En realidad, todo empezó cuando ganaron el campeonato de fútbol. Ese fue un evento de gran felicidad para toda la universidad. Oliver se encontró con Mia después de meses de ignorarla, de querer ignorarla aún más cuando sus amigos empezaron a hablar mal de ella. Quería defenderla, callarles la boca, pero a veces solo se reía, lo cual sabía que estaba mal. Conocía a Mia, sabía qué clase de chica era, y aun así no la defendió. Se sintió como un cobarde y entonces recordó sus memorias, de cuando ambos eran niños.
Cuando se encontraron en el pasillo, no supo qué pasó; fue como si de pronto hubiera sentido una necesidad de saber de su vida, de cómo estaba y de contarle también la suya, como en los viejos tiempos. En pocas palabras, extrañaba a su amiga. Esa misma noche, se acercó a ella.
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