Capítulo 23. El Despertar de Gildris. POV Antonella. El aire es denso, pesado, impregnado de sal, sudor y el aroma especiado de Dimitri. La luz se filtra por las grietas del hangar, una claridad grisácea y tardía. Me hundo en la profunda negrura del sueño que, por primera vez en años, me ha reclamado por completo. Jamás duermo con nadie. Jamás cedo el control mientras mi conciencia está apagada. Pero aquí, en el refugio del enemigo, he caído rendida. Despierto lentamente, el dolor es lo primero que me saluda: un dolor exquisito y muscular que recuerda las horas de brutalidad pasional. Siento un peso. Estoy envuelta. Mis labios rozan algo caliente y suave. Dimitri me abraza por detrás, su cuerpo es una pared de roca. Su rostro está escondido en mi cabello, y sus labios se posan suaveme

