Lo que queremos

1511 Words
Eleonor estaba coordinando todo a dos días porque estaba segura de que eligieran lo que eligieran sus hijos. Estas serían sus últimas vacaciones con Isam en mucho tiempo, además sus hijos no estarían pequeños y la situación no sería tan reconfortante como lo era ese viaje. Pidió un piloto y un avión listos por si surgía una emergencia como que alguno de sus hijos matara al otro y después de pedirle encarecidamente a Elías en un mensaje de voz que fuese a buscar a Lorenzo y a Farah. Lorenzo fue al minibar y se sirvió una copa de vino, abrió una de las cajas de pizza que Farah tenía y dio un mordisco a un slide. Vio a la mujer de reojo y ella ajustó el anillo de manera melancólica. —Explícame, para entenderte. —No hay nada que explicar, Lorenzo, podemos seguir como siempre o ser hermanos. —Dije que te amo, no hay forma de seguir como siempre. —Mis hermanos no quieren ser reyes, yo quiero ser reina, pero tú siempre has querido ser Lorenzo, divertido y feliz y libre y entiendo a mis hermanos, no voy a robarte la felicidad como mi tío hizo con Eleonor. Yo la princesa Farah puedo huir y ser feliz contigo, la reina, no puede atarte a su destino. —Los reinos vecinos no te dejarán reinar. En menos de una noche vendrán por ti y por el pueblo. —Por eso, deseo elegir bien con quién casarme. Quiero estar al mando, pero necesito apoyo, si me atacan los dos lados me ganan, si estoy casada con uno, somos mil. Veces más fuertes. —Estarías entregando al reino, qué no te asegura que te maten. —Que tengo hermanos y que sin un heredero el reino no les quedará jamás. —Puedo entender que se te pase la calentura, que ya no me ames o quieras algo diferente, pero no voy a permitir que te sacrifiques. —Es una decisión tomada. Lorenzo conocía mejor que nadie la situación de Tierra del sol, era un pueblo grande, con salida petrolera y minera amplia, la cual explotaba su rey al máximo. Con la llegada de Isam se produjo cierta modernización y educación que a sus vecinos les molestaba, la migración de los vecinos era constante porque querían de esa nueva y mejor vida, las oportunidades. Los Emires, había buscado por años una excusa para destrozarles militarmente, así como un grupo de gente descontenta porque su rey no era legítimo y no dejaba de cambiar las normas tradicionales, las de sus reyes y su dios por las suyas. Le consideraban un rey impostor. Isam, el segundo hijo del rey. El hermano legítimo del rey, el cuidador del reino. ¿Qué será de Farah, una joven, mujer a quien consideraban “el ama de casa” perfecta? —Farah por ti seré rey. Por el pueblo, seré lo que quieras que sea, tomaré el puesto en tu lugar o sonreír de tu mano. —La mujer se acomoda en su silla y toma de la copa de vino que ha traído Lorenzo. —Tú eres mi felicidad y mi amor, qué importar si no tengo libertad, dos de tres es un muy bueno. Farah estaba horrorizada por dentro, sabía que no estaría sola en la práctica, pero ningún matrimonio por conveniencia era lo más feliz al inicio, la costumbre hace que veas todo más normal o más plano. Ella vio al hombre de su vida ponerse en pie y acercarse a ella. Lorenzo le tomó de la mano. —Farah, no voy a dejarte ir. —¿De dónde viene esta actitud maravillosa? —pregunta divertida y da otro sorbo al vino. —Mi abuelo dejó ir al amor de su vida, mi padre hizo lo mismo con valentina, yo no voy a esperar diez años i dos malos matrimonios para aceptar que te amo. Ella sonrió. —No sé, Lorenzo, la mercancía hay que probarla antes de compra—él ríe y ella se inclina. —No puedo hacerte esto Lorenzo, puedes ser feliz con una vida mediocre. —Yo prefiero la grandeza. Sé mía, sé mi esposa —Dice de rodillas, mirándole a los ojos. —¿Estás dispuesto a amarme incluso cuando me odies? —pregunta mientras deja la copa sobre la mesa. Lorenzo asiente y besa una de sus piernas. —Isam me odia, le he llamado y me ha gritado. —A todos se les pasará. Lo único que me preocupa es que se te pase a ti—responde y acaricia el cráneo de Lorenzo, juega con su cabeza, y finalmente le besa, él sonríe. —Pasarán muchas cosas, pero siempre estaré a tu lado. —Yo seré reina y tú serás mi guapo acompañante. —Seré lo que me pidas—dice Lorenzo mientras suelta el nudo que ata su bata, Farah asiente y le besa, el joven se aparta para contemplar su cuerpo, unos pechos medianos y muy llenos, un abdomen largo y marcado y monte de venus muy bien depilado. El joven le carga a la cama y se desnuda. Fara se sienta en medio y le observa quitarse prenda pro prenda y espera a que el joven suba a la cama, los dos repasan el cuerpo del otro y se quedan sin aliento, tantos años esperando, pensando y deseando estar con el otro. Lorenzo mira a Farah a los ojos y sonríe antes de acostarse sobre la chica,y volver a besarla para acariciarle y encontrar el placer en el otro. Lorenzo besa lentamente, el cuerpo de Farah, con amor y adoración, la acaricia y la estimula lentamente. —Eres virgen Farah. —¿Te importa? —Tenemos que discutir al respecto. —No. —¿No eres virgen o no quieres discutir? —ella suspira pesado. —¿Cuál es la diferencia? —Que si tienes fines religiosos para guardarte; puedo esperar un mes o seis. —Sabes que siempre he querido tener sexo contigo toda la vida. Haz lo que tengas que hacer. —¿Qué te cuesta responder? —pregunta Lorenzo. —Es la primera vez que voluntariamente estoy con un hombre. Si te satisface bien, si no déjalo. —dice toma una almohada para cubrir sus pechos. —¿Voluntariamente? —repite Lorenzo. —Mi madre dijo que no te habían tocado durante tu secuestro. —Es lo que le pedí que dijera, No quiero gente sintiendo lástima por mí, o iniciar una guerra en nombre de una violación. Es ridículo. Muchas mujeres son violadas en el mundo y no pasa nada. —No quiere decir que esté bien. —Responde Lorenzo muy molesto. —Me estás gritando. —No a ti, a mi mamá por estúpida y al médico por mentiroso. —Es un asunto íntimo, mío y se acabó, ahora lo has arruinado todo. Lorenzo toma una bocanada de aire uy mir a Farah quien está hecha un puño en una esquina de la cama. Le pregunta, si puede acercarse y ella asiente. —No quiero hacerte daño, quiero que sea sobre nosotros y por nosotros, solo quiero que me digas si quieres esperar o no, tal vez,e estoy presionándote o algo. —Quiero tener sexo contigo. —Bien, porque yo igual. Lorenzo se baja de la cama y va hacia su pantalón, toma unos cuantos preservativos del bolsillo de su pantalón y los pone sobre la cama, ella rueda los ojos ante la seguridad de Lorenzo de que todo en la vida le iba a salir como quería. Él se coloca el preservativo con toda la práctica del mundo y ella le observa con atención mientras se sienta de nuevo sobre la cama, él le explica que le dejará todo el trabajo. Al momento en el que se sienta cómoda, ella se sienta sobre su regazo y le besa. Lorenzo sonríe y le abraza, mi acaricia su espalda y Farah con cierto miedo le pregunta si quiere que le toque. —Deseo que me toques—aclara Lorenzo y lleva la mano de la chica a su pecho. —¿Solo ahí? —Donde tú quieras. La joven pasa una de sus manos por el abdomen de Lorenzo y la otra la pasa sobre su muslo hasta llegar a su pelvis, acaricia los testículos de Lorenzo y este sonríe. Ella siente como la piel del joven se eriza y se siente poderosa, excitada y muy emocionada. Lorenzo le besa en el cuello y ella sonríe, lentamente acaricia su pene, pone atención a cada una de las reacciones de Lorenzo y este se ve relajado. Ella busca su entrada, siente un poco de presión mientras su cuerpo se adapta a la invasión en medio de sus carnes y él busca la forma de relajarla, besando sus senos, lamiendo sus pezones, dándole toda la seguridad, para seguir moviéndose contra su cuerpo. Farah, descubre lo maravilloso que puede ser estar con la persona indicada y a Lorenzo le ocurre lo mismo, si está seguro de algo es que no la dejará ir jamás.
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