musaeida

2166 Words
Sus hijos se habían ido molestos del comedor, habían pasado una hora discutiendo, no merendaron porque pensaron que habría un festín y lo más decepcionante es que tuvieron toda esa comida en frente y como su padre no se había servido no habían comido nada. Eleonor vio en su esposo el agotamiento, le llenó de besos y le abrazó, Isam, necesita unas vacaciones, solo ellos dos, sin hijos molestos y con mucho sol y alcohol. Su esposa en un bikini era una bendición para la vista, así que eso también. —¿Quieres una copa de vino?—preguntó Isam a su esposa. La mujer estiró sus labios y le dio un beso a su esposo. —Estás muy guapo con tus canas. —Me alegra que te gusten porque me vi unas ahí abajo —El rey señala su entrepierna y su esposa se ríe. —¿En serio? —Sí, deberías revisar porque estoy valorando depilarme. —Mi amor, no hay nada de ti que no me guste —Respondió la reina e Isam la sentó en su regazo. —Qué hipócritas, hablando de Lorenzo. —les acusa Farah. —Ellos creen que soy mujer y tengo que cocinar, así que me llevaré sus platos menos favoritos. Los reyes vieron a Farah y su padre rio antes de advertirle, aclararle y recalcarle que sabía que restringirles con comida era muy malo, pero no iba a llevarse nada. —Llévales las sardinas —pidió Isam —cero pan, que coman sardinas solas —Farah vio a su mamá y Eleonor a ella. —Son órdenes del rey. —No es por nada, pero yo soy la única princesa de este reino en tres siglos, me merezco una alimentación balanceada y ese flan de coco se ve espectacular. —Farah, sal de aquí —le ordena su padre. —¿Un quesito fresco? Para mí, tu niña—los dos ríen. —Una tajada. Eleonor ríe cuando la ve salir porque tiene queso en el refrigerador, pudo haber pedido un flan. Cuando Farah regresa a la cocina, Lorenzo le mira preocupado, solo sardinas. Amir le da un golpe en la cabeza por tonta y Zair toma un tenedor y las prueba. —Están buenas. Lorenzo rompe un bol y huevos para preparar una tortilla de patatas, pero todos se niegan a que desperdicie. —¿Qué vas a hacer? —Una tortilla de patatas y no vamos a insultarlos, vamos a escucharlo porque nuestro hermano necesita ayuda. Max no puede seguir refugiado en casa después de que le intentara matar el pueblo al que le da comida. —Tú no sabes hacer eso. —¿Huevitos con salchicha? —los hermanos le miran y se ríen. —A mí se me antojan unos chips de yuca—comenta Kamal. —Yo voy a preparar unos panes fritos —respondió Elías. La princesa les da un par de palmaditas e informa: —Yo voy a tomar asiento, guapos. —Farah. —¿Un molido de aguacate y un queso frito? —Muy bien. —Los hermanos se giraron para ver a los menores. —Yo no voy a cocinar. —Has aquello, los plátanos con miel— le anima su hermano menor. —¿Zair, tú no planeas hacer nada? —pregunta Kamal al menor de los hermanos. —No, si todos ustedes se mueren yo podría ser rey —los hermanos ríen. Zair en realidad no quiere que se mueran sus hermanos ni quiere ser rey, pero sus hermanos viven peleando al respecto, así que la pullita siempre le queda fenomenal. Farah le da un beso en la frente y le recuerda que ser rey arruga y saca canas. —Ve por Maxi—le ordena a su hermano pequeño, Amir se baja del banco y sale corriendo de la cocina. Los tres hombres se ponen a trabajar en la comida y Farah en su molido de aguacate, Zair está pelando plátanos a su lado y se quiere reír de su hermana, pero ella le da una mirada de advertencia por lo que desiste. —¿Crees que lo deba pasar por el procesador? —No, machácalo—le dice su hermano y le da el molino. —Voy a picarlo en cuadritos. Esos tres, seguro, ni cuenta, se dan —Zair se ríe. Elías se pone a amasar los pancitos y su hermana le piropea. —Te ves sexi de pies a cabeza. —Sí, lo sé. —Eso mismo le decía a la mucama a la cual traumatizó. —No la menciones Kamal —¿La querías? —pregunta Farah. —Quiero el reino más que a nada. —La llamabas “alhubu”, amor—replicó Zair y todos le miraron. —La querías —aseguró su hermano mayor. —¿Cómo sabes todo esto? —Tu cuarto está entre el mío y el de mi otro hermano. Me paso por el balcón todo el tiempo y vi cosas. En fin, la querías mucho y la veías con adoración cuando no estabas siendo un cretino. —Yo sé que ella te adoraba. Es una lástima que la gente haga tanto por dinero y poder mientras hacen tan poco por amor y sexo. —Ohh, Farah—murmuraron sus hermanos y negaron con la cabeza. —¿Qué solo vamos a analizar a Elías? Tú te casaste con alguien y la dejaste ir porque era poco educada. —No fue así. —Sí, una sola cena y arruinaste tu matrimonio—Le asegura Lorenzo a Kamal. —Le dijiste que no hablara ni comiera Kamal. Yo siento pena y ni siquiera me caía bien tu mujer. —Es difícil, a veces amas a alguien con locura, pero esas pequeñas cosas, son las que definen las grandes. La gente puede decir cosas de Eleonor, que modeló, bueno, si yo tuviese su cuerpo querría que el mundo lo observara. Que fue madre soltera y que disfrutó de hombres, sexo y dinero. Eleonor ante todo es una mujer inteligente, educada, con clase está sobre calificada para ser reina, Selene es guapa y tonta y por eso no hay que casarse porque el sexo sea hipnótico. —Yo tengo doce años, no sé de qué me sirve esta información —Todos se rieron. Lorenzo puso sus huevos con salchichas y salchicha de desayuno en diferentes platos, era lo único que sabía cocinar según sus hermanos. Él preparaba otras cosas, pero nunca les gustaba. Farah sirvió una especie de guacamole mal molido. Los cinco hombres miraron el plato y a su hermana, los más pequeños, la regañaron y su hermano pequeño puso los plátanos al horno para que comieran postre. —¿Cómo haces para que sepan a mantequilla dentro? —No eres árabe, no mereces saber —responde Elías y Lorenzo río. —Hermano, les echo un cubo de mantequilla congelada, poquito antes de ponerlos a freír, ella se derrite y queda amarillo y rico, sexi, muy rico. —Claro, y hay unos quesos. —Tú no puedes comer de mis panes. —Tú no puedes comer de mis yucas. Farah se pone en medio de Elías y Kamal, les da un golpe a ambos y les advierte que todos van a comer. —No sean estúpidos. —Son sus panes favoritos. —Son sus vegetales favoritos—responde Kamal y Farah se pone en medio. —¿Por qué quieren ser reyes? Al abuelo lo mataron por ser rey, papá no cumplió treinta años por ser rey, el tío Isam se está muriendo porque es rey. Los dos hombres con cuerpos imponentes miraron a su hermana. —¿Tú quieres ser reina? —Yo sería una reina espectacular—respondió y los dos hombres asintieron. —Sé reina —respondió Kamal.—abdico a tu favor. —Yo quiero ser rey. —Se queja Elías ante la falta de apoyo de su hermano. —Seré un mejor rey. —Papá no va a dejarte. No tienes una familia, haces demasiados negocios y eres obsesivo, como los reyes malos de las historias de la familia. —¿Qué sabes tú, Farah? —preguntaron los hermanos al unísono. —Max no puede ser porque es un maricón —Dijo Kamal y su hermano le empujó, los dos comenzaron una pelea y Lorenzo quitó a Fara y a Zair del medio. Los reyes escucharon el jaleo y Isam dejó de besar a su esposa. Se pusieron en pie y caminaron despacio hasta la cocina. —¿Qué está pasando? —le preguntaron a Amir, su hijo menor. —¿No sé, sabes dónde guardan la llave de la capilla mamá? —¿Para qué? —Max no está en su habitación y la capilla está cerrada —responde. — Me das la llave o quiebro la puerta. —Hijo, no quiebres nada —pidió su padre. —¿Sabes guardar un secreto? —preguntó el rey y se inclinó. Su hijo sonrió al escuchar donde su padre guardaba la llave maestra del reino. —Un anillo abre todas las puertas. —Quiero que vayas, lo pongas en la puerta, llames a tu hermano y le pidas que me espere en la oficina, quiero hablar con él. —¿Papá me puedo dejar la llave? —No, hijo, cuando llevas a tu hermano. La oficina la escondes y luego me dices en cuál gaveta. —El pequeño sonrió y salió corriendo, su mamá gritó: “cuidado” y la pareja se tomó de la mano para ir a la cocina de donde venían. Los gritos y la tiradera de cosas, ambos se pararon frente a la puerta y ser encontraron a Kamal y Elías dándose a golpes mientras sus hermanos cenaban. —¿Qué les pasa? —Vivimos en un pueblo en el que matan a los gays. A mí me encantaría saber que el heredero al trono no planea cultivar esa mentalidad. —grita Elías. —Yo opino que es responsabilidad de Max informarnos si es gay y si no quiere aceptarlo es nuestra obligación, fingir que no sabemos—añadió Zair. —¿Por qué eres tan sabio? —respondió Lorenzo. —Eres mi hermano favorito, pero adoro a Amir y su energía feliz, entonces nunca puedo decidirme. —Aww, yo también te amo—Lorenzo se inclina y le da un beso en los labios a su hermano. Zair sonríe y Fara les estira la trompa. —Yo los amo a los dos, muchísimo. A ti también Loren, lo que pasa es que puedes tener mono. —¿Mono? —Mononucleosis, le da a la gente promiscua en eterna adolescencia. —De verdad, me cansas Farah, pero eres mi hermana y siempre voy a velar por ti. Isam y Eleonor compartieron una mirada de preocupación. —No sé por qué se están comportando como locos los cinco. —Kamal Elías, por favor, dejen de pelear por todo. —Sí, ya cansan huevón —responde Zair y sus hermanos al lado ríen. —¿Mami, quieres huevitos? —¿Cocinaron de verdad? —pregunta la reina y va de uno en uno abrazándoles, por último, limpia la sangre en la nariz de Kamal y le abraza por más tiempo, él la suelta e intenta alejarse, pero Eleonor insiste. —Sé que la muerte de tus papás para ti fue terrible, mucho peor que para cualquiera. Entiendo que no soy tu mamá, y que mis hijos no son tus hermanos. Sé que odias que Isam pueda tener una esposa occidental, y tú no. Me queda claro tu vida no es fácil y que tienes el corazón en el lugar correcto. No puedes matar a tu hermano porque se esfuerza en ganarse al pueblo y a la gente porque quiere ser un buen rey. Yo confío en que vas a trabajar duro por mejorar. Kamal miró a los ojos a su tía, los tenía llenos de lágrimas. —Kamal, yo te apoyo. —prometió la reina. —Mamá no es justo. —Hijo a ti también, su papá quiere que los dos hagan una especie de campaña. —¿Por qué le dan una prueba si me toca a mí? —Voy a buscar a mi hermano. Porque esto se está poniendo intenso —respondió Zair y todos asintieron. Isam les pidió a sus hijos recoger las ollas y sartenes que habían tirado. Tomó la mano de la princesa y le pidió que le preparara un café. Su niña le dio un beso en la mejilla y le ofreció un plato con comida antes de ir a poner el agua. A lo lejos escuchan los pasos apresurados de Amir y sus gritos. —Musaeida. Ayuda. Help, Ayuda. Musaeida. ¿Cuál es su hermano favorito? Les voy a dejar en redes una imagen con información de todos los hermanos porque siento que siempre nos pasa que son demasiados personajes, pero… me gustan las familias grandes, p e r d ó n.
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