TODO estaba preparado para la fiesta sorpresa que le harían a Deiby Hunter, por su cumpleaños. Deiby andaba de muy mal humor por qué le molestaba que le celebrarán el cumpleaños o que lo felicitara. ¿Manías de solterón? Nadie lo sabía con certeza. Lo cierto es que había mucho movimiento entre el personal de la empresa, la Señorita Carolina estuvo muy dispersa esa mañana, nada atenta a las tareas y él se preguntó qué demonios le pasaba. Había un brillo especial en sus ojos, parecía mirarlo de reojo, como si quisiera decirle algo y no se atreviera. Y cuando a media mañana Carolina, despareció como por arte de magia, pensó que era el colmo. ¿Dónde estaba? La llamó a su celular y vaya, lo había dejado en su oficina junto con su bolso. Bueno, no quería exagerar. Tal vez se había sentido indis

