—Ya, nos podemos ir —entré a la habitación con el papel entre mis manos haciendo de este dos envolturas y colocándolo cuidadosamente en la cama.
—Si, vamos, ya están listas tus maletas, ¡Tienes ropa hermosa!
—Gracias, te la regalo toda, quédate con todo, con todo, solo llevo mi bolso de mano, solo quiero desaparecer de ese hermoso lugar ya.
—No ¿Cómo crees señorita? —está insistió una vez más en que me quedará con todas sus cosas, se veía ansiosa por marcharse, espero que Alexander se arrepienta de esto.
—Sí, quédate con todo, y no me digas más señorita, dime Mía.
—Muchas gracias, te prometo que la voy a cuidar muchísimo, si vamos a buscar un caballo. —abandonamos la habitación, está solo llevó su bolso de mano, caminamos despacio, y fuimos directo a por las llaves de la cabaña y lu
