Una vez llegamos al auto Carson me abrió la puerta, yo ingresé y después él lo hizo, quería preguntarle muchas cosas pero no era el momento.
Encendió el auto y comenzamos la marcha, yo solo observaba por la ventana, las palabras de Thomas seguían en mi mente, no entiendo por qué quiere acostarse conmigo.
-Llegamos.- escuché decir.-
Vi por la ventana, al parecer es un restaurante, Carson me abrió la puerta, me arregle un poco y comencé a caminar hacia la entrada.
-Allí está, en la tercera mesa.- mencionó
Yo caminé hacia el, era un hombre de edad adulta, quizás unos 50 a 60 años debe tener, tiene un sombrero puesto, su traje es color café, en sus manos tiene un lápiz que mueve en círculos, su aspecto es misterioso.
-Buenas tardes.- mencioné
-Señorita Sáenz.- mencionó el hombre levantándose de su silla.
Extendí mi mano para saludarlo, pero antes de que lo hiciera Carson se adelantó y tomó la de él.
-Siéntate Eva.- mencionó Carson.
Creo que es la primera vez que lo escucho mencionar mi nombre y de manera tan personal.
Me senté a un lado, Carson estaba en medio del detective y yo, creo que estaba nerviosa por lo que hablaríamos.
-Entonces señorita Sáenz, ¿por dónde comenzamos?-
-Bueno señor…-
-Discúlpame, soy Bernardo Colmenares, investigador privado con más de 30 años de experiencia.-
-Señor Colmenares, he traído unos datos relevantes sobre mi vida, no tengo mucha información así que necesito su ayuda.- Mencioné pasándole un archivo.-
En él tenía datos como mi nacimiento, mi supuesto certificado de nacimiento, también la iglesia donde me bautizaron, rasgos físicos únicos, fotos de bebé por si necesitaba hacer algún reconocimiento facial y lugares donde he vivido.
-Bueno por eso estoy yo aquí, debo averiguar todo lo que pueda y entregárselo señorita, comenzaré ahora mismo, la llamaré cuando encuentre algo.-
-Hablaras conmigo Colmenares.- mencionó Carson
-Desde luego.-
-Le agradezco mucho, ahora quiero saber ¿cuál es su precio?- pregunté cortando la tensión.-
-Respecto a eso…-
-Yo me encargo.- Respondió Carson, no permitió que el detective hablara.-
-Está bien, sé que me pagarás muy bien.-
-Es hora de irnos Eva.- mencionó tomando mi mano.
-El detective se puso de pie, los dos nos despedidos y salimos del lugar.-
De nuevo íbamos por las calles de la ciudad, sé que vamos rumbo a casa, por hoy se acabó mi libertad, volveré a mi cárcel.
Al llegar vi que habían autos estacionados, supongo que mi padre esta aquí.
-Gracias Daddy.- mencioné saliendo del auto.
Carson caminaba detrás de mí, una vez puse un pie en la casa mi padre gritó.
-¡Evangelina!- escuché decir
Yo solo suspire y fui a su lado.
-¿Qué se te ofrece?- pregunté
El me miraba de arriba abajo, Yáñez estaba detrás, vi como me guiñó el ojo haciéndome entender que me veía bien.
-Explícame cómo es eso que estás acosando al novio de Alicia.-
No pude evitar soltar una carcajada, en verdad esa mujer está loca y Thomas es un idiota.
-Estás equivocado padre, no me interesa ese hombre.-
-Pues eso no fue lo que me dijo tu prima, ella me llamó llorando, rogaba para que te alejes de su prometido.-
-Padre ¿en verdad crees que una mujer como yo podrá quitarle un novio a Alicia?-
-No, bueno quizás, hoy te veo diferente, ¿acaso te hiciste alguna cirugía?- preguntó
En verdad qué decepción el padre que me tocó, no puedo creer que siga siendo tan insignificante para él.
-Como sea, quiero que sepas que no me interesa nada de ese par, si solo es eso me retiro.-
-¡Espera!- mencionó
-¿Qué otro prometido me estoy robando?-
-No seas grosera, solo quiero decirte que la próxima semana debemos asistir a una cena,como verás es la cumbre mundial y varios presidentes vendrán, debes estar a mi lado junto con tu madre.-
-Entiendo, son los días donde fingiremos amarnos.-
-Cómprate un vestido decente para la cena, también debes asistir a algunos eventos, espero te sepas comportar.-
-Bien.- respondí y me marche del lugar, sigo sin entender que le pasa por la cabeza a ese hombre, como es que nos ve solo como negocio, ¿no siente ni un poco de amor?-
Llegue a mi habitación, Carson se quedó afuera, antes de ingresar, tome su mano.-
-Gracias Daddy por lo que hiciste hoy.-
-El no hablo, solo me dio un beso en la frente.-
Yo pasé a tomar una ducha, tenía trabajos pendientes de la universidad así que me voy a dedicar a eso.
Llene la bañera de agua y esencias, encendí algunas velas y puse algo de música instrumental, creo que necesito este tiempo para pensar.
Me desvestí y me sumergí en la calidez del agua, recogí mi cabello para no mojarlo, jugaba con la espuma por mi cuerpo, quise cerrar los ojos para relajarme completamente.
A mi mente venía las imágenes del maldito día que me dejé engatusar por Thomas, pensé que sería el inicio de una relación eterna y terminó siendo una desgracia.
————Recuerdo———
Todo el camino a la cafetería fue en un mar de nervios, Thomas me había invitado a tomar un café, él es un chico muy guapo, es casi como un sueño.
Al entrar comienzo a buscar a mi príncipe azul, a lo lejos lo veo, él se levantó del puesto y me regala una sonrisa.
Camino hacia el, siento que debí vestirme mejor, estoy nerviosa, creo que mi cuerpo vibra involuntariamente.
-Hola preciosa- lo escucho decir
-Hola.- respondí algo avergonzada
-Pensé que no vendrías.- mencionó acercándome al silla para que me sentara.-
-Claro que lo haría.-
El mesero trajo la carta, yo pedí solo un café, con los nervios no tenía hambre.
-Espero no te incomode esta invitación pero en verdad quería hacerlo.-
-Está bien, me agradas.-
Thomas sostuvo uno de mis mechones de cabello y jugaba con el.
-Eres muy hermosa, supongo que muchos te lo dirán.-
-No, la verdad eres el primero.-
-Estás mintiendo, tu belleza es algo irreal, debes tener miles de hombres detrás de ti.-
-Creo que debes ir a que te revisen la visión, estoy segura que no me ves bien.-
-Te veo Evangelina, eres hermosa.-
Sus dedos acariciaban mi mejilla, Thomas me veía fijamente, su acercamiento era peligroso al punto que sentí sus labios con los míos, como es de saber yo quedé inmóvil, no por que no me gustara el contacto, es solo que no sabía qué hacer.
-Su pedido.- escuchamos decir
Thomas se apartó de mi, mientras el mesero nos servía yo me tocaba los labios, era la primera vez que besaba, podía sentir mi cuerpo caliente.
-Evangelina por favor discúlpame, fui un atrevido.-
-No te preocupes.-
El encuentro se volvió un poco amistoso, Thomas me contaba de su familia, también cosas de la universidad, en ese momento me relajé, era como un amigo.
Ya caía la noche salimos del lugar, él insistió llevarme a casa y yo lo acepté, sé que los escoltas estaría detrás vigilándonos.
Una vez llegamos él me abrazó, en un descuido mío, Thomas aprovechó y me besó, esta vez fue más intenso, podía sentir su lengua buscando la mía, yo sé lo permití.
-Me encantas.- susurro
-Debo irme ya.-Mencioné
-Por supuesto, ¿podemos vernos mañana?-
-Si.-
Me bajé casi corriendo, ni siquiera me despedí, yo solo quería llegar a mi cama y gritar de emoción, un chico lindo me hablaba de una manera especial, él quería verme de nuevo.
Es aquí donde comenzó todo mi trauma, fueron salidas a cafés, cenas en restaurantes lujosos, un día de campo hasta que en un abrir y cerrar de ojos habían pasado 3 meses.
Una noche escuché mi celular sonar, Thomas me había enviado un mensaje, en él decía que me esperaba, deseaba una noche especial para los dos, en él había una dirección.
Yo respondí que allí estaría, sentía que estaba lista para pasar al siguiente nivel, pasé a la ducha, me bañe y depile mi cuerpo, mi ritual de cremas no podía faltar.
Busque la ropa interior más delicada que tenía, aunque moría de nervios me sentía algo emocionada.
Al llegar a la dirección quedé impresionada, era un edificio de lujo en la ciudad, al tocar la puerta de su departamento Thomas salió a recibirme.
Desde que lo vi me lancé a sus brazos, creo que era yo la que deseaba que me tomara esa noche, no hubo tiempo para romanticismos, él me llevó directamente a la habitación.
La decoración era para unos enamorados, había pétalos de rosas, algo de licor y velas.
Las manos de Thomas estaban en todo mi cuerpo, creo que las mías estaban en las de él, en un par de segundos nos encontrábamos los dos en la cama.
Juro que pensé que él me deseaba, la manera como me besaba me demostraba pasión, la ropa fue cayendo lentamente al suelo,creo que entré en una especie de trance, solo salí de ese estado, cuando sentí una punzada en mi parte íntima, Thomas se había llevado el rastro de mi virginidad.
-Evangelina.- Mencionaba mientras se movía, él gruñía y apretaba mis senos con fuerza, yo solo sentía dolor, cuando iba a comenzar a sentir placer él se corrió.
Cayó a mi lado, se quitó el preservativo y lo lanzó al suelo, yo estaba inmóvil viendo el techo del lugar.
¿Acaso de eso se trata hacer el amor?, pensé que sería algo más romántico, he visto películas donde las parejas disfrutan de la sexualidad de una manera apasionada, pero lo que acaba de pasar estaba lejos de ser así.
-Creo que estuvo muy bien, ¿verdad?- preguntó
-Si, fue especial.-
-Iré a tomar una ducha.-
Vi como se puso de pie, en ese momento pude detallar su cuerpo, no estaba nada mal.
Me senté en la cama, podía ver que había dejado una mancha de sangre sobre la sábana, me sentí algo avergonzada por ensuciarla, así que comencé a quitarlas, fui a mi bolso y saqué toallas húmedas, tuve que limpiarme y vestirme, mi entrepierna dolía.
Thomas salió, pasó a la cama y se recostó.
-¿Te pido un taxi o tus hombres te llevarán?- preguntó
-Los de seguridad lo harán.- mencioné
-Está bien preciosa, nos vemos.-
¿Es enserio? Así termina todo, te pido un taxi o tus hombres te llevan, creo que eso en definitiva me rompió el corazón.
Salí de ese lugar, creo que llegué a mi casa en piloto automático, no entiendo qué fue lo que pasó.
Supongo que una mujer con dignidad hubiera dejado las cosas hasta ahí, pero la tonta Evangelina seguía ilusionada de ese falso príncipe azul.
Justo después de esa extraña y nada agradable noche llegó las palabras que me destruirían por completo.
-“Mírate Evangelina, estás gorda y careces de gracia, yo merezco una mujer hermosa, es por eso que me hice novio de tu prima Alice”-