El instituto tenía un conserje ya bastante anciano, su vida era tan tranquila y calmada que apenas y dejaba de sonreír como si su satisfacción por vivir hubiera llegado al punto de mas alto de gracia, de pronto esa sonrisa se vio envuelta en nerviosismo al ver estacionarse una motocicleta de la nada, ni en todos sus años había visto una motocicleta con colores tan oscuros y apagados, su conductor llevaba un casco completamente n***o y sus ropas parecían las de un rebelde sin causa, de pronto “así que mi momento ha llegado” pensó mientras sostenía el llanto, de pronto, se tranquilizó al ver que en realidad era Mila quien bajaba de la motocicleta y quitándose el casco saludaba muy respetuosamente, de su bolsillo sacaba unos anteojos y se los colocaba para después acercarse y tomar la mano del conserje con sumo cuidado.
— Buen día, señor— su mirada era tan suave que parecía irradiar una luz interminable.
El conserje apenas contestó mientras pensaba en lo agradecido que estaba con vivir, por otro lado, también pensó que al parecer no importaba cuantas veces la viera siempre se impresionaba de la joven de la motocicleta.
Mila era la tutora de Cecil, sin embargo, en cuanto recibió la llamada se impresionó porque no fue dirigido a sus padres adoptivos, caminó por los pasillos pensando en que tan grave podría ser lo ocurrido hasta que consiguió llegar a inspección general. Miró al hombre de pies a cabeza, ambos claramente se habían visto los primeros días de clases pero ninguno mostraba reacción alguna, ni una palabra salió, únicamente un gesto con la cabeza bastó para que se entendieran, saludó con el inspector ya comprendiendo lo ocurrido y dio media vuelta dirigiéndose ahora con la orientadora, su rostro en ese momento se mostraba suave y relajado como si fuese otra persona, debía fingir dado que ahora era tutora y no aliada de la mafia, ingreso al salón y vio a Cecil con la cabeza baja mientras apretaba sus puños contra sus rodillas, volteó de nuevo con la orientadora que mantenía un rostro impoluto; sintió asco de ese rostro tan perfectamente sereno.
— Soy la tutora de Cecil…— pasó a tomar asiento junto al muchacho que nervioso trataba de mantenerse inmóvil.
— Es un gusto, soy la orientadora ¿hablamos hace unos minutos cuestionó de forma pasiva dejando a entender que era una pregunta irónica.
Esa falta de tacto mientras sostenía una sonrisa de oreja a oreja, le pareció curioso, Mila no pudo evitar analizar la situación, sus ojos buscaron disimuladamente pistas mientras la orientadora le explicaba lo ocurrido y según como lo había visto en cámaras, entre tanto, la mujer notó las manos lastimadas de su protegido, una sola marca en su mejilla que poco a poco parecía hincharse, se fijo en sus ojos irritados y asumió que se defendió mientras lloraba.
Su siguiente movimiento fue tratar de encontrar la respuesta a su llamado, posiblemente Cecil quería evitar conflictos con sus padres adoptivos ¿pero había necesidad de ser llamada entonces? Se cuestionó nuevamente, entonces dio atención a la charla que estaba indicando la psicóloga. “ debe entender que es difícil para nosotros esta situación en especial que tiene".
Ese comentario bastó para que pueda entenderlo todo " debe agradecer que tiene una beca y con esto puedo tener poder absoluto para quitársela" fue la traducción que entendio en ese momento, Mila solo dejo una sonrisa mientras pensaba que persona tan hipócrita se sentaba frente a ella asumiendo el papel de docente, paso un segundo hasta que Mila decidió responder el comentario con un " buena respuesta".
— el estudiante en cuestión es mi protegido y pese a ello tengo entendido que esta asumiendo que fue el responsable.
— es todo lo que puedo asumir con haber visto las grabaciones.
— en esta institución no tienen grabaciones con audio o me ¿ equivoco?
Mila consiguió dejar callada a la psicologa en ese momento, sabia que los argumentos solo se basaban en imagenes y tenía claro el panorama ahora, nadie iba a defender al muchacho con excepción de ella.
— Cecil fue agredido verbalmente o también provocado a esa reacción, también hay que considerar el historial de conducta, y por si fuera poco llamarme tan solo para decir que el fue el culpable ¿ por qué lo dice con tanta seguridad? Acaso ya hablo con el otro estudiante o hizo el seguimiento adecuado, me supongo que si.
Pauso por un momento esperando que le diera respuestas, no hubo ninguna por un buen rato hasta que la mujer en un intento desesperado soltó:
— un estudiante de su nivel no podría compararse en conducta a uno de nuestros estudiantes, su historial familiar está hecho un caos y se involucra con mafiosos.
Aquel comentario detonó de nuevo la rabia de Cecil, quien en ese momento solo se mordió el labio para no responder, la provocación se daba a notar de cierta forma discriminatoria solo por los orígenes del muchacho y Mila se dio cuenta.
— asume que por su pasado jamás va a poder cambiar a un futuro mejor, sabe que eso se considera una reacción tonta y absurda ¿verdad? Para ser una psicóloga tiene muy poco sentido de empatía— saco de su bolsillo una pequeña grabadora de voz pero descuide ese secreto será solo entre nosotros tres, claro si usted desea eso.
La mujer quedó completamente paralizada al ver la grabadora, dudo.por.un momento y quiso defenderse pero tan pronto como intentó conectar a los ojos de Mila se arrepintió bajando la cabeza inmediatamente, bastaron solo unos segundos para que quedara intimidada ante semejante mirada asesina, alguna parte de su cuerpo instintivamente sentía un terror como un pequeño ratón capturado y sin esperanza alguna. Todo fue silencio y entonces Mila decidió levantarse y llevarse al muchacho del lugar, en el camino ninguno de los dos hablo pero en ese momento Cecil por primera vez sintió que había oportunidad de finalmente confiar en alguien.
Habían pasado dos horas y cuarenta y cinco minutos después del encargo de Beltran Cold.