Capítulo 45. Una sorpresa inesperada. La luz del mediodía golpeaba con fuerza los ventanales del cuartel. En el interior de la oficina del general, el aire era denso, cargado de expectativa y tensión. De pie, firmes, estaban el coronel Sebastián y el teniente Antonio Bonetto. Ambos uniformados, ambos con la mirada al frente, aunque el peso de los recientes acontecimientos era evidente en sus rostros. -- ¡Señores! -- les dijo el general, rompiendo el silencio con una voz grave y autoritaria. -- Lo que ha hecho la señorita Colombo frente a la prensa esta mañana no solo ha limpiado su nombre… también ha dejado a esta institución expuesta. Y si bien no es responsabilidad directa nuestra lo que ocurre fuera de este uniforme, sí lo es cómo respondemos -- Ninguno de los decía nada, sabían qu

