—¿Te mando comida a tu habitación o prefieres comer conmigo en el comedor? Y así te puedo presentar a todos. —le pregunto a esa niña que ahora me ve algo confusa. —Sí, ¡Me gustaría conocer a todos! —Está bien, paso por ti en una hora para cenar, y presentarte con todos los de la casa. —¿Y quién es Lucrecia? —la curiosidad se apoderó de mí, porque no quería que ella entrara a la casa por ahora. —Solo una amiga —le respondo pensando que esta continuaría preguntando acerca de Lucrecia, pero no fue así, simplemente dio la espalda y entró a su habitación. ¡A si que una amiga!, fue lo único que se me quedó en la mente por unos segundos, hasta que recordé que Daniel había venido por mí, revisé mi teléfono y efectivamente tenía un poco más de 3 llamadas perdidas de él, así que decidí llamarl