Capítulo 1

2563 Words
Sofía se encontraba en su habitación con Virginia detrás, arreglando su cabello, a pesar de ser ya una chica adulta a Sofía le gustaba recibir los cuidados de su nana, para ella, Virginia era como otra madre, aquella mujer que le cuido desde que era una bebe, curó sus fiebres, sus rodillas rotas, sus miedos en las noches lluviosas, siempre ha estado para ella. Mientras que su madre y su padre se ausentaban muy a menudo por motivos de negocios, pero siempre han estado al pendiente de ella y se han asegurado que siempre este fuera de peligro, pues ella, era su única heredera. Su legado, a pesar de haber querido tener un hijo, pasará a ella en cuanto ellos ya no estén. Claudio Sabatini y Emma De Sabatini, eran unos padres consentidores, responsables y amables con la única persona que Dios les permitió tener y se sentían afortunados de lo maravillosa que había resultado ser la chica, ¿Hasta qué punto sus padres permitirán que abusen de su hija? ¿Dejarán que Gloria e Igor hagan de ella una mujer infeliz? — La verdad, es que no me apetece asistir a ese evento nana, ¿podrás decirles a mis papás que estoy indispuesta? — Virginia suspiro y siguió con el peinado que le estaba haciendo. — Mi niña, sabes que tus papás nunca te exigen nada, una vez que lo hagan no puedes negarte, para ellos es importante que asistas, sino, estoy segura de que no te lo pedirían, ellos saben que estos eventos sociales no son de tu agrado. — Era cierto, a pesar de ser unos padres tan influyentes, siempre le han permitido mantenerse alejada de esas situaciones, ¿Qué sería tan relevante para que ella tenga que asistir? Aquello le dio curiosidad. — Ya te contaré nana, que era eso tan importante que requería de mi asistencia, me siento como una hija de un rey en tiempos antiguos, aquellos que no podían aludir los eventos sociales, así cuando eran presentadas a la sociedad para que un aristócrata e importante heredero de algún título la tomara como su esposa. — Sofía ríe con ganas, pero sin saber que sus palabras no estaban lejos de su futura realidad. Días atrás, Gloria había movido todas sus influencias para dar inicio a su plan, ella conocía a la familia Sabatini, sabía que tenían una hija lo bastante mojigata que se esconde detrás de unos trapos horribles para pasar desapercibida, es por ese motivo que justo ella es magnífica para su plan, conocía muy bien a su hijo y este no iba a tomar a una mujer que se le convirtiera en un dolor de cabeza a futuro, necesitaba convencerlo de que su plan era el ideal, al principio cuando conocieron los últimos deseos del padre de Igor, viejo zorro miserable, le había prohibido que siguiera con la amante de turno, pero al instante levanto un muro impenetrable, se dio cuenta que así no conseguiría nada de él. De modo que lo ideal era conseguir una mujer sumisa, la cual ella pudiera controlar para que su hijo siguiera con su vida como hasta el momento, su única tarea era casarse con ella y dejarla embarazada los más pronto posibles, así tendría el hijo solicitado para recibir la herencia. Aprovecho una de las juntas, ya que ambas familias eran socios y anuncio una gran fiesta en su mansión, comprometiendo a la familia Sabatini asistir con su preciosa hija, Claudio y Emma, que siempre ha sabido mantener relaciones cordiales, no pudieron negarse, Igor no sabía nada de lo que tenía planeado su madre, por lo que se quedó en la sala esperando que todos salieran para hablar con ella. — ¿A qué se debe esta tan repentina fiesta? ¿Y por qué insististe tanto para que la hija de los Sabatini asistiera? — Su madre lo miro con una sonrisa maliciosa y tomo la corbata de su hijo. — Tu madre, como siempre se está encargando de resolver los inconvenientes que se nos presentan, sé que días atrás te pedí algo que no estás dispuestos hacer, por lo que no me queda otra cosa que buscarte una mujer que sea lo bastante tonta para que acepte que sigas con la zorra de tu amante, se case contigo y te dé el hijo que necesitas para cobrar la herencia. — Igor se quedó sin palabras. — ¿Me estás diciendo que me tendré que casar con ese esperpento de mujer? Eso no pasará jamás, no me casaré con esa chica, es insípida, poco agraciada ni con todo el dinero que tiene ha logrado mejorar su aspecto, además ¿Cuántos años tiene mamá? No me casaré con esa mocosa. — Estaba dispuesto dejar a su madre allí con la palabra en la boca, pero lo que digo lo dejo paralizado. — Si no te casas con ella, entonces tampoco estarás con esa sinvergüenza, esa con la que te acuestas, porque si perdemos la herencia, nos quedamos sin nada. Entonces yo haré pública la aventura que tiene esa mujer contigo para que su marido también la deje en la calle, entonces seremos tres miserables personas revolcándose en la pobreza. — Los ojos de su madre brillaban de rabia, Igor suspiro y se acercó a ella. — Madre deja en paz a Lorena, ella nada tienen que ver con nuestros problemas, tampoco me amenaces porque te recuerdo que soy yo, el único que va a heredar y soy yo el que decide que se va a hacer y cómo se van a hacer las cosas, pensándolo bien no estaría mal hacer cumplir la última voluntad de mi padre y que toda su fortuna quede en manos de las fundaciones de caridad, total yo soy un hombre de negocios puedo comenzar desde cero ¿Tú puede hacer lo mismo? No, claro que no, ¿Sabes por qué madre? Porque siempre has sido una mantenida, no sabes hacer nada más que manipular a la gente a tu antojo, así que no me provoque, no te atrevas a manejar mi vida, me oyes. — Se alejó de allí, dejando a su madre paralizada en medio de la sala. Igor caminó a grande zancada a su oficina y cuando llego a ella se sirvió un trago del licor más fuerte que tenía en ese momento, sentía que iba a reventar, se quedó mirando la puerta y levanto el teléfono, llamo a su secretaria y esta llego de inmediato, saliendo detrás del escritorio, Igor llego a la puerta y le paso seguro volvió sobre sus pasos hacia la mujer, sin cruzar palabra la toma del cuello y la besa con furia por unos escasos minutos y con la misma dureza le da la vuelta y hace que incline su cuerpo apoyando sus manos sobre el escritorio, con rapidez sube hasta las caderas de la mujer la minifalda que el mismo le exige que lleve a diario, saca su pene ya duro, corre los pantis de la mujer a un lado, se coloca el preservativo y la penetra con una sola estocada y sin miramiento, no hay ningún indicio de romanticismo solo es sexo puro y duro, toma la cabeza de la mujer y la presiona contra el escritorio sometiéndola para entrar y salir de ella con más fuerza. — No te atrevas a gritar zorra porque será la última vez que pises esta empresa y puedas tenerme, no quiero que hagas ruidos, me entiendes. — Ella asintió y meneo su trasero en respuesta. Igor no lo podía creer, era una maldita zorra en celos, solo le importa que la coja y le dé algunas preferencias. Tuvo un rato más entrando y saliendo de la mujer, cuando decidió no prologar la situación salió de ella, se quitó la protección y termina en las nalgas de la mujer. Dejándola allí, insatisfecha, se va al baño a asearse, lava sus manos y su rostro, se arregla su ropa y sale a la sala, mira a la mujer desarreglada y señala el baño. — Ve arreglarte y sigue haciendo tus funciones. — La mujer asiente y corre al baño. Igor no podía quitarse de la cabeza la idea de tener que casarse para poder recibir la herencia, ese tema lo tenía bastante alterado, miro algunos correos, pero no podía concentrarse, sintió cuando la mujer salió de baño, pero ni siquiera levanto la mirada para verla desaparecer, estaba cómodo con su vida actual casarse le complicaría la vida, no podría hacer cosas como la que acaba de ocurrir, siempre existiría el riesgo de que se enterara y todo se fuera al demonio. ¿En qué estaba pensado?, ¿De verdad le seguirá el juego a su madre? Siendo sincero, había que hacer algo, era mucho dinero lo que estaba juego, pero ¿por qué su madre pensaría precisamente en la hija de los Sabatini?, ¿Qué era lo que realmente buscaba?, ¿Unir a las dos familias para quedarse con ambas fortunas? No creía que llegara a tanto, pero es muy probable que eso es lo que esté buscando, ciertamente esa chica era hija única, por ende única heredera, para nadie era un secreto que esa chica es solo una cosa más para sus padres, pero ambos les han dejado claro que ella iba a ser su sucesora por eso, la chica solo se ha dedicado a estudiar para poder hacerse cargo de sus empresas, aunque casi nunca pisa alguna de ellas o era eso lo que él creía. Por otra parte estaba Lorena, su relación con ella era magnifica aunque se había molestado mucho cuando regreso y la encontró casada, saber que siempre está disponible para él, era con no haberla perdido seguía enamorado de ella y por eso acepto tenerla como su amante, era una mujer deslumbrante y en la cama cumplía todas sus exigencias, siempre se dejaba hacer todo lo que él quería, como él quería, dejarla no estaba en negociación, ella se sabía comportar así que si se casaba, ella seguiría siendo su mujer, su única mujer. El día del evento, cuando Igor bajo a desayunar, toda la casa estaba en movimiento, era realmente estresante ver tanta gente entrando y saliendo, tomo un poco de café y salió de la casa, pero no sin antes toparse con su madre. — Espero contar con tu presencia esta noche, sé que piensas que soy una inútil, pero ya esto estaba programado — Igor la mira con desdén y se despide con un saludo militar. De camino a la empresa decidió marcarle a Lorena, quería verla hoy antes de la reunión, era muy probable que ella también asistiría y sería muy satisfactorio verla llegar del brazo de su esposo sabiendo que horas antes la había tenido de las maneras menos pensables, verle la cara de estúpido al marido le satisfacía. Con su sonrisa de malicia igual a la de su madre, le marco. — Lorena, cariño, ¿Cómo estás? — La voz seductora de Igor hizo que la mujer al otro lado del teléfono se estremeciera. — Cariño, estoy bien, te extraño mucho. — Lorena de manera mimosa le hace entender que quiere estar con él. — Eso me parece bien, así no tendrás excusas para verte conmigo el día de hoy, mismo lugar a las cuatro de la tarde, ¿está bien? — La verdad es que nunca le da la opción de negarse, ella cuenta arreglárselas para salir de las redes de su marido. — Como te digo que no, si me muero por estar contigo, por sentirte dentro de mí, por complacerte en todo lo que desees, cuando estoy contigo me siento viva. — Aquellas palabras eran como una ración de su pequeña venganza contra ella por haberse casado, siempre la dejaba esperando más de la cuenta para crear esa necesidad, esa desesperación, esa adicción, ese juego le encantaba. — Genial cariño, entonces nos vemos más tardes, recuerda como me gusta que me esperes, así que procura llegar antes que yo. — Lorena se mordió el labio y suspiro cortando la llamada. Igor era un hombre arrogante, descarado, mujeriego y un tanto narcisista, a pesar de decir sentir amor por Lorena, lo cierto es que ella solo hirió su orgullo y mantiene esa relación solo para demostrarle el poder que ejerce sobre su persona, al igual que con su secretaria y las demás que hacen filas para estar con él. Al día de hoy no ha existido ninguna mujer que doblegue su mala actitud hacia ellas. Cuando entro a su oficina detrás de él llegó Irene, sin prestarle ningún tipo de atención, se sentó en su gran silla, tomando algunas de los folios que estaban sobre el escritorio. — ¿Vas a querer tu café? — Igor levanto la mirada y taladro a la mujer con un gesto implacable. — ¿Te he dado autorización para que me tutees? — Pregunto, Irene quien pensó que después de haber tenido algunos otros encuentros ya existía confianza entre ellos, retrocedió sobre sus pies. — Lo siento, señor, yo solo pensé que… — El hombre levanto una mano para detenerla. — No te confundas, tú eres y siempre serás, mi secretaria de turno, mi asistente personal, tú permitiste que te folle cuando se me antoje, pero no te da ningún beneficio sobre mí, ni tienes un puesto preferencial, si crees algo diferente, entonces recoges tus cosas y te vas. — Sin preocuparse del estado en el cual se encontraba la chica, comenzó a dictarles puntos pendientes. — Toma nota de algunas cosas importante que necesito que hagas. — La mujer con manos temblorosas comienza a tomar notas. — No se te olvide cancelar todas las citas que tengo para esta tarde, me voy a ir después de las tres y no voy a regresar hasta mañana. — Irene asiente y espera que él le indique de que retirarse. — Ve hacer tus funciones, no me pases llamada, estaré ocupado. — La mujer salió cerrando la puerta con sumo cuidado, Igor dejo caer el bolígrafo y se dedicó mirar por el ventanal que tenía su oficina, se le vino a la mente la dichosa fiesta que organizaba su madre. Eso le llevo a buscar información de la invitada de honor y en lo que tecleo su nombre, la imagen que arrojo la pantalla, le pareció desagradable, era como si su madre tratara de castigarlo de algún modo, esa mujer no tiene nada de gracia. — ¿Así que tú eres Sofía Sabatini?, ¿Por qué tus padres permiten que andes como un bicho raro? — Esa mujer se vestía con la peor ropa que existía, era como si lo hiciera adrede, ¿Sería esa su manera de rebelarse contra sus padres? Hacerle pasar vergüenza por no prestarle atención podría ser un buen plan, pero si ella llegara ser su esposa, aunque se negara eso tenía que cambiar, no iba a ir del brazo de una mujer con tan mal gusto, los pensamientos de Igor fueron interrumpidos por el sonido de su móvil, lo mira con desdén y lo deja a un lado, como supuso ya Lorena se estaba impacientando siempre ocurría lo mismo, solo bastaba decirle que iban a tener un encuentro para que ella se pusiera eufórica. Continúo su trabajo durante la mañana hasta que llegó la hora de asistir a algunas reuniones durante y después del almuerzo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD