3: La Candidata Perfecta

1602 Words
Darren. Maldita sea. Llevamos un mes entero buscando a la chica que tanto agradó a nuestra madre, y no hemos conseguido absolutamente nada sobre ella. Es como si no existiera. Mi hermano Dennis pudo investigar un poco, y lo que sabemos es que se llama Emely Baker, la hija menor de una familia con la que no se relaciona desde hace años, y que no tiene estudios universitarios. En cuanto localizamos la tienda de ropa donde nuestra madre la conoció, fui rápidamente a buscar información sobre la chica, pero el lugar no nos proporcionó ningún dato útil. Nuestros padres están cada vez más impacientes por conocer a nuestra supuesta novia. Mamá no deja de preguntarnos cuándo por fin podrá conocer a su nuera, y nosotros respondemos siempre lo mismo: que nuestra novia aún no se siente preparada para darse a conocer. Hemos logrado contener el asunto un poco, pero sé que no podemos seguir así si no encontramos a la chica. Tenemos que buscar otra opción. —Un jodido mes, un jodido mes, Darren —dice mi hermano Dean, molesto—. Llevamos buscando a esa chica por un maldito mes, y es como si ella no existiera. Los tres nos encontramos en mi oficina discutiendo sobre el tema de nuestra falsa novia. —No podemos seguir así, y lo saben —suelta Dennis junto a un suspiro—. Tenemos que hacer algo pronto antes de que nuestros padres se den cuenta de que mentimos y que no tenemos ni prometida ni novia. Paso mi mano por mi sien; cada vez, la situación se vuelve más complicada. —Tenemos que buscar a otra persona —Recibo sus miradas—. Encontrar a una chica que sea del agrado de nuestra madre para mantenerla feliz. —¿Crees que será fácil contratar a una novia falsa? ¿Quién carajo aceptaría ser la novia falsa de tres hermanos? —La voz de Dean suena dura y fría—. Tendremos que hablar con nuestros padres y decirles que todo fue una jodida mentira. —¿Estás loco? Sabes lo que harán cuando se enteren de que todo lo que dijimos fue falso —Continué—. Harán cualquier cosa que nos haga arrepentirnos, y sabes lo que podrían hacer. —Darle la empresa a alguien más —gruñe Dennis, captando mi punto de vista—. No podemos dejar la empresa en manos de nadie más, y mucho menos dejar que se pierda todo lo que hemos construido por ella —Mira a nuestro hermano mayor—. Tenemos que seguir con el plan, te guste o no. Dean niega varias veces soltando un suspiro de frustración. —Odio que ellos hagan estas cosas solo para vernos como unos patéticos. Sé que lo hacen por nuestra felicidad, pero nosotros no sabemos compartir, y mucho menos las cosas que nos pertenecen. Apenas compartimos el mismo apartamento. —No tenemos por qué compartir nada. La mujer que acepte esto tendrá que saber que nunca tendrá algo real con ninguno de nosotros —suelta Dennis—. Todo será falso; solo tendrá que fingir en los eventos y delante de nuestra familia. El lugar se sumó en silencio. Todos pensamos en qué podemos hacer para conseguir una novia falsa que nos ayude en esta situación. Es difícil; es difícil que una mujer acepte algo como esto: actuar como prometida de los tres ante tantas personas. Si algo tenemos claro es que si la prensa se entera, todos los ojos estarán puestos en nosotros y en ella. Pero tenemos un as bajo la manga. Hicimos públicas en todos los medios las audiciones que tuvimos que atrasar un poco. Si esa chica quiere ser modelo, es obvio que tendrá que aparecer justo hoy. Si no lo hace, entonces tendremos que buscar a alguien más. Alguien toca la puerta. —Adelante —Digo en voz alta y veo entrar a mi secretaria. —Jefes, las audiciones están por comenzar, solo falta que ustedes se dirijan al set para iniciar. —Bien, ya nos dirigimos al set —Ella asiente y se va—. Perfecto, esperemos ver a esa chica aquí y hablar con ella de una vez por todas. Mis hermanos y yo nos levantamos para salir de mi oficina e ir al set donde se realizarán las audiciones. La tarde será larga. Muchas mujeres han asistido para audicionar, y cada una se tomará su tiempo para mostrar sus habilidades. Los minutos pasan. Cada vez vemos cómo las mujeres entran y salen del set: algunas con talento, otras con el cuerpo rígido, otras nerviosas, otras con simpleza, y otras que no muestran interés alguno solo porque tienen cara bonita. Hemos visto a unas veinte mujeres hacer su mejor esfuerzo, y de esas, solo dos han demostrado habilidad frente a la cámara. —¿Creen que de verdad ella esté aquí? —Le pregunto a mis hermanos en un susurro para que solo ellos me escuchen. —No creo que se pierda una oportunidad como esta —dice Dean—. Según nuestra madre, la chica ha intentado muchas veces quedar en una audición. —¿Y si ha dejado de intentarlo? —Miro a la mujer que está ahora en el set. Su cuerpo y rostro reflejan total incomodidad y nerviosismo. Dennis suspira. —Parece que ya las habilidades se están agotando —Niega levemente con la cabeza, cruza los brazos sobre el pecho manteniendo esa mirada de desinterés que siempre carga—. No puedo creer que de todas las que han asistido, solo dos sean buenas para lo que vinieron. —Ya sabes cómo son las mujeres. Algunas piensan que ser modelo es fácil con solo tener una cara bonita. —Jefe, esta es la siguiente chica que pasará —Mi secretaria me extiende una planilla con la información de las candidatas. Trago grueso al ver el nombre y miro a mis hermanos, totalmente ansioso por saber que, efectivamente, Emely Baker ha venido. Ellos captan mi mirada y se acercan para leer la planilla. El papel no dice mucho, solo nombre, peso, estatura, edad y tres referencias de trabajo: vendedora de ropa, mesera y ayudante de cocina. —Chicos —llama nuestro hermano Dean—. Miren allí. —Con la barbilla, señala el set. Una rubia se coloca en el centro del set. Su cabello es liso y largo hasta las caderas, sus ojos son de un azul cielo muy intenso, sus labios son carnosos, su nariz es perfilada y su cuerpo es delgado, pero desde mi lugar pude notar que tanto sus senos como su trasero son extremadamente grandes y firmes. Esta mujer es una diosa. —Bien —habla el camarógrafo a cargo—. Todo lo que tienes que hacer es caminar hacia el perfume y luego simular que te lo rocías en el cuello con una expresión agradable y una sonrisa radiante, queriendo decir que el olor es fascinante. ¿Me entiendes? —Sí —Dice firme y se posiciona donde le indicaron. —Muy bien, 3... 2... 1... Comienza —ordena. Observamos los movimientos firmes, pero coquetos de Emely, junto a las expresiones que le ordenaron usar ante el producto. Al final, nos regala una intensa mirada junto a una sonrisa brillante. Es buena. Miro a mis hermanos y asentimos al mismo tiempo. —Karina, quiero que lleves a la señorita Emely Baker a la oficina de Dean justo después de que terminen las audiciones —Ella asiente sin queja. Nos encaminamos a la oficina de nuestro hermano mayor. Al llegar, él se dirige a su silla giratoria, y nosotros nos apoyamos en cada esquina del escritorio para esperar a Emely. —Tenemos que ir directo al grano y sin rodeos —dice Dennis—. Dejarle claro todo para que entienda completamente nuestra propuesta. —Es mejor así —confirma Dean—. Ella verá si lo toma o lo deja, pero estoy casi seguro de que aceptará —Nos mira—. Es buena, muy buena a decir verdad, y creo que sería un gran éxito si ella lleva a cabo nuestras próximas campañas. —Aún le falta experiencia. Pude ver nerviosismo, pero también vi que disfrutó haciéndolo —Cruzo mis brazos—. Solo le falta tener un poco más de confianza. —Si es inteligente, sabrá que saldrá ganando mucho con esto y le ayudará a su carrera. Esperemos que sea astuta y no se deje vencer tan fácil por nuestros motivos hacia ella —Dean se recuesta en su silla. —Tiene que ver qué es mejor para ella: seguir siendo rechazada o aceptar nuestra propuesta y hacer que su carrera dé frutos —Asentimos ante las palabras de Dennis. Si acepta, ambas partes ganarán. Ella tendrá su anhelado trabajo y podrá seguir adelante con él. Y nosotros tendremos a nuestros padres felices y nuestra empresa a salvo de ser arrebatada. Si bien mi abuelo se esforzó mucho para crear esta empresa, mis padres la levantaron lo más que pudieron, y ahora es nuestro turno de hacerla crecer más, volviéndola una de las más importantes de toda América. No podemos permitir que todo el esfuerzo de nuestro abuelo, padres y el nuestro se vaya a la mierda solo por un capricho de nuestros padres de dársela a otras personas, solo por el hecho de que no tenemos pareja. Si bien casarme es uno de mis sueños, tener una buena esposa a mi lado y pequeños humanos corriendo por toda la casa mientras se oyen sus risas. Sin embargo mis hermanos piensan totalmente diferente a mí.
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