¡MI QUERIDO HIJO!

1080 Words
Narración de don Paolo Rossi ¡Alessandra! ¡Alessandra! Te vez hermosa como un ángel, hoy es el día que van a fijar la fecha de tu matrimonio con mi querido hijo Filippo. Me cuesta aceptar que vas a estar en brazos de otro hombre, y lo más doloroso que es con mi unigénito. ¡Cómo librarme de esto que atormenta mi alma! ¡Alessandra! ¡Alessandra! Si te das en casamiento dejas mi corazón quebrantando en mil pedazos. La celebración empieza es mejor ir a ver el espectáculo, hay una banda de jazz tocando en el escenario, estoy tomando copas de champagne más de la cuenta. Allá está Alessandra sentada junto a Filippo, a él se lo ve feliz pero ella tiene el rostro nostálgico, seguramente está acordando las dos veces que hicimos el amor cuando nos entregamos apasionadamente hasta el crepúsculo del amanecer. —Paolo mi querido compadre, ¡Ven a tomarte unos tragos conmigo! Debemos celebrar la victoria sobre Mao Te y el compromiso de nuestros hijos. —Me dice Franco trayendo una botella de coñac. — ¡Gracias Franco!, es una dicha unir nuestras familias en armonía y paz. —Le contesto con voz apagada, débil y floja. — ¡Por supuesto compadre!, pronto seremos la familia más poderosa en toda Europa, brindemos por eso con una botella de coñac “Henri IV Dudognon Heritage” valorado en 2.000.000 de dólares. —Franco alza la copa en señal de dicha y prosperidad. Al mirar la refinada botella está bañada en oro de 24 quilates y platino de ley, y lleva incrustados 6500 diamantes blancos tallados. Realmente es una bebida exquisita, el néctar de los dioses. Mientras sigo bebiendo con don Franco Calderone, el animador da una pausa a la música para anunciar que pase adelante mi querido amigo. Ha llegado el momento de informar oficialmente el compromiso nupcial de mi hijo con Alessandra. Franco pomposamente se acerca a la tarina siendo recibido por el aplauso de todos. Después de alzar la copa de coñac brindando con los presentes coge el micrófono y se expresa: “Damas y caballeros me es un placer tenerlos en mi humilde hogar, este es un día especial al celebrar el compromiso de mi querida Alessandra con un verdadero varón digno de mi hija, Filippo Rossi el retoño de mi gran amigo Paolo…” Al terminar el pequeño pero inspirador discurso, Filippo pasa junto a Alessandra anunciando cuando es el día de la boda. Ante todo el mundo muestro una sonrisa pero por dentro mi alma está sufriendo. “21 de diciembre del año 2.000”, la fecha donde Alessandra va a estar en brazos de otro. Definitivamente debo aceptar la realidad, mejor me acerco a los novios para felicitarlos. — ¡Felicidades mi querido hijo! ¡Dios te bendiga en tu futuro matrimonio! —Le abrazo calurosamente a Filippo mirando de reojo a Alessandra. — ¡Felicidades Alessandra! Es una dicha verte casado con mi hijo. —Le beso las manos delicadamente mostrando una fingida sonrisa. Veo en los ojos de Alessandra lo mal que también se siente por dentro, tengo ganas de raptarla llevándola entre mis brazos y salir huyendo de aquí e irnos a un lugar donde nadie nos pueda encontrar. La fiesta continúa todos los invitados aplauden a la feliz pareja. Los meseros pasan por las mesas sirviendo la entrada, luego el plato fuerte y finalmente el postre, no tengo ganas de comer lo único que quiero es beber hasta perder el conocimiento. Pasan las horas todos disfrutan del baile y la bebida, estoy un poco mareado es mejor sacarme la corbata y chaleco. —Papá no sigas sentado bebiendo hasta emborracharte, ven y baila un rato con mi amada Alessandra, ella te espera en la pista de baile —Es mi hijo Filippo que me invita a bailar con su prometida. — ¡Gracias hijo mío! —Le contesto gentilmente. Al acercarme a Alessandra mis ojos vuelven a tener brillo, ¡Es tan hermosa! ¡Tan sublime! Que la comparo con las diosas del olimpo. —Padrino te estoy esperando con ansias. —Alessandra me susurra al oído con su voz tierna y delicada. —No sé qué decirte ahijada mía, estoy confundido, desganado y apático. — Rozo la nariz con los dedos demostrando perplejidad. —No digas eso mi amor, tú sabes que soy tuya y de nadie más. —Me contesta en voz baja rozando mi oreja. — ¡Alessandra no te acerques mucho!, tus labios al rosar mi oído me hace convulsionar de pasión. —Le contesto. —Algo tiene que pasar mi amor, esta boda no debe realizarse. Tenemos 2 meses para movilizarnos. —Me comenta mostrando su cálida sonrisa. —Pides lo imposible Alessandra, ¿Cómo evitar lo inevitable? —Le pregunto esperando con atención su respuesta. —Tranquilo mi amor, ten fe y verás que las cosas se tornan a nuestro favor. —Alessandra me consuela con estas palabras luego de dar una vuelta a mí alrededor en la pista de baile. Filippo se acerca para que le de paso y baile con su prometida, nuevamente la mirada se me torna triste. La noche continúa, sigo bebiendo con Franco y otros importantes invitados. Al finalizar la celebración mi hijo y dos guardaespaldas me llevan a la limosina, veo doble estoy completamente borracho. Mi amigo Franco y Alessandra se despiden. Mansión Blanca Al fin en mi mansión, mañana tengo un día pesado al negociar con los americanos sobre la venta de opio en los estados de Florida, Texas e Indiana. Son varios millones de dólares lo que debemos invertir. Menos mal mi hijo Filippo es el encargado de la mayoría del tratado, si todo resulta sin problemas pronto ampliaremos nuestro imperio en otros estados de Norte América. A pesar de estar ebrio no puedo olvidar a Alessandra y en las palabras que me dijo mientras estábamos bailando. ¿Es posible que se suspenda la boda? Lo veo muy difícil, solo restan dos meses para que se realice la unión nupcial. Si todo se da sin impedimento alguno, no me queda más remedio que seguir en mis negocios con Franco. Esto es mi único consuelo, es muy difícil que ponga la mirada en otra mujer. Volver con Marsella la madre de mi hijo es casi imposible, ella no sabe que soy el patriarca de la mafia europea, es por eso que la mantengo lejos de mi círculo social. Voy a dormir… Continuará…
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