Si lo quieres...

1364 Words
Pasar tiempo con sus sobrinos les llenó de tanta ilusión, los hermanos no pudieron dejar de pensar en Max, su hermano, a quien le gustaban demasiado los niños y también ene ellos mismo de pequeños; siempre corriendo de un lado al otro, listos para explotar. Los príncipes creían que eso era una bendición para Elías, siempre era el más duro con sus sentimientos y los de otros, pero con sus hijos parecía ser la persona que no se permitía ser. —¿Entonces, estás enamorado?—bromea Kamal. —Demasiado. —¿Quieres cenar conmigo? —pregunta. — Farah ha invitado a Selene por un spa nocturno. No sé lo que es, pero suena largo y como que pago yo. —Bueno, podemos decirle a Lorenzo. —Ya le pregunté, dice que va por una copa con sus amigos, que nos hará bueno el tiempo de hermanos. —Bien, entonces tú y yo. Kamal y Elías se ponen en pie, el mayor de los hermanos le da un abrazo fuerte a Nala y la felicita y le agradece por los sobrinos y por ser tan valiente de hacer todo sola. —Gracias, Kamal. —responde y le abraza de vuelta. Las últimas semanas Nala solo se había permitido sentir culpa, con Elías cerca notaba todo lo que se parecían sus hijos a él, los gestos que compartían y las formas de hacer las cosas tan similares que solo se había permitido sentirse mal por haberles negado la oportunidad de estar juntos. Lorenzo y Elías se despiden de Nala y su hermana. Selene mira a Kamal impresionada cuando le puede salir un momento del apartamento. El joven le explica que van a cenar con su hermano y le da una tarjeta con su nombre. La mujer observa a Kamal con atención. Hace unos años podría haberle impresionado el truco, sin embargo; ahora la hacía sentir mal, enferma incluso. —No necesito dinero. —No lo necesitas, pero es mi papel en tu vida, si no puedo proveer para qué te sirvo. —Bueno, conozco un par de cosas para las que me sirves, pero para ellas necesitas estar, quedarte Kamal. Ser tú. El tipo divertido del parque que se tira en el césped con sus sobrinos se come un helado y le da una probada al de todos a cambio de quedarme; te quiero a ti. A mí no me importa la nevera llena y todos los gastos pagados en una casa sola. Si quieres arreglarlo tienen que cambiar esas cosas. —¿Estás molesta porque te estoy dando dinero? —Estoy molesta porque si no te puedes dar a ti mismo. Cuando seas rey, no lo harás. Kamal tomó una bocanada grande de aire, había escuchado eso de su incapacidad para estar presente. Toda la vida había sentido una necesidad de irse, se sentía inconforme, como un impostor en medio de todos aquellos que le amaban, le respetaban, sobre todo, sentía la necesidad de encontrar un hogar. Ni siquiera con sus padres se sintió a gusto, ahora, con sus primos, su tía y su tío haciendo de su familia, se sentía mucho más extraño. La única vez que se sintió en casa, era cuando estaba con ella. —¿Estás haciendo esto por mí o por el reino? —Ay, Kamal, cuando puedas responder esa pregunta. Estarás listo. —Bien, Selene. Acepto. Tú eres mi invitada, además mi esposa. Vas a salir con mi hermana, quien gasta como princesa del desierto que no tiene preocupaciones ni deudas, me gustaría por favor Hay dinero para lo que quieras, ropa, zapatos y el spa loco, comida, lo que quieras o necesites. Te debo cinco años de mimos y regalos —Kamal se inclina y le estampa un beso en los labios. — nos vemos en el hotel, no tomes taxi afuera. Estarán esperando por ti. —Gracias. —Con gusto, son vacaciones, quiero que disfrutes y que arreglemos las cosas Ella mira a Kamal a los ojos. —¿Recuerdas que me extorsionaste? —Recuerdo que te impulsé. Lorenzo sale del apartamento y se despide de su cuñada con un beso en la mejilla y le da un golpe en el pecho a Kamal antes de salir corriendo. Elías se despide de Nala y le recuerda que tienen una cita, Farah los observa desde el sofá. Ella sonría al ver el beso en la mejilla que dura un poco más y un abrazo que le resulta tierno. —Yo cuidaré a los niños mañana en la noche, qué tan difícil puede ser. Elías y Nala ríen y su excuñada le asegura que tiene el corazón en el lugar correcto, pero jamás le romperá la ilusión de tener sobrinos abandonándola en el turno de la noche sola con sus hijos. Se habían quedado dormidos porque habían disfrutado de una competencia de beisbol improvisado, unas carreras loquísimas, un juego se quedó y una competencia de saltos con Lorenzo. —Son extremadamente inquietos. —Yo me las ingeniaré. —Yo puedo ayudar, tengo experiencia con niños. Kamal apura a su hermano y se despide de todas las chicas desde la puerta de su casa. Sus hermanos se despide de Selene y Farah y toma su abrigo para seguir a su hermano. Las tres mujeres se quedan solas y Nala comenta que tiene un vino escondido en alguna gaveta, les ofrece una copa y Farah le pregunta a su cuñada si le apetece quedarse a tomar una copa, cenar y aclarar todos los chismes. —Es que quiero saber la vida de ambas —comenta Farah y las dos mujeres ríen —Sí, ¿Kamal y tú se reconciliaron? ¿Y tú y mi hermano se ven… complicados? ¿Están teniendo sexo? —¿Por qué has volado a Nueva York con Lorenzo? —¿Tú y tu hermano? —pregunta Selene y Farah se cubre el rostro antes de suspirar dramáticamente y se acomoda en el sofá mientras ve las opciones de comida. —Compraré más vino. ¿Blanco, rojo o rosado?—la joven hace una pausa. —Las tres opciones; y pastas. ¿Quieren pastas? —¿No estás saliendo con Lorenzo? —Pregunta Nala asustada. —Lorenzo me evade fuertemente, pero, me ha pegado un poco lo de Max, y todo lo que está mal ahorita. Mi tío Isam está encarcelad porque estos dos no quieren tomar el reino hasta arreglarlo con ustedes y mi tía está triste porque todo se ha ido a la mierda, mi hermano amor está traumado y no habla desde que se murió mi hermano y ms hermanos solo pelean con mi tío no quieren escucharle. —Sé que no es mi lugar, pero tu tío ha manipulado las vidas de tus hermanos todo el tiempo. —Alguno de mis hermanos será rey, es diferente con ellos por eso. —Tu tío me dio una beca en Nueva York y le consiguió una galería a Elías en Europa. —Nala, has sido mi amiga toda la vida, pero tú no estás en condiciones de juzgar o quejarte cuando tomaste la decisión que tomaste. —¿Cuál decisión tomé? —La de ocultarle los niños mi hermano. —Tu tío estuvo el día del parto en el hospital, con mi madre, me pidió antes de irse no arruinarle la vida a Elías porque él había nacido para ser rey. Elías siempre ha sido su plan B muy asegurado. —Me parece descabellado acusar a la persona que nos ha creado y que ha cuidado económicamente a ti y a tus hijos toda la vida. —No es descabellado —interviene Selene. —Tu tío dejó claro que le encantaba que su hijo hiciera lo honorable o casarse conmigo por haberme dejado embarazada y ser menor de edad, pero que mi lugar como esposa no debía tomarlo. Grecia podía ser una fantasía para Kamal, su refugio. Para ser rey necesitaba una esposa, la hija de un Emir, no recuerdo su nombre. Farah ve horrorizada ambas mujeres y por lo que está diciendo Selene sabe que es verdad, que su papá tiene más parte en esas separaciones de lo que cualquiera de ellos querría.
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