—Mía —dije mientras llega a mi cabeza que debo de ser responsable, me cuesta mucha salir de ella, pero lo hago —tengo condones en la gaveta —digo mientras voy lo más rápido y regreso aún más rápido, sí, usamos protección; antes de terminar con tan apasionado y placentero momento; me tiro a un lado mientras trato de recuperar mi aire y ella me da pequeñas caricias —Mía —digo viéndola.
—No digas nada, no quiero escucharlo —estoy en pánico, dijo que me amaba, y temo que lo dirá una vez más, no creo que sea amor, es solo pasión carnal, lujuria, no creo que me ame.
—Mía, ¿qué más quieres?, ya te diste cuenta que por más que yo luche con esto, siempre vas a ganar.
—Yo no quiero escuchar eso, quiero escuchar otra cosa.
—¿Qué quieres escuchar?, ¡te quiero conmigo! —busco su mirada y penetro
