la llegada de esa mujer y sus hijas, pero no se compara nada con tu vida Tuck, lamento que tengas un padre tan exigente. -Está bien, eso me tocó, pero sabes, no imagino una vida si él o mi madre –aceptó -Ahora mismo quizá Kayla es el escape de mi vida real, aunque extraño mi vida, es más fácil tener que fingir una totalmente nueva, así mis pensamientos se ocupan en problemas irreales de la vida. No me había dado cuenta de esto hasta este mismo momento –admití -Escucha, Sarahí, huir de tus problemas con este trabajo no te beneficia en nada, es bueno que hables de tus problemas con alguien, no es necesario guardar todo lo que sientes. Estoy aquí, involucrándote en una vida falsa, pero quiero que sepas que puedes confiar en mí, hablarme de lo que sea, que aunque no somos pareja, somos amigos –la sinceridad de su mirada me daba confianza -Es difícil sabes, te he conocido en condiciones poco comunes. -Sé que es difícil por eso que confíes en mí, pero estoy dispuesto a hacer todo por ti Sarahí. Quiero que estés bien, que estés cómoda a pesar de todo este teatro. -Quisiera saber algo. -Lo que quieras saber te lo diré. -¿En qué estoy metida justo ahora? ¿Para qué es todo este teatro? ¿Por qué tanto misterio? -¿En realidad quieres saberlo? -Quiero saber en qué líos me estoy metiendo Tuck. Quiero saber si mi vida correrá peligro después de esto, quiero tomar la decisión de seguir con esto o dejarlo de una vez. -Bien, tendrás que acompañarme. -Acompañarte, ¿a dónde? –la curiosidad le ganaba a mi razón -Es un lugar que jamás has visto en tu vida, pero ahí te darán las respuestas que necesitas.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD