Eres tu
Como todos los días me levanto llena de energía, un juego de palabras que suelo usar al conocer a las personas pues trabajo en una empresa encargada de crear soluciones eléctricas a partir de energía solar, es una compañía internacional propiedad de unos jeques de Mascate cerca de Emiratos Árabes, a mis 23 años soy secretaria ejecutiva allí, estudio relaciones internacionales con una mención en idiomas, por ello para mi más que un trabajo es un reto y pasión pues me permite practicar los idiomas que ya hablo, español, inglés y árabe, así como también aprender cada día otros idiomas sus culturas e historias.
Cuando tenía 6 años mi padre nos abandonó, así que, mi madre se dedicó a trabajar para sacarme adelante, solía dejarme al cuidado de una vecina y amiga, que se convirtió en una especie de tía para mí, ella en ese momento estudiaba de noche y me cuidaba en el día para poyar a mi madre y para ayudarse con lo poco que mi madre le podía pagar para costear sus estudios de medicina. Todo cambiaría al año siguiente cuando Hassan Bascar llegara a nuestra vida, conoció a mi madre en el aeropuerto mientras le daba indicaciones de como llegar a una dirección y nunca más se separaron, él había venido desde Dubái de visita a España por negocios y se enamoraron tan perdidamente que resolvió cambiarse para una sede de la empresa en la que trabajaba que estaba ubicada en Madrid.
Además de aprender de el a hablar Árabe, su crianza siempre estuvo llena de moral y buenas costumbres, se convirtió en un modelo a seguir, era más que el esposo de mi mamá siempre ha sido un padre, se ganó respeto y un lugar en mi corazón con paciencia y cariño, además junto a mi mamá siempre ha apoyado mis sueños han visto el potencial en mí, siempre me he considerada afortunada y amada a pesar de no haber conocido a mi verdadero padre, son muy pocos recuerdos los que guardo de él y la verdad no es algo que me haya marcado, pues excepto por el booling que me hacían en el colegio no tengo ningún rencor, quizá debía irse para que pudiéramos ser felices.
Suelo ir a la oficina caminando, siento que además del ejercicio me ayuda a meditar, sin embargo, no me apetece llegar así, pues además que debo asistir más temprano debido a que los directivos se reunirán con uno de los dueños, el día pinta que va a llover. Paso por la cafetería que se encuentra a la vuelta del trabajo por mi respectivo smoting verde, el cual a la vista es un poco asqueroso pero está lleno de vitaminas y como siempre compro una magdalena para el vigilante, tomo mi pedido y al salir del local comienza a llover, voy corriendo directo a la entrada y me tropiezo con un tronco, porque no se le puede llamar a semejante portento de hombre de otra manera, mide aproximadamente 1,80 metros de altura, con una contextura delgada pero fuerte es definitivamente árabe, tiene esa piel tostada tan característica, barba de 2 días, ojos verdes y cabello n***o, es súper sexi, pero se me corta el ensueño cuando me ve con cara de pocos amigos, su mirada es tan intensa que solo puedo pronunciar un escueto, —lo siento.
El casi gruñe en respuesta, pero no hay nada que hacer tengo prisa los jefes deben de estar por llamar, le doy la magdalena a Luis, junto con dos besos y un rápido buenos días y me dirijo apurada al área del ascensor a esperarlo, veré como me seco un poco con el secador de manos del baño pienso, pero cuando voy a subir escuchó una discusión en la recepción, el individuo que choco conmigo solo habla Árabe al parecer y aunque los muchachos tienen algún manejo no lo entienden con fluidez y menos con la rapidez que el chico está hablando, le hablan en inglés y sigue aparentemente sin entender nada, apenada por la situación decido regresarme a apoyarles,— Buen día, ¿puedo ayudarle en algo?—, le habló en su idioma perfectamente lo que llamó su atención.
—¿Ahora si te diriges a mí?—, que grosero pienso, pero como no voy a caer en su humor del infierno, a mí nadie me va a arruinar el día y menos desde tan temprano, me hago la que no escuche su sarcasmo.
—Disculpe por lo ocurrido y a mis compañeros que no pudieron entenderle, ¿con quién tiene cita?
—Mi cita es con Carlos Ascanio.
—De acuerdo, por favor sígame él es mi jefe, dígame ¿usted tiene cita programada para hoy?
—No, señorita, pero me urge hablar con él.
—De acuerdo, entonces lo que podemos hacer es que usted me de sus datos y yo le concertaré una cita para otro día, pues hoy tiene programada una reunión en este momento—, ella se da cuenta que la camisa del hombre está manchada con su bebida, —no puede ser su camisa y le señala del lugar del sucio, que desastre.
—No se preocupe.
—Claro que sí, venga conmigo por favor o se manchara, que torpe soy, es mi culpa por tratar de no mojarme mire lo que le hice.
—Señorita pero fue un accidente, lo admito en el momento me moleste pero ya pasó, me interesa más resolver una cita con su jefe.
—En mi oficina tengo con qué limpiarle y allí podemos ver cuál es la hora y día más próximo que tenga libre.
—De acuerdo si insiste.
—Por favor si no me muero de vergüenza.
Subimos al ascensor y algo en el ambiente cambia, como si todo se ralentizará, el aire fuera más espeso o un presentimiento muy profundo se agolpara en los corazones de ambos, quizá es la cercanía, él puede sentir el olor avainillado que desprende ella e inunda sus sentidos, ella no para de observar esos ojos verdes que la miran con desaprobación, como si quisieran leer su alma o leerla como un libro pero que la tiene totalmente cautivada.
“Me siento intimidada ante la masculinidad y seriedad de mi acompañante, no puedo imaginar que pasara por su mente en este momento”, piensa.
Contrario a lo que ella piensa él se siente cautivado, aquella criatura era torpe pero inteligente a la par de hermosa, se parecía a esos regalos sorpresa que estás ansioso por destapar y descubrir que contiene eso que siempre has deseado y no lo sabías.
Llegamos a la oficina mis manos tiemblan y no estoy segura si es porque siento frío o los nervios que él me produce, es la primera vez que reaccionó así ante un hombre y eso me desconcierta, es un extraño pero pareciera que mi mente y mi cuerpo lo reconocieran, nunca he sido creyente de amores a primera vista o de almas predestinadas, para mí son simple ficciones que nos venden las novelas para llenarnos a las mujeres de falsas expectativas y luego que esperamos demasiado de las relaciones y si esas personas no alcanzan nuestras pretensiones las desechamos, no es que tenga mucha experiencia pues siempre me he negado a la palabra amor, no me ha ocurrido ese clic del que tanto hablan.
No he experimentado mas que besos que si bien han sido apasionados no ha calentado mi corazón, ni me han hecho perder la cabeza, no es que no crea en el amor lo he visto en mis padres pero creo que casos como ellos se dan uno en un millón, de pronto me doy cuenta que el espera atento a que le de instrucciones, pensara que soy una tonta porque me he quedado sumida en mis pensamientos, es sexi, pero no es el primer hombre que conozco así entonces ¿cuál es la diferencia ahora?, realmente no lo sé pero debo activarme, tomo mi gel de tocador de la gaveta y me acerco a él, sin mediar palabra tomó una toalla desechable la unto del en gel e intento limpiar la mancha sobre su abdomen firme.
Me quita el aliento, los nervios juegan en mi contra, me siento hechizada por el momento que se siente tan íntimo, la mancha no sede por el contrario parece haberse dispersado mucho más, con los nervios a flor de piel le digo con la boca seca, —disculpe permítame su camisa la lavare de inmediato en el baño, creo que puede tener salvación si lo hago rápido.
—De que habla señorita, no puedo desnudarme aquí.
—No me refería a que lo hiciera aquí, le decía que pasara al baño y luego de quitársela me la dé para intentar hacer algo con ella.
—Creo que se está tomando demasiadas molestias por una camisa.
—Está bien, entonces dígame cuál es su talla para comprarle una nueva.
De pronto se ven interrumpidos por un tercero, —señorita García pero que hace con el señor Zuhair—, no puede ser, me voy a morir no puede ser que sea justamente el dueño de todo este imperio, lo veo a la cara y por fin encuentro mi respuesta, pues en sus ojos veo un destello de gracia, si claro se debe estar riendo de mí.
—Señor Ascanio, cuanto lo siento, no los sabia, solo quería…—, comenta apenada.
—Por favor sígame a mi oficina mi oficina señor y Cristina por favor póngase presentable hubo un cambio de planes y la reunión se realizaría en esta oportunidad acá en nuestras oficinas.
—Tranquilo señor Carlos de inmediato preparo todo para que no falte nada ni haya más inconvenientes.
—Intente secarse, podría pescar un resfriado—, le dice el invitado sorpresa en perfecto español dejándola sin palabras.
Aquel hombre la había sacado de quicio, había jugado todo ese tiempo con ellas con su cara bien lavada, se vio al espejo ya la ropa se le había secado encima y sumamente arrugada, así que decidió enviarle un mensaje a su amiga Elena para pedirle ropa prestada, eran prácticamente de la misma talla pero distribuida de manera diferente y de gustos distintos, mientras su amiga era más delgada y sexi, ella era curvilínea pero más comedida para actuar y vestirse, hasta altura no le importaba sino resolver su problema, necesitaba soluciones urgentes.
Mientras llegaba su amiga, se puso manos a la obra, necesitaba coordinar el servicio de catering además de la adecuación de sala de reuniones presentación etc., afortunadamente ella tenía copia de absolutamente todo pues son daba chance de esperar a que enviaran todo de regreso del hotel, a tiempo para la hora que estaba planificada la reunión, seguro el jefecito caprichoso había cambiado el lugar de la reunión simplemente por un antojo no teniendo todo el trabajo y planificación que eso conllevaba.
Estaba de espaldas a la puerta cuando escucho la voz que alegraba sus días, era Juan, uno de sus mejores amigos, —Hola mi cielo, ¿cómo está mi razón de venir a trabajar?
—Hola, chico sexi, pues te cuento los detalles en un rato en la sala del café, he tenido un comienzo del día de lo más entretenido pero ahora mismo necesito que me ayudes a preparar la sala de reuniones.
—¿Y eso no se suponía que todo estaba arreglado en el hotel y ya los jefazos deberían estar allí?
—A última hora hubo un cambio de planes, no sé lo que ocurrió.
—Bueno, sabes que a pesar que no sea de esta área, porque pertenezco al imperio de recursos humanos, no tengo problema de darle una mano a mi chica especial.
Fueron a la sala de reuniones, prepararon todo rápidamente, de manera eficiente mucho antes de que se cumpliera la hora de la reunión ya todo estaba listo y en su lugar, a Cristina se le daba bien lo de resolver crisis y allí estaba la muestra, llego Elena y ella fue directo al baño con la bolsa que le había dejado para cambiarse, el traje era rojo de falda corta y tenía un escote pronunciado que con su figura se veía mucho más provocativo de lo que esperaba, pero al menos se veía presentable, reacomodo su melena dorada y salió a continuar con su trabajo, quizá el jefazo la despidiera pero hasta lo último intentaría realizar un buen trabajo.
Espero a que empezaran la reunión para encontrarse con sus amigos el área del café necesitaba un momento de respiro y tomarse algo que le calentara, así que mientras se preparaba un té llegaron Elena y Juan, también a tomar algo y enterarse del chisme, —Cristina, estaba haciendo todo rápido para poder venir con Juan a enterarme ¿qué fue lo que paso?
—Bien chicos el hecho es que el heredero de este imperio está aquí, y además de haber tropezado con él para evitar empaparme con la lluvia cosa que no logre, ensuciarle la camisa con mi smoothing, mojarle todo el abdomen tratando de limpiarlo, y casi desnudarlo, el señor Carlos nos encontró en esos menesteres, se ha molestado muchísimo y para completar hice de tonta pues le estaba hablando en Árabe todo el tiempo y resulta que domina a la perfección el español, amigos estoy segura me voy de paro.
—Tranquila de nada te vale preocuparte anticipadamente el señor Ascanio sabe qué haces un excelente trabajo, quizá te haga una amonestación pero no creo que te despida
—Que así sea Juan, me encanta trabajar aquí.
Sus amigos se despidieron rápidamente para continuar con su trabajo, sin embargó Cristina decidió quedarse un poco más para poder calmarse y encontrar serenidad, en ese momento se vio interrumpida por el que había perturbado sus pensamientos y su mañana allí de pie junto a la puerta se encontraba Rashid Zuhair observándole impasible, —vengo a disculparme con usted.
—No tiene porque.
—Permítame hablar, si le debo una disculpa por engañarle que no hablo el idioma y no decirle quien era, estuvo mal.
—Bueno la verdad es que sí, creo que me lo pudo decir desde el principio pero igual es no me evitaría la pena de haberle tropezado y haberle manchado la camisa, por el contrario hubiese sentido mucha más vergüenza.
—Bueno eso ya pasó, por favor empecemos de nuevo y con buen pie—, y extendió su mano, —mucho gusto un placer conocerte.
—También es un placer para mí.
—A mi favor debes saber, que hable bien de ti a mi jefe, le dije que me parecías increíblemente atenta, tu manejo del idioma es increíble e intentaste ayudarme desde el principio, así que eres una trabajadora muy valiosa, a pesar que me sentí un poco acosado.
—No diga eso por favor.
—Por favor tutéame, me siento como si le hablaras a mi padre.
—Estamos en un área laboral y debo hacerlo por respeto a su autoridad.
—De acuerdo, mientras estemos en presencia de otros hablaremos con distancias pero si estamos solos por favor háblame abiertamente y con confianza.
—¿Puedo hacerte una pregunta abiertamente?.
—Sí, claro.
—¿El joven que estaba aquí, es tu novio? Y no me malentiendas, es tu vida personal, pero luego te explicaré el porqué de mi pregunta.
—¿Quién Juan?, noooo, solo somos amigos y de los buenos, nos criamos prácticamente juntos, siempre bromeamos pero somos como hermanos.
—La pregunta está relacionada con una propuesta que deseo hacerte, esta hablado con los directores pero todo se resume a tu decisión, la propuesta se trata de dos años de trabajo en Mascate, serás el puente de comunicación entre la empresa y las instalaciones que se encuentran en mi país, hablas perfectamente el idioma, allá te ofrecemos además del sueldo la oportunidad que te sigas preparando en otro idiomas.
—¿Es en serio?, pensé que me despedirían.
—Jajaja, todo lo contrario, aprobaste la prueba tienes vocación de servicio y deseos de seguirte preparando lo que es bastante, mañana se te presentará la propuesta junto con tu paquete de beneficios y será el momento de dar una respuesta definitiva pues partiremos en la noche, si tu respuesta es negativa sabré entenderlo conservaras tu trabajo y se olvidará todo en esta conversación pero quiero que sepas que me sentiré decepcionado, puedes irte ahora para que tengas la oportunidad de consultarlo con amigos, familiares y la almohada, mañana esperaremos tu respuesta.
—En primer lugar gracias por la oportunidad y si debo hablarlo con mis padres, entonces hasta mañana, no perderé tiempo, tengo mucho que pensar y evaluar.
Cristina le envió un mensaje a sus amigos para que no la esperaran para el almuerzo que luego les explicaba y se fue directo a casa con una mezcla de emoción y ansiedad, definitivamente aquel día y personaje le cambiaría la vida, al llegar a su casa sus padres estaban allí habían llegado a almorzar y se sorprendieron al verla.
—¿Cristina?, hija tu a esta hora aquí, ¿Qué ocurrió? ¿Problemas en el trabajo?
—No, para nada, vine a ver a mis padres, ¿no puedo?
—Claro, tú siempre eres bienvenida a la hora y día que quieras, el hecho que vivas independiente no quiere decir que esta no sea tú casa.
—Sobre eso quería hablarles, recibí una propuesta de trabajo por dos años pero fuera de España, entre los beneficios está seguirme preparando en idiomas.
—Que guay, me parece increíble, eso sería excelente para ti, para tu currículo y ¿qué respondiste?—, respondió su madre.
—Les dije que primero quería hablarlo con ustedes, quería saber su opinión.
—Hija para nosotros siempre serás nuestra niña, queremos protegerte y mantenerte junto a nosotros pero tenemos claro, que debes crecer, enfrentarte a retos, alegrías y tristezas eso es parte de la vida pero debes saber que siempre estaremos allí cuando nos necesites, te amamos pero no queremos cortar tus alas, debes volar y probar lo que es bueno, —dijo su padre.
—Si no va bien que es lo máximo que puede ocurrir, ¿qué regreses a casa?, ¿no sería tan malo verdad?
—No, claro que no, los amo y creo que lo que más me frena es lo mucho que los voy a extrañar.
—Para eso están las r************* , llamadas en línea y si no podemos ir a visitarte sin problemas cuando lo desees—. respondió su madre.
—Está bien, me convencieron.
Su padre la abrazó, le dio un beso en la frente y le dijo, —Jajá, tenemos mucho que hacer así que en marcha.