¡Sálvese quien pueda!

Sinopsis

Sinopsis

Muchas veces me cuestione sobre el amor, ¿Qué es? ¿cómo se siente? ¿Cómo saber si es la persona indicada?, Sin embargo, cuando la conocí sabía que era ella, algo en mi me lo decía, era ese sentir al mirarnos, las ansias de solo escuchar su voz. Conocí a dos mujeres diferentes en una misma. La mujer casada, cohibida y con varias líneas que deben ser seguidas por que debe ser una esposa perfecta. Es increíble verla recuperar su brillo, la que puede ser una pervertida, pero puede ahogarte con sus cursilerías. Aquella que no te tiene pena, que te cuenta todo de ella, que se siente libre contigo, que te muestra que puede ser una hija de puta, pero, que también es demasiado frágil. Era una locura, lo tenía en claro, la moral es algo con lo que todos los días jugamos, lo que es bueno y lo que no lo es.

Lo que me llevo a cuestionarme mucho antes de dar el siguiente paso, ¿Era un capricho? La respuesta fue rápida, claro que no ¿Me veía en un futuro lejano? Si, la veía en mis días sonriendo mientras acariciaba su cabello, eso me llevo a otro punto. ¿Me la robo? Hazlo, Silas, ella es la indicada ¿Vale la pena destruir un matrimonio? ¿Cuál? Esta claro que ya estaba perdido cuando la conocí, solo era un documento que los unía. Eso me lleva a pensar en su lugar, no puedo ser tan egoísta como para solo pensar en mi y en lo que quiero, aunque sé que ella también lo quiere, sin embargo, esta su moralidad, a pesar de que sabía que no debería estar ahí.

La Infidelidad, ¿malo o bueno?, es un tema del que nunca nos podremos de acuerdo, que si está mal, que si se lo merecía o que tal vez esa persona no lo amaba suficiente. Hay algunos que aman a su pareja, pero que sus deseos primitivos son insaciables mis padres pueden dar fe de ello. Hay los que se enamoran de nuevo y que lo estuvieron con el que se casaron, pero simplemente no hay más que hacer, no espera lo hay, pero no me voy a poner a contar las razones cuando todo esto puede evitarse con una simple solución.

Ser sincero, sin embargo, tenemos miedo, es un tabú aún peor que hablar de sexo si me lo preguntan. Sin embargo, también está el miedo estamos tan mal cuando pensamos que está bien, es algo absurdo, pero entiendo. Te aferras a un recuerdo es lo que quizá te tenga excusando sus crímenes, solo nos dejamos llevar por absurdas ideas que nos inculcan, hasta que salimos de ahí de la peor manera, cuando el amor se convierte odio.

Es preferente recordar el amor como es, un dulce agridulce que saboreas y ya está. Un buen recuerdo y unas cuantas lagrimas con una copa de vino acompañado de una sonrisa. A llenarte de dolor y llorar hasta que no queda, llenarte de amargura, como un dulce delicioso al principio con el centro picante que te hace botarlo.

Creo que ya he divagado bastante analizando todo lo que conlleva y de un tema que simplemente puedo basarme por lo que he visto, no seré un santo y no me molesto en fingir que no lo soy.

No me arrepiento, ¿De qué?, te preguntarás, he descubierto el amor y no pretendo ignorarlo, me robe a su esposa, no me da vergüenza ni siquiera tengo una pizca de remordimiento, he encontrado oro y como cualquier ambicioso lo tomare ¡Hombre!, si no valoras lo que tienes en casa alguien como yo llegara y se lo robara. ¿Por qué? algunos estamos dispuestos a regar la flor y verla en todo su esplendor, aunque eso signifique tener que dejarla ir. Bueno podría dejar que lo pienses, Volverás a mi como las luciérnagas a la luz, de eso me encargare.

Sin embargo, ese era la punta del iceberg que escondía bajo el agua al gran problema que se avecinaba.