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2468 Words
*⚠️SPOILER CAP 03⚠️* Ese sentimiento de culpa y de haber perdido algo valioso invadió su cuerpo de sobremanera, agrumandola al instante y haciéndola sentir incómoda, sabía que el pelinegro se encontraba justo detrás de ella, a unos pasos para ser más exactos, pero no le molestaba su cercanía, al contrario lo que más deseaba la más baja era que el chico al menos la abrazara y le dijera que la habia extrañado tanto como ella a él los últimos seis meses, pero eso no sucedería por dos razones. Primera y más importante, estaba con alguien más, al parecer ella había sido muy fácil de olvidar o reemplazar y dos, era obvio el evidente desprecio que sentía justo ahora por la castaña. "Vamos, si más que eso es lo que mereces" se dijo mentalmente respirando hondo y relajándose para poder hablarle al más alto, sin titubear ni quedarse en el aire, quería escoger las palabras correctas ya que sabía que esta sería la única oportunidad que el chico le daría para hablar con el, al menos un rato. Una vez que pudo encontrar aquellas palabras para iniciar una conversación con el, hablo-Supongo que esa es la razón por la que has estado ignorado mis mensajes y llamadas los últimos seis meses-dice la castaña aún de espaldas mientras el pelinegro se mantenía mirando su cabello castaño, ese que tanto amaba tocar y que pagaría por volverlo hacer, aunque no lo admitiera en voz alta justo ahora. * 6 meses antes* La castaña respiró con pesadez sabiendo de más que algo no andaba bien, el ambiente era realmente incomodo, algo extraño estaba pasando entre ambos, ya que era algo que ninguno de los dos habían sentido anteriormente en su relación, era raro, por que ambos solían tener sus problemas, pero nada como la sensación vacio que ambos sentían justo ahora-¿Paso algo?-pregunta la más baja con notable nerviosismo y un escalofriante temor dentro de si misma. Sabia que tenía cosas ocultas que podían arruinar su relación con el muchacho si este llegaba a enterarse, tenía miedo, un miedo cegador, pues el era a la única persona que había amado de manera tan fugaz y fuerte. No quería herirlo, mucho menos perderlo. -Terminemos-dice el más alto dándose vuelta para encarar a la chica, su semblante era serio pero a la vez dolido, inmutable a la mirada confusa de la castaña-Ya no puedo seguir contigo-Susurra con dolor, el mayor siendo escuchado por la chica. No podía ser cierto. -Es..espera Kenner, ¿de que hablas? ¿porque?-preguntó la más joven con su voz temblorosa, el mayor cerro los ojos con fuerza y río con amargura, causando un dolor inexplicable en la chica, el mayor abrio los ojos como pudo, tratando de ser fuerte y evitando llorar frente a la más baja. -¿Por que no me dijiste que eras la prometida de alguien más? ¿Acaso tan mal te he tratado?-Pregunto con evidente frustración, la chica estaba perpleja y sorprendida no hayaba que decirle, su mente se mantenía en blanco sin algo que pudiese hacer o sin una oración en concreto que pudiese decirle-¿Sabes que? olvidalo, no quiero interponerme entre ustedes, No quiero tener nada que ver contigo Jessie Williams y no quiero volver a verte mas-dice de manera brusca mirando a la chica con notable dolor, enojo y frustración, sus ojos rojos y cristalinos por causa de algunas lagrimas que querían salir, estaba destrozado, el mayor relambio sus labios y salió de los vestidores dejando a la que solía ser su novia, quien estaba con la mirada en el suelo, totalmente perdida tratando de procesar todo, tratando de parecer tranquila algo que no estaba, sabía que era su culpa, por eso lo dejaría ir, la castaña se había quedado con la dolorosa imagen de su querido y único amor al borde de lágrimas por su culpa, se sentía como la misma mierda justo ahora, aún así la chica logró salir del lugar de camino a la biblioteca. Su lugar favorito Debía dejarlo ir, el no merecía llorar por nadie, ni siquiera por ella. Sus pasos eran serenos y silenciosamente lentos mientras pasaba por los pasillos desolados del instituto, cosa que no la sorprendía ya que era última hora y los estudiantes estaban en sus respectivas aulas. La chica logró llegar a la biblioteca, la cual estaba cerrada por que era viernes, sus ganas de llorar no habían disminuido al contrario se podría decir que aumentaban, aún así, la menor parecía estar bien aunque por dentro fuera todo un desastre andante, cualquier estudiante que lograra pasar cerca de esta pensaría que solo estaba pensando con su cabeza baja y sus ojos cerrados, fingía bien. Aún así. Se preguntaba como podría disminuir esas inmensas ganas de llorar hasta quedar sin lágrimas, como se podía tragar ese rebelde nudo que estaba en su garganta, queria autoconvencerse de que todo es por una razón y que pronto lo olvidaría pero su mente no ayudó pues (como si ya no fuera suficiente para la chica) esta comenzó a pasarle factura al recordar cada momento al lado del más alto. Su mirada intimidante y curiosa sobre ella la primera vez que la vio, su mano agarrando la de ella para ayudarla después de haberse caído justo enfrente de todos los estudiantes en el comedor, la primera vez que la saludó, su primera sonrisa hacia a la pequeña, su primer abrazo después de días sin ver a la castaña, su mirada tierna sobre ella, su confesión y su primer beso. Extrañaría todo lo que solían ser. NO. Lo extrañaría a el. Extrañaría sus ojos oscuros, su cabello desordenado, su hermosa sonrisa causante de sus nervios, sus manos acariciando su cabello con dulzura, su altura culpable de cada broma hacia la castaña por la diferencia de estatura, su risa como melodía para sus oídos y su calor corporal cada que abrazaba a la más baja. -Maldita sea-maldijo sollozando por lo bajo sintiendo lágrimas abandonar sus ojos aún cerrados, la chica tembló levemente y cayó de rodillas al suelo de mármol color blanco, el pequeño ardor que sintió en sus rodillas era insignificante justo ahora, pues la chica sentía su pecho apretarse, sentía como si algo se rompía dentro de ella. Se había derrumbado. Lágrimas por montones caían de sus ojos de tal manera que ni ella misma podía controlar, mojando su uniforme, aunque no le importaba en lo más mínimo, su respiración se cortaba por momentos y aunque no soltaba ningún sollozo gracias a que tenía su mandíbula tensa y apretada, cada cierto tiempo sorbia su nariz haciendo un pequeño sonido. -¿Por que?¿por que tan solo...no puedo...fingir?-sollozo sin importarle ser escuchada, por que la verdad es que justo ahora no le importaba nada, ni siquiera el hecho de estar siendo amenazada por sus propios padres, la chica se sentó sobre sus talones, su cabello ondulado castaño más debajo de los hombros tapaban su rostro lleno de lágrimas y contraído en total dolor. Estaba rota. Sus corazón latiendo con rapidez, sus ojos sin dejar de brotar lágrimas, ese inmenso nudo en su garganta que no quería desaparecer y el dolor inexplicable en su pecho, sus manos apretaron la tela de la falda que tenía, trantado de dejar de llorar y concentrarse en algo para mejorar su estado, pero justo ahora era imposible. Como podría salir de esta. Pasos se escucharon en el pasillo que conducía a la biblioteca, pasos desesperados haciendo que la chica alzara su cabeza aún llorando y pirada en el suelo, su mirada en el pasillo esperando ver quién podría ser. La cara de preocupación del chico era obvia. La había estado buscando. Sus ojos se encontraron y el mayor corrió hasta la castaña quien bajó la cabeza de inmediato, tratando de ocultar lo que sucedía pero aparte de que sus lágrimas y ganas de llorar era aún más grandes, el chico ya había visto su rostro mojado. El mayor agarro los hombros de la chica y busco su mirada con desesperación, sus ojos se toparon por unos segundos y la chica rompió a llorar más fuerte aún-Lo siento Myke...no puedo parar-sollozo audible para el castaño, quien sostenía su rostro mientras trataba de limpiarlo. -Esta bien-dice mirando los ojos un tanto rojos de la más baja, nunca la había visto de tal manera, era la primera vez que algo como esto pasaba, la castaña era fuerte, alegre y llena de esperanza, pero ahora estaba destrozada, justo igual que Kenner. El chico acercó a la castaña a su pecho y la abrazo sobre los hombros mientras acariciaba su cabello suelto, consolandola para ayudarla a estar mejor, se dice que aveces está bien no estar bien, es cierto. La chica apretaba al mas alto hacia ella mientra no paraba de sollozar sobre su hombro, mojando su chaqueta de uniforme, cosa que era lo de menos para el chico,"si tan solo me habrías aceptado a mi" penso el pelinegro dolido y molesto a la vez. -Dios...me duele...me duele tanto-sollozo. -Estoy aquí, no te dejare-dice el chico tratando de calmarla, quería matar a Kenner Kulvers, quería golpearlo tan fuerte como fuera posible, aunque el chico sabía que apesar de todo el pelinegro también estaba sufriendo, los sollozos de la castaña pararon y unos segundos después el chico sintió su cuerpo más pesado-Jessie-la llamó preocupado-Jessie-se alejó un poco y la vio con ambos ojos cerrados y su respirando un poco más calmada, ¿se habrá dormido o se desmayó? Se preguntó mentalmente. Logro levantarse y cargar a la más baja en sus brazos para ir a hasta el estacionamiento y llevarla a casa en su auto mientras dormía. En su recorrido hasta le estacionamiento no paso nada, no había logrado ver a Kenner después de la discusión que ambos habían tenido con respecto a su inmadurez al no pedirle una explicación a la chica o al no darle una oportunidad para hablarlo con ella, claro, no le había hablado de su enamoramiento hacia la castaña por que creia que aún había solución y sabía que aunque Kenner haya sido tan inmaduro e imbecil la chica lo perdonaría de todas formas. Sus pensamientos fueron interrumpidos al cerrar la puerta del auto con la chica durmiendo en el asiento del copiloto. -¿Que crees que haces?-pregunta Kenner caminando hasta donde estaba el chico, parando justo enfrente del mas bajo, quien daba a demostrar su molestia con su ceño fruncido. -No es asunto tuyo-dice el más bajo pasando por lado del chico para subirse al auto. -Si lo es-le para el pelinegro con notable molestia, sus ojos rojos, había estado llorando, demostrando que a él igual le había afectado tal decisión y es que ante sus ojos no había otra solución, incluso llegó a pensar que la castaña estaba utilizándolo. -No, ya no es tu asunto o te recuerdo que la has dejado, déjala en paz, no te incumbe-corta el menor importandole poco el hecho de que sea su mejor amigo, subió al auto y cerró la puerta con brusquedad y notable enojo. [.....] Habian pasado dos semanas desde la última vez que Jessie había vuelto a ver a Kenner, había faltado a clases por varios días en esas dos semanas, las cuales pasaron con rapidez pero para ella fueron como dos largos años sin poder hablar con el pelinegro, lo había llamado incluso lo había buscado, obviamente fue ignorada por el pelinegro. Se había cogido en serio el pensamiento de olvidarla y empezar de cero. Quería explicarle pero el chico no se lo permitía, aún así se encontraba justo ahora entre la espada y la pared, sus padres la había sacado de la escuela hace unos tres días y le habían informado a sus amigos que la chica debía irse a Inglaterra por razones personales. La boda. Debía casarse a como diera lugar con el hijo mayor de una familias de Inglaterra, al menos ya conocía a tal familia gracias a que su padre, el cual es del mismo país, solia ser mejor amigo del padre del chico con el cual tendría que casarse por razones económicas. se había despedido de sus amigas y la verdad es que aunque ese dolor de la rotura con Kenner la seguía carcomiendo por dentro debía irse si no quería quedarte en la calle. Trataría de soportar como pudiese ese dolor en el pecho que la estaba destruyendo desde hace semanas, trataría de sobrellevarlo. -¿Esta todo listo?-pregunta la mayor de cabello castaño justo igual que su hija, sus caras y cuerpos eran similares aunque sus mentalidades y actitudes eran otro caso aparte, su madre era muy estricta y prepotente mientras que su hija era lo opuesto a ella, era tranquila y sencilla, tal vez por eso la mayor la trataba de controlar como marioneta, la mujer recibió un asentimiento de parte de su hija, la cual se mantenía con la mirada abajo, la chica se había mantenido apagada las últimas semanas, tal vez pensaba que ella no lo notaba pero vamos, era su madre, claro que lo notaría de inmediato-¿Estas segura de que no se te queda nada?-preguntó esperando una respuesta de la chica, respuesta que nunca llego ya que la chica solo asintió sin mirarla aún. Su madre aun no sabía sobre su fallida relación ya que si la mayor llegaba a enterarse de tal cosa la agarraria por los pelos y la sacaría de casa, la mujer se dio vuelta y salió de la habitación dejando a la chica sola, la cual terminó de cerrar su mochila y la puso sobre las dos maletas que estaban frente a su cama tamaño Queen, eran una familia de buenos recursos y en el fondo apesar de que le molestaba la actitud de sus padres al querer obligarla a casarse, quería saber por qué lo hacían, era algo que aún no sabia, tal vez solo era por costumbre del país de su padre o algo así. El silencio nunca se había sentido tan bien, solía odiarlo pero ahora solo asentía y negaba, pocas veces lograba hablar y si lo hacía era para cosas necesarias, tendría que acostumbrarse a estar con la boca cerrada y la mirada apagada sin mostrar ningún tipo de entusiasmo por nada, ni nadie. Debía decidirse a olvidar a Kenner Kulvers y lo haría, lo olvidaría o al menos lo trataría. __________ Primeramente bienvenidos y gracias por leer este libro, es mi primer libro pero prometo no decepcionarlos, al contrario, me esforzaré al máximo para dar lo mejor de mi en este libro, este libro no va a contener mucho relleno, habrán escenas un tanto dolorosas, chistosas e igualmente románticas, sin embargo trataré de darle un final apropiado, espero que les gusten el libro y lo disfruten. Pdt:Los capítulos serán más largos. Danny B.V 
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