Todo lo posible

897 Words
Toda la familia sale corriendo de la cocina y los siguen por los pasillos. Se dirigen hacia la capilla donde Amir ha estado intentando encontrar una manera de sostener el peso de su hermano para evitar que se ahogue. No quería que muriera porque nadie le escuchó. Amir no estaba seguro de si eran los nervios los que le impedían gritar o si simplemente nadie le escuchaba. Tenía a su hermano desmayado con una cuerda alrededor del cuello, y no tenía nada con qué cortarla. El niño pensó que el tiempo que tardaría en ir a la cocina sería suficiente para matar a su hermano. La distancia de ida y vuelta eran tres minutos cada una, así que movió una banca y una mesa para subirse y aliviar la presión de la cuerda alrededor del cuello de su hermano. Todos se quedaron en la puerta mientras Amir se giró y miró a sus hermanos y padres, con lágrimas resbalando por su rostro. —Musaeida, Musaeida —imploró Amir. Zair empujó a los adultos y corrió a buscar algo con lo que cortar la cuerda. Kamal tomó el lugar de su hermano pequeño y sostenía a Maximiliano para evitar que se asfixiara por completo. Elías se lanzó al suelo llorando desconsoladamente. —Le pedí que no lo hiciera, le pedí que no, por favor —lloraba Elías, y Farah lo jala hacia el suelo para que puedan ayudar a Max. Lorenzo desesperadamente comienza a realizar RCP, mientras Isam grita a los empleados que llamen a un médico y a una ambulancia. —Necesita oxígeno... ¡Necesita oxígeno! —grita Lorenzo. Elías comienza a darle respiración boca a boca cada vez que su hermano se lo indica. Intentan y trabajan arduamente. Llega un médico a la habitación, lo intuba y continúa con las compresiones en el pecho para permitir que Lorenzo descanse, mientras esperan que les traigan un desfibrilador. —¿Cuánto tiempo ha pasado así? —pregunta el médico. —Amir, ¿cuánto tiempo? —el más pequeño no puede responder, su hermano no ha hecho nada por salvarse. El niño sostuvo el peso de Max sobre sus hombros todo el tiempo que pudo, pero a él no le importó. Amir no puede dejar de llorar para responder, solo llora y su hermana lo abraza. —Se fue de la cocina hace aproximadamente media hora. Ustedes estuvieron hablando durante unos quince minutos, mamá y papá tuvieron un momento y Max estuvo solo todo ese tiempo —dice Farah en pánico—. Lo dejamos solo todo ese tiempo. Un asistente médico se une al equipo y les pide que les den espacio para intentar reanimarlo. Le aplican medicamentos, le colocan un suero e intentan durante veinte minutos. —Lo siento mucho, rey, pero no hay nada más que podamos hacer —dice el asistente médico. Amir se libera del agarre de su hermano y golpea al médico, exigiéndole que siga intentando. —Después de 39 minutos sin oxígeno, él… no va a regresar. Su cerebro no va a funcionar —dice el médico. —Él es mi hermano —advirtió Amir con la voz ronca—. Haz que reaccione y se sienta mejor —le advierte en árabe, en un tono de voz irreconocible. Comienza a hacer compresiones en el pecho. Elías se sienta a su lado y le pide que se aparte. Amir lo mira a los ojos y su hermano le asegura que va a intentarlo. El niño quita las manos y su hermano le da un golpe en el pecho. Su hermano no responde y Kamal se arrodilla, toma las manos de Elías y las de Amir. —Max está muerto. —Por gente mierda como tú. Deberías estar muerto, Kamal. No él —responde su hermano y trata de estrangularlo. Farah toma una cruz y golpea a los dos en la cabeza. —Acaba de morir mi hermano, y no me importa enterrarlos a los tres, pero no voy a permitir que le falten al respeto. Cabrones inconscientes, hijos de puta, inútiles —Farah comienza a gritar. Solo gritos salen de su boca y Lorenzo la abraza, la sostiene con fuerza y la aparta de sus hermanos. Hace una seña al médico para que la inyecten. Lorenzo sube con Farah a su habitación, la acomoda en la cama y la abraza. —Era mi hermano. —Lo sé. —No, ellos dos siempre están peleando. Max era... la única familia. —Tú eres mi hermana, Farah. —Nunca he querido ser tu hermana, y lo sabes —los dos se miran—. Los dos pequeños se tienen el uno al otro, tú los tienes a ellos, pero yo perdí a mi hermano. Elías entra en la habitación y ve a Lorenzo y a su hermana acurrucados en la cama. Empieza a llorar desconsoladamente. Llora y Lorenzo espera a que Farah se duerma para soltarla e ir a consolar a Elías. —Estaba en la habitación el día que Max nació. Elegí su nombre, jugué con él toda mi vida, fui su amigo y soy su hermano, y no pude ver su dolor. Fallé al acompañarlo. La puerta de la habitación se abre y entra Isam para verificar cómo está su hija. Ve a Farah acostada y encuentra a Lorenzo y Elías abrazados. Les besa en las mejillas a ambos y los abraza.
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