Me casé con un ogro multimillonario

—¡David, escúchame! No es lo que estas pensando— Kattia grito con todas sus fuerzas, pero parecía que no fuera escuchada de ninguna manera. David, en su ira sostenía el cuello del que se supone era uno de sus mejores amigos. No podía simplemente soltarlo, la ira se había apoderado de él en cuando escuchó a este mal nacido planear un escape con su prometida, y no sólo eso ¡Ellos se besaron! No podía perdonar. —¡Callate! — le grito David devuelta. —Dejame explicarte, por favor — rogó Kattia. David, soltó a Rafael dejándolo caer pesadamente en el suelo del pasillo. En su enfado lo pateo varias veces sin condolencias, a lo lejos escuchaba las suplicas de Kattia, no la escuchó e incluso intensificó sus golpes. ¿Como se atrevía ella a defender a su amante enfrente de sus Narices?, pero de algo estaba seguro, aquello no se quedaría así. Respirando pesadamente, dejo de golpear a Rafael. Se quedó unos minutos quiero mirando a la basura en sus pies, luego dandose la vuelta, tomó a Kattia por las manos y la saco de aquel lugar. — Ni creas que a mí. David Draganesti, vas a tener de burla, si tu intención era escapar, lamento informarte que tus planeas han cambiado, no lo harás, ni hoy ni nunca. ¿Me entiendes? — gruño llevándola arrastras. Kattia, forcejeó e intentó soltarse, pero no pudo, su fuerza era inferior comparada a la de David, ella, siendo una mujer pequeña de unos 1.56 cm no podría con un hombre de más de 1.80 cm que probablemente pesaba tres veces más que ella con sólo sus 60 kg. —Espera— intentó de detenerlo— David, esta siendo injusto... —¡Injusto! — grito indigando —¡¿Te parece que estoy siendo injusto?! No seas ridícula ni trates de tomarme como estúpido que no lo soy. —Pero... —¡Callate! —volvió a gritar. Ella se paralizó al instante, jamás había visto a David de esa forma, nunca durante su tiempo de relación, jamás le había alzado la voz. Involuntariamente las lágrimas rodaron por sus Mejías sin tratar de detenerlas, ella guardo silencio y esta vez no trato de detenerlo, se dejó llevar por él hasta su auto. Ni siquiera preguntó a donde iban. Dentro del auto, David saco su celular y llamó. —Zac, sal de ahí ahora mismo, dile a mi madre que se cancela el evento, mi prometida tuvo un accidente y no podremos asistir. No preguntes nada, ve con Tomas a la capilla de San Bernardo y lleva al notario —sin decir más nada colgó. Los ojos de Kattia lo miraron dudosa, pero no se atrevió a decir nada. Vio como David se desajustaba la corbata y se la quitaba, posteriormente se Desabrocho los dos primeros botones de la camisa, ella estaba realmente preocupada y hasta lo entendia, pero él no dejaba que ella le explicara nada. Tal vez, cuando estuviera más calmado podría contarle lo que realmente estaba sucediendo. Pero él era demasiado terco. —¿Traes contigo tu identificación? — pregunto con voz seca. Kattia no respondió. — Te pregunte algo, responde— mascullo, sus ojos grises brillaron en la oscuridad del auto, Kattia lo miro fijamente desconociendo por completo al hombre a su lado, David tenía un aspecto de un lobo acechando a su presa. Su cabello n***o que siempre llevaba bien peinado estaba un poco desordenado, su mandíbula tensa definía cada músculo de su rostro, claramente estaba enojado a niveles incomparables. Su respiración acelerada confirmaba ese hecho. —Kattia...— su tono de voz era de advertencia. —Me dijiste que me callara, y así me mantengo — replicó. —De verdad que me estás colmando la paciencia, responde lo que te pregunte ya que claramente puedes hablar. — No se... David, la miró durante un eterno minuto en el cual Kattia no apartó la mira del alfa que claramente quería intimidarla. De pronto, un fuerte tiron hicieron que sus bocas quedarán a unos pocos centimetros, el corazón de Kattia se aceleró y su respiración de volvió inconstante. —Kattia— susurro David. —David... — murmuro en respuesta, ella alzon un poco más el mentón. —Kattia... No pensé que fueras igual que las demás mujeres, me decepciones — bufo David aún más molesto, aprovecho el momento y le quitó la cartera con rapidez. Se apartó de ella tanta indiferencia dejandola desorientada. —¡Ahhh! — grito frustrada — ¡j***r! Que lo estas malinterpretado todo. —Todas dicen lo mismo, pero las pruebas son evidentes, no se porque crei que no fueras igual de ordinaria que las demás — refunfuño mientras rebuscaba en el bolso hasta que encontró la identificación. —¡Estas siendo un idiota! Muy cruel conmigo—las lágrimas amenazaron con salir nuevamente. — ¿Y que? —espeto agresivo — Tu estabas siendo una cualquiera con él— le gritó— No te hagas la digna, tu teatro se cayó... La mano de Kattia de levanto dispuesta a abofetearlo, pero David la detuvo al instante. —No te atrevas, Kattia. No te atrevas—Mascullo—que aquí el estúpido fui yo, crei en ti, y ese fue mi peor error, pero ni creas que te dejaré el camino libre con ese desgraciado. Vete adaptando a la idea de que nunca más serás para otro hombre ¿Me entiendes? A partir de hoy serás la señora Draganesti — la solto molesto. —¡¿Que?! — la confusión la dejo un poco en shock. — Digo, que vamos directamente a casarnos y no hay un no, dirás un si quieras o no... De todos modos ya estamos comprometidos. Más te vale no rechistar que te recuerdo que en mis manos tengo el poder para destruirte a ti a toda tu familia — ¿Me estas amenazando? —exclamó indignada. —Tómalo como quieras. Decepcionada y dolida Kattia dejó salir aún más lágrimas. —¿No que soy una cualquiera? Para que te quieres casar conmigo— inquirió entre lágrimas — Soy lo peor para ti en este instante, una prostituta, mentirosa, venenosa y quien sabe que más... — Deja de llorar, no convencerás a nadie con esas lágrimas falsas y la boda no es más que un método de castigo para ti, querias irte con él, pero ahora te será imposible. El coche se detuvo justo en ese instante delante de una iglesia, Kattia abrió con la pides la puerta y en cuento salió empezó a correr lejos de ese lugar. —¡Maldición! — David golpeo el respaldar del asiento molesto. —Vayan por ella— ordenó a sus hombres por vía telefónica. La furia de David era evidente. No había algo que más odiara que el ser traicionado, jamás se imagino que la mujer de su vida le causará tanto dolor. Aun sabiendo que ella le fue infiel, él no podía simplemente dejarla ir sin darle un castigo. Las señales siempre estuvieron ahí, pero él prefiero ignorarlas porque confiaba en ella. Su peor error. Él nunca volvería a confiar en Kattia, jamás.