Eres Mia.

Kiara . 1:30 am . Soltó un suspiro de alivio al ver la hora ya que indicaba que por fin había terminado su hora de trabajo, se encontró cansada ya que su jefe le había dado doble turno lo cual al final no estaba mal ya que significa más dinero. Ya cambiada salio por la puerta de atrás del antro en el cual trabajaba, pudo sentir como el frío golpeaba su rostro lo cual la relajaba, miro de reojo a las pocas personas que se hallaban fuera del local para mirar el gran letrero fosforescente. " Orgasmo ". Era el nombre del antro en el cual trabaja sirviendo tragos. Caminó rumbo a su casa la cual quedaba a unas cuantas cuadras mirando a su alrededor ya que la zona no era exactamente segura, de hecho era todo lo contrario. Camino a paso rápido por las heladas y oscuras calles. Para su desgracia unas cuantas gotas empezaron a caer para que a los segundos una fuerte lluvia la sorprendiera. Y su desgracia no paraba al ver que aun faltaba una cuadra para llegar a su hogar, maldijo por lo bajo para caminar más rápido. Las calles están ahora desoladas o al menos eso creía Kiara, a lo lejos pudo ver un auto lo cual hizo que se pusiera un tanto nerviosa. Pudo ver como el auto bajaba la velocidad haciendo que su nerviosismo aumentará, apresuró el paso al notar las ventanas polarizadas evitando que pudiese ver quien iba dentro. El motor del auto rugió haciendo que la chica diera un respingo por el susto. ¿Que tal y era un secuestrador? o peor aún ¿un asesino en serie? Esas fueron las preguntas que la joven se hacía al ver como el carro se había detenido por completo, sin pensarlo dos veces Kiara comenzó a correr. Al visualizar su casa se detuvo, se hallaba mojada de toda la ropa pero agradecía que la lluvia hubo cesado. Miro con temor la entrada ya que no quería entrar, más aún cuando vio la ventana, en el interior la luz se encontró encendida lo que solo indicaba una cosa. Su madre aun no dormía. Mordió ligeramente su labio, estaba temblando aun que no sabia si era por el frío o por lo que estaba esperando al entrar a su ". Se estaba debatiendo mentalmente. Si entraba su madre le daría una buena paliza y le quitaría su dinero para así gastarlo en alcohol, y sí se quedaba afuera era más que seguro que ganaría un fuerte resfriado y tal vez la secuestrarían . Miró a todos lados pensando en que hacer o donde ir, su vista se dirigió al columpio ya algo viejo que está afuera de su casa el cual está atado a un árbol. Caminando despacio llegando al columpio para sentarse en él. Media hora después. La joven aun se encontró sentada en el columpio, su cuerpo aun temblaba por el frío y su estómago ahora pedía algo de comida, clavo su vista a la ventana, la luz aun seguía encendía. -Mierda, ¿acaso no piensa ir se a dormir ?. - Murmuró con molestia. Escuchó el sonido de un motor apagándose haciendo que dejará de ver su hogar prestándole más atención al carro que se acaba de estacionar al otro lado de la calle, se sorprendió al ver que era el mismo auto que vio cuando salió del trabajo. Ya que ninguno de sus vecinos se podría dar el lujo de andar en un auto tan moderno, pues la zona donde vivía era de las más pobres. Un escalofrío recorrió su columna vertebral al ver que nadie bajaba. Resignada y con miedo se levantó del columpio para dirigirse a su tan apreciada casa. Era eso o que un loco le hiciera daño. Miro discretamente el auto para encaminarse hacia la entrada de su casa ya con la llave en la cerradura tomo todo el aire que pudo e hizo girar la cerradura, ya una vez abierta tomo valor y entró. Cerro la puerta y en silencio camino a su habitación, pero al querer subir el primer escalón alguien jalo de su cabello. -Suéltame por favor- Rogó mirando a su madre. -¿Que son estas horas de llegar? - Dice borracha y jalando más fuerte de su cabello haciendo que caiga. -¿No piensas contestar? -Tuve doble turno- Contestó aún tirada en el suelo. -Oh ya veo eso quiere decir que te han pagado más ¿No? - Pregunto un tanto contenta. -Hasta mañana me pagan- Respondió mintiendo. La señora se inclinó hasta la altura de su hija para después soltarle una bofetada rompiendole el labio. -Espero y no estés mintiendo maldita prostituta por que si lo haces te irá muy mal. - Dice para levantarse e irse a su cuarto. La chica se levantó haciendo una mueca de dolor, su mejilla ardía. Subió las escaleras para entrar a su habitación colocando seguro para que su madre no pudiese entrar. Al entrar al baño se miró en el espejo, un gran hematoma se había formado en su mejilla izquierda, sangre salía de su labio. Cerró los ojos con frustración, estaba cansada de vivir así, desde que su padre las había abandonado su madre se había vuelto un monstruo adicta al alcohol. Con brusquedad quito las lágrimas que amenazaban con salir. -¿Acaso mi madre no me quiere.? - Se preguntó con tristeza. La joven se despojó de su ropa para así poder tomar una ducha, al terminar se vistió con una camisa gris de tiras y un pantalón de algodón del mismo color, su cabello lo peinó para poder hacerse un chongo mal hecho. Al terminar se acostó, no podía sacar de su mente el plan que creó su amigo y ella. El cual consiste en juntar dinero para así escapar y mudarse a Nueva York. Una idea un tanto loca pero a la vez fascinante. Ya que quería estudiar fotografía, su gran sueño desde pequeña, y solo lo lograría si se iba de Santa Barbara. Kiara aun recordaba a su padre, él le había obsequiado su amada cámara cuando cumplió los 10 años, a los tres meses el se marchó sin decir nada, tan sólo un día no volvió más. Después de eso sus abuelos fallecieron por lo cual su madre se volvió su única familia. Pero desgraciadamente cayó en depresión volviéndose una alcohólica y metiendo a la casa a diferentes hombres. Kiara cerro los ojos intentando borrar aquellos dolorosos recuerdos.