El pasado es el inicio de una Calamidad

1125 Words
(...) Un año después de tanto sufrimiento, de ese maldito amor que pensé que era correspondido, pero todo fue un fraude y una burla en el instante que ella me mandó al diablo con la única explicación de que tenía que pensar y darse un tiempo para ella.  ¡Patrañas! No seré el imbécil que se dejara engañar por esa falsedad y menos la esperaré como ella lo pidió. Lo único que puedo sentir por ella, es odio, desprecio y repulsión.  —Hola, hermano —las puertas del despacho se abren y mi tortura de pensamiento se esfuma.  Alzo la mirada y puedo ver el rostro de mi hermana en compañía de su familia, dejo lo que estaba haciendo en mi ordenador y corro tras los abrazos de mi sobrino Zenov. La familia de mi hermana es muy hermosa, hasta puedo decir que es una familia feliz después de mis padres o de la de Rafael. La verdad que no sé si hay familias felices o todo es una pantalla; para mí la felicidad es la persona que está contigo en las buenas y en las malas, y no cuando le conviene estar.  Mi padre poco a poco se está desligando de la organización dejándome a cargo, todo es por ese afán de cuidar a mis hermanos y disfrutar lo que le queda de vida, no es que diga que va a morir mañana o pasado, lo dice porque todo no es trabajo.  Esta historia no se trata de mis padres, de mis hermanos o de la nueva gobernación, esta historia trata de cómo uno puede obtener lo que quiere y lo que desee, aunque todo no se puede comprar con dinero o con poder.  "La felicidad". ¿Cuántas facetas de felicidad uno puede tener para ser completo? ¿Tener vida? ¿Tener salud? ¿O tener a alguien que te ame sin condición?  —Cómo estás mocoso —me da un puño en el hombro tras tomar en mis brazos a mi sobrino. Sí, ese es mi cuñado y un amigo al que aprecio, y valoro el amor que tiene por mi hermana y la lealtad que tiene hacia nosotros. Es obvio que jamás le puede quitar esa costumbre de que me siga tachando como un mocoso. —Primero déjenme saludar a este muchachote —lo abrazo fuerte y comienzo hacerle cosquillas hasta hacerlo pedir cacao. —Déjalo y mejor préstanos atención —mi hermana me quita de los brazos a su lindo pequeño. —¿Pasa algo? En el precioso momento que les pregunto aparecen mis padres con el único propósito de llevarse a su nieto. Al ver que ellos se alejan, dejándome solo con la presencia de Liliam y de Máximo, doy media vuelta y me encamino a paso lento hacia el minibar para prepararme una bebida fuerte que amortigüe el golpe de la noticia o información que este par me dará.  —Nos da mucho gusto verte hermano —escucho los tacones de mi hermana que resuenan por el piso haciendo eco en las cuatro paredes.  —Al diablo Liliam —habló bruscamente—, no han venido aquí solamente asegúrate de como estoy. —Calma mocoso, no es para que reacciones de esta manera —dejo a un lado la botella de vodka que tenía en mis manos y doy media vuelta para verle el rostro a ambos. Puede ser que exagere, pero también tienen que comprender que tanto misterio me agobia y hace que mi cabeza piense muchas cosas atroces.  —Tenemos casi un año que no venimos y hoy tomamos la decisión de quedarnos un tiempo con la familia.  No me molesta que la familia esté unida, pero no encuentro el misterio de que este par insista en hablar conmigo. Saco todo el aire que tenía dentro, este par son realmente exagerados y dramáticos.  —Ven, acá enana —extiendo mis brazos y ella viene hacia mí. —No soy enana —protesta tras aceptar mi abrazo—. Caramelo ha regresado—sisea de golpe.  Poso mis manos en sus brazos y la aparto bruscamente, penetro mis ojos con el de ella, intento descifrar esa mirada y lo que puede ocultar detrás de esos ojos apagados. Pero con un asentamiento me asegura que lo que está diciendo no es broma.  ¡Mierda!, esto me ha caído como un balde de agua fría.  Le suelto tras llevar mi mano hacia mi cabello, ¿qué hace aquí?  Ah, pensé que este momento no me afectaría después de su partida a una misión del cual le dije que no se fuera, pero ella es de las mujeres que hacen lo que quieren, por eso se fue y con las únicas palabras que llevo en mi mente, "un año, solo un año".  ¡Ni mierda que un año!, no estoy dispuesto a verla o permitir que la relación que tanto añoraba se fuera al caño por su instinto de sicario o por buscar la respuesta de su corazón, "si amas algo, déjalo libre. Si regresa, es tuyo, y si no, nunca lo fue".  —No quiero saber de ella —hablo con tono surgente. —Demasiado tarde mocoso porque ella está aquí —Máximo se acerca a su esposa y rodea sus brazos sobre su cintura—, y la mala noticia es que no la podemos despedir porque ella es de la familia y la familia es familia.  ¡No me joda!, ese cuento es viejo y me importa una mierda si es familia para ellos o no, pero no me quedaré con los brazos cruzados, permitiendo que ella venga como si no hubiese pasado nada.  —Ella no es familia —exclamo con furor—, puede que sea tu sicario personal, pero de mi parte no es nada y no quiero saber nada de ella.  —Sí, lo es —dice mi hermana—, y comprendo lo molesto que estés, pero tienes que entender por qué lo hizo o cuál fue la razón del cual la llevó a tomar esa decisión. —No quiero que la defiendan más y por mí que se quede donde quiera, pero avísenle que de mi parte está muerta —puedo sentir mi cara arder de furia e indignación. Salgo hecha furia de la oficina, puesto que no esperaré que ellos sigan diciendo una palabra más para defender a esa inmadura que solo piensa en ella misma y no en lo que los demás pueden sentir, no me importa si en lo más profundo de mi corazón se siente aliviado porque sabe que ella está viva, pero jamás me doblegaré e iré tras ella porque mi orgullo y mi palabra está extra firme.  Caramelo ha muerto, y en las cenizas se quedará.
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