Capítulo doce Tengo miedo. Tengo mucho miedo. El móvil de él se apaga en su mano mientras sigue asimilando lo que acabo de hacer. —Dime por favor que tienes las llaves para abrir eso —dice suavemente controlando sus impulsos —Natasha no estoy jugando, ni mucho menos estoy para juegos de niños pequeños. —No —me encojo de hombros desinteresada y me encamino hasta el borde del edificio —no tengo las llaves porque las deje en el auto, además si estás aquí es porque quieres y no por mi culpa. —¿Y a ti quien te dijo que me gustaría pasar la noche con una loca como tú? —lo escucho viniendo detrás de mí —lo único que haces es joderme los días... —Nadie te mando a meterme conmigo, ahora tendrás que aguantarme veinticuatro siete, es lo que toca —me suelto el cabello liberando la presió

