El Audaz Multimillonario

1316 Words
De entre los más grandes multimillonarios del mundo actual se ocupaban veinte personajes peculiarmente reconocidos por sus características propias, uno de ellos destacaba por ciertos rumores sobre su relación sanguínea con la mafia que parecían ennegrecer los negocios que lo rodeaban y casualmente ser capaz de eliminar competencias comerciales con gran facilidad, era fácil saber que involucrarse con el reconocido multimillonario Damián Castell era una sentencia para firmar tu propia muerte, nadie sabía qué relación tenía realmente o si tan solo lo decía para mantener amenazados a los otros multimillonarios, pero eso no quitaba el hecho que hacía contratos por montones para asesinar, contrabandear, o incluso extorsionar. Algunos decían que tenía un fuerte parecido al Diablo de las bocas de dragón mientras que otros juzgaban que se tratase del hermano menor de la familia de otro grupo mafioso menos importante, como fuera sus relaciones no eran las más sanas dada la cantidad de envidia y ambición que llenaba al hombre sin saciarse por el aroma de los billetes en sus bolsillos, era muy común de este hombre utilizarlos a manea de abanico mientras los balanceaba frente a él y apenas generando un débil brisa que según él, era refrescante, parecía que tenía el mundo bajo su control hasta que se topó con el verdadero Diablo. Entre los negocios turbios que lo rodeaban jamás se habría imaginado adentrarse en el territorio del mafioso más poderoso, entre susurros del gentío se consideraba que fue por matar a uno de los subordinados del Diablo, pero entre otros comentarios se decía que tuvo el descaro de comparársele en una de sus clásicas borracheras, en cualquier caso el hombre habría sido sentenciado por mano propia al averno, pero a la sorpresa de todos se dice que el Diablo no envió a su mejor asesino para el caso, por el contrario al considerarlo una basura indigna de su mejor trabajador decidió pedir el favor a su hermano Simón. Como hermano consentido del Diablo, Simón estaba encantado de hacerse cargo de cualquier labor que su familiar considerase molesta, para él era un placer mancharse las manos de los desperdicios de su hermano mayor, no por el poco de consideración que ni siquiera le importaba, si no por el regodeo de torturar a una víctima que no había hecho ningún trato con él, su alegría contenida en una expresión seria era mucho más estremecedora que cualquier otra mueca que el hombre hiciera, su rostro siempre parecía lucir una sonrisa deformada por el nulo intento de contenerla en incognito mientras que sus ojos parecían brillar de un rojo sangre bordeando sus negras pupilas, el terror del hombre hacía que todos quienes se encerraran con él en su oficina desearan salir lo más rápido posible, de hecho el solo tener que visualizar la puerta era como imaginarse un agujero n***o del que posiblemente nunca podrías escapar. Finalmente, el pacto estaba sellado con la aprobación de la secretaria interina y el nombre en la lista de blancos estaba con el asesino asignado y la recompensa por el pedido de su hermano mayor fue de tan solo diez centavos, la indignante suma no solo molestó al multimillonario sin que lo incitó a comprar el servicio de protección de Las Lilas pero esa provocación solo terminó por sellar su castigo, puesto que de todos modos su cuerpo apareció en la entrada de su casa con el corazón atravesado por un cuchillo sin filo. Desde ese momento, el miedo no solo asoló el mundo de los pobres sino que entre los multimillonarios se quedó estampado el traumático evento como una advertencia sobre el poderío de la mafia incluso por encima de sus millones en cada uno de sus bolsillos, aun así entre los demás multimillonarios se conocía de aquellos que hacían de las suyas junto con la mafia para poder ascender de puesto entre ellos, pero había uno de ellos que se decía era el único que no se preocupaba por ello, el quinto empresario mas conocido, quién hasta ese momento nunca realizó ningún pacto de ese tipo, se trataba del joven millonario Beltrán Cold, un joven que ascendió gracias a su ímpetu e intelecto, se le conocía en el medio como el ''precoz'' dada la habilidad de negocios que lo situó entre los cinco millonarios más cotizados del mundo entero a una edad de tan solo 28 años, el negocio de inmuebles que manejaba consistía en la compra y subasta de objetos valiosos le permitía dar avance a la creatividad empresarial que lo destacaba como audaz y diligente pero en el aspecto social daba mucho que desear, al ser calculador e incluso lucir poco amable frente a sus colegas, se decía de que era muy poco sociable debido a su propio ego aunque solo mostrase una apariencia frívola que intimidaba a cualquier trabajador suyo y debido a esto se había ganado varios enemigos por su actitud tajante. El joven Beltrán tenía un carácter bastante amable para aquellos que lo conocían desde hace años, de hecho se daba el tiempo de ver por el bienestar de sus trabajadores incluso cuando su frío mirar era malinterpretado por los que no lo conocían lo suficiente, había conseguido crear un imperio honrado de los pocos que se conocía hasta la fecha y mantenía un sentido de la justicia tan arraigado que le impedía abandonar a las personas a su alrededor, sin embargo, tenía pretendientes por montones al tener un buen físico y con la muerte del señor Castell haber subido al puesto número cuatro entre los solteros millonarios más apuestos, era obvio que mujeres interesadas en su fortuna lo persiguieran hasta el cansancio provocándole cierto grado de desconfianza en el genero femenino, después de todo cuando se le llegaba a conocer podía ser alguien gracioso, pero muy rara vez se podía ser digno de su confianza ya que muchas veces estuvo a punto de caer en los sucios engaños de aquellas personas que ansiaban hacerse con su dinero. Su habilidad en el negocio lo había convertido en alguien extremadamente elocuente y capaz de intuir las intenciones de sus colaboradores, era casi como saber el próximo movimiento tan solo basado en suposiciones y en su mente siempre elaboraba un plan acorde a cada posible alternativa a suceder, esa mentalidad ten ágil provocaba una fascinación laboral que lo mantenía ocupado noches enteras por lo que tener algún tipo de relación era algo que comprendió; solo lo entorpecería en sus negociaciones diarias, pues sabiendo la intención de quienes le rodeaban era muy fácil saber cuándo era engañado y tener una pareja que lo distrajera era inadmisible para su paz mental. Incluso alguien así de talentoso: mantenía sus labores alejadas de la mafia en todo momento, aunque pareciera que no le tenía miedo lo cierto era que le aterrara la idea de relacionarse en algún momento, no por el hecho de saber de la advertencia que indicaron con el difunto Castell sino por no ser capaz de tratar con personas impulsivas e impredecibles como ellos, era tal su miedo que en varias ocasiones había rechazado tratos de miles de dólares por el hecho de que el lugar comprometía territorios de los mafiosos reconocidos, el conocía los riesgos de terminar involucrado con ellos y sabía que para cualquier intento de un trato el resultado siempre sería el mismo, su muerte a manos de estos peligrosos hombres. Pero su audacia tenía únicamente ese límite, porque aunque sabía el riesgo de comprometer su vida no estaba dispuesto a dejar su trabajo por ese simple desliz que consideraba fácilmente evitable, por ello, sabiendo que no podría ignorarlos por completo; se mantenía entrenando en el gimnasio para mantener una fuerza lo suficientemente buena y siempre guardaba armas en cada rincón de su casa al cual era el único en tener acceso, por suerte su impávida expresión le ayudaba a mantener especial atención en disimular su miedo frente a sus colegas de trabajo.
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